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Visita del Papa abre varias interrogantes
France Robles
frobles@MiamiHerald.com
La histórica visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en 1998 dejó a los pastores evangélicos de toda la isla preguntándose en voz alta: ¿y nosotros qué?
Gracias a la visita del Papa, en cuestión de un año la creciente comunidad religiosa evangélica hizo historia por su parte, al celebrar 18 servicios públicos en toda la nación, a los que asistieron miles de personas, incluyendo al entonces gobernante Fidel Castro. Incluso en la actualidad, más de una década después, la televisada Celebración Evangélica se sigue considerando un momento crucial para los protestantes cubanos.
Pero otros muchos siguen pasando trabajo bajo un régimen totalitario para encontrar un espacio donde practicar su religión, y se cuestionan si la visita del Papa resultó en algún progreso real.
“Todos fueron a esa celebración esperando sermones religiosos y recibieron sermones políticos. Hasta Fidel Castro pareció avergonzado”, comentó Carlos Lamelas, pastor de la Iglesia de Dios, que huyó a Texas el verano pasado tras años de enfrentamientos con el gobierno. “Espero que tras la visita del Papa las iglesias evangélicas puedan alcanzar el debido reconocimiento”.
El papa Benedicto XVI viajará a Cuba entre el 26 y el 28 de marzo para marcar el 400 aniversario del descubrimiento de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, la santa patrona de Cuba, que la tradición dicta fue encontrada flotando en la Bahía de Nipe. La visita del Papa anterior fue considerada fundamental en la historia de la Iglesia Católica en Cuba, culminando años de modestas reformas y abriendo el camino a la liberación de presos.
Los preparativos que se hacen para la visita del Papa Benedicto XVI hacen preguntarse a los aproximadamente 800,000 protestantes de la isla si las iglesias no católicas sacarán algún beneficio de este viaje. Pastores y expertos religiosos en Cuba esperan que la visita papal impulsará a que se resuelvan preocupaciones de mucho tiempo de los protestantes, tales como su habilidad para construir templos y que se respeten legalmente sus derechos religiosos.
“Esperamos que el Papa hablará de temas de derechos humanos y de libertad de religión, no sólo para los católicos”, dijo Teo Babun, quien dirige una organización sin afán de lucro de ayuda a las iglesias radicada en Miami. “En Cuba no hay libertad religiosa según se define en la declaración de derechos humanos [de la ONU] y según se practica en todo el mundo”.
Durante muchos años, el gobierno cubano solamente reconoció las iglesias existentes antes de 1959, cuando Castro tomó el poder. Los Testigos de Jehová fueron prohibidos y enviados a campos de trabajos forzados, mientras que la mayoría de los 15,000 judíos de Cuba abandonaron el país después de que los Castro llegaron al poder.
No fue hasta 1984, cuando Fidel Castro acompañó al reverendo Jesse Jackson a una iglesia metodista de La Habana, que se trató por primera vez de la libertad de religión. La visita de Jackson condujo a una serie de reformas, entre ellas la creación de un puesto a nivel de gabinete para ocuparse de asuntos religiosos.
Mientras la mayoría de los cubanos son católicos, más y más personas son protestantes que acuden a pequeñas iglesias caseras para rezar. El gobierno cubano le ha hecho tan difícil a los pastores obtener permisos para construir iglesias que comenzaron a predicar en casas. Proscrita por décadas, una vez que se hicieron legales las iglesias caseras, la tendencia comenzó a crecer.
El gobierno restringe cuántas veces a la semana se pueden celebrar los servicios y establece reglas para situaciones como los edificios de apartamentos. En el 2009, el Departamento de Estado de EEUU informó que se aceptaron 2,400 de las 4,500 iglesias caseras que solicitaron permisos.
La llegada del Papa ha introducido preguntas sobre qué otras reformas le seguirían.
