Asi hablan los que Odian en Cuba, a los Líderes y Su revolución

Asi hablan los que Odian en Cuba, a los Líderes y Su revolución

Por Juan González Febles

La Habana, 21 de enero /PD/ Al gobierno militar totalitario de la familia Castro le dio por jugar a los médicos y a enviarlos lejos. Nadie sabe si estos llevaron consigo la receta del purgante socialista. El de Cuba es gobierno medicinal que mide su eficiencia en términos clínicos, cínicos o preferentemente policiacos, de acuerdo al caso. En el terreno económico, la creatividad del Comandante antes de ser alcanzado por la senilidad, posibilitó que en Cuba convivieran cinco monedas y no dos, como en la actualidad. La buena noticia de hoy es que sólo hay dos monedas. Podrían ser más…

Todo en la Isla funciona por coacción o a la fuerza. El cubano se debate entre lo punible y lo obligatorio. El gobierno medicinal prescribe y lo dosifica todo. Esta es la receta de gobernabilidad legada al presidente heredero. El espíritu y la impronta del Comandante y su purgante están vivos. El subproducto del purgante también. Cuba apesta.

Luego de la publicación de la foto tomada al anciano Comandante durante su entrevista con la familia presidencial nicaragüense Ortega-Murillo, ya nadie tiene dudas que las llamadas Reflexiones son el fruto elaborado por ‘alguien’ en algún sitio.

Que el Comandante no está en condiciones de poner su nombre sin errores, está más que claro. Puede deducirse y decimos (por la similitud en el estilo) que las llamadas ‘Reflexiones’ quizás sean el aporte bien pagado de la biógrafa familiar, Sra. Katiuska Blanco, al clan gobernante.

El caso es que el aliento del hermano mayor permanece puro e inviolable. Su espectro intimida a todos los eventuales reformistas. Los casos del defenestrado Carlos Lage y compañía ejercieron y aun lo hacen el esperado efecto ‘ejemplarizante’.

El presidente heredero, Raúl Modesto Castro, no es capaz de hacer otra cosa que no sea calcar, con mayor o menor acierto, los errores del hermano mayor. Nunca fue muy creativo y después de los 70 no se le puede pedir más.

El generoso subsidio que recibe el régimen cubano de su aliado venezolano y bolivariano, ese que supera al recibido de los soviéticos, hará aguas en algún momento del futuro inmediato.

El líder polaco Lech Waleza en memorable ocasión afirmó que si el comunismo sentaba sus reales en Arabia, se acabaría la arena del desierto. En Venezuela, ya se acaban cosas. Más pronto que aprisa, se acabará todo. Por allá, están a un tilín de conocer el verdadero nudo dramático de la telenovela socialista: Se escucha a oscuras, con hambre y desde un radio de pilas, porque no hay electricidad ni velas. Bueno… eso, cuando hay pilas.

Queda en el aire la pregunta sobre qué piensa hacer el presidente heredero con el fruto y las consecuencias de tanto purgante. ¿Dónde esconderá la mierda? ¿Cómo piensa capear la debacle económica que se nos encima? Los rumores que corren por la ciudad vienen cargados con los peores augurios. Se espera algo peor que lo conocido en los 90. La próxima pesadilla será aun más catastrófica. ¡Que Dios nos asista!