“Hay una mentalidad de que hay persecución, de que las personas están restringidas de predicar el evangelio en Cuba. Ese podría haber sido el caso hace 10 ó 15 años, pero no lo es ahora”, afirmó Brian Stewart, el director en Cuba de Acción Internacional, un grupo misionero. “En Santiago de Cuba, los católicos abrieron recientemente una librería para vender estatuas. Eso fue algo pionero. Los evangélicos esperan que se les permita ahora abrir librerías cristianas. A ellos les gusta tener estudios bíblicos”.
“Quizás se les permita hacer esto después que se vaya el Papa”.
Expertos dicen que lo que se permite hacer a los pastores depender principalmente de la relación de una iglesia con las autoridades locales.
El proceso de los permisos para todo, desde las visitas a prisión hasta construir funciona lo suficientemente bien para aquellos que son miembros del Consejo Cubano de Iglesias, controlado por el gobierno y un brazo del Partido Comunista. El consejo es tan pro gubernamental que sus dirigentes sirven en la Asamblea General.
“Si pido un permiso para celebrar un servicio de oración al aire libre, no lo obtendré”, dijo Manuel Alberto Morejón, quien encabeza Alianza Cristiana en La Habana, que se apartó del consejo official. “No diría que soy perseguido por ser un pastor. En realidad, ser una persona religiosa ayuda: cuando soy citado por los agentes de la Seguridad del Estado para presentarme a un interrogatorio, soy tratado con respeto. Pero el simple hecho de que te traen a cuestionarte y que haya agentes que recorten tus cabellos para muestras de DNA es hostigamiento”.
La Comisión de EEUU sobre Libertad Religiosa Frívola coloca a Cuba en la “lista de observación” como uno de los 11 países donde los derechos religiosos se impiden.
Mientras que la mayoría de los líderes eclesiásticos les gustaría citar la dificultad para ampliar sus templos como una preocupación principal, otros clérigos citan las frecuentes detenciones, los arrestos esporádicos y el hostigamiento.
Entre el 2009 y el 2010, una iglesia tuvo más de 100 de sus miembros detenidos, usualmente por corto tiempo, de acuerdo con el informe de la comisión de EEUU. Esos pastores perdieron en gran parte sus empleos y casas, y vieron cómo se confiscaban materiales religiosos.
Solidaridad Mundial Cristiana, una organización de derechos religiosos, dijo que supervisa casos para hostigamiento continuo de unas tres docenas de pastores. Unos cuantos fueron encarcelados y se les prohibió predicar. El año pasado, la Iglesia Metodista Cubana expulsó al reverendo Tordi Toranzo de su escuela en Santa Clara.
“Su problema fue que él no se fijó en quién se unía a su rebaño”, dijo la portavoz de Christian Solidarity Worldwide Kiri Kankhwende. “En la actualidad el gobierno no te derrumba la iglesia, pero sí te acosa y te intimida”.
Los pastores dijeron que eso es esencial para la libertad religiosa en Cuba: puedes rezar y predicar libremente, siempre y cuando no traigas a disidentes a tu congregación. Toranzo había ido a rezar con el disidente en huelga de hambre Guillermo Fariñas.
El profesor de la Universidad Estatal de Tennessee Theron Corse dijo que las iglesias protestantes tienden a dividirse entre pastores que aplacan a los líderes del partido para ganar más espacio religioso y pastores que se niegan a hacerlo.
“La libertad religiosa en Cuba es un asunto complicado. Hay mucha más de lo que se cree, pero hay restricciones”, dijo Corse, quien escribió un libro sobre la historia de las iglesias protestantes en Cuba. “Están los que se pliegan y los que no. Los que se pliegan reciben más libertad”.
El reverendo Omar Gude, miembro del Movimiento Apostólico, una red carismática evangélica de iglesias en Cuba, cumplió una condena de seis años y medio por cargos inventados de “tráfico humano”, y admite que su caso es ahora mucho más político que religioso.
“Este viaje del papa Benedicto XVI es un negocio más para que los Castro financien su sistema”, indicó por teléfono desde La Habana. “Es seguro que no se trata de abrir la puerta a la libertad religiosa. La visita de ese hombre no traerá ningún resultado”
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