"Si
a Venezuela algún día el imperialismo, a través de sus lacayos internos
o él, directamente, le hiciera algo, habría una insurrección mundial de
movimientos campesinos, obreros, populares, revolucionaros del mundo".
"Si
a Venezuela llegaran a tocarla algún día, ¡Ay, Dios santo! Por eso, lo
mejor es la paz y Dios proveerá paz, amor y vida", exclamó tras avalar
una afirmación que en ese sentido hizo el líder del Movimiento Sin
Tierra de Brasil (MST), João Pedro Stédile, de visita en Venezuela.
En
cadena nacional obligatoria de emisoras de radio y televisión,
estatales y privadas, Maduro advirtió que Stédile tenía "una lengua
picante" luego de que este dijera que los opositores venezolanos son
parte de una "derecha desvergonzada, una derecha de mierda que algún día
el pueblo pondrá en su debido lugar".
"Bueno,
como ustedes pudieron ver, João Pedro Stédile tiene una voz y una
lengua picante", dijo Maduro y destacó que el líder popular brasileño
también forma parte de la llamada Vía Campesina, que aglutina a
organizaciones rurales de países tales como India, Brasil, Honduras y
Venezuela.
"Maduro: yo no sé
por qué la derecha en Venezuela no hace como la cubana: que se vayan de
una vez a Miami (EEUU) y nos dejan en paz, para que nosotros en nuestro
continente sigamos trabajando, estudiando y construyendo una patria
libre y socialista", añadió Stédile.
El
brasileño "representa a miles de miles de luchadores" de movimientos
sociales "que se han solidarizado con Venezuela" ante planes golpistas,
añadió Maduro que sostiene que en febrero pasado abortó un última
intentona, por la cual están presos al menos 7 oficiales de la Aviación
Militar y el alcalde opositor caraqueño Antonio Ledezma.
El
plan golpista, al que el Gobierno de Estados Unidos y los opositores a
Maduro niegan veracidad y achacan a un intento por distraer la atención
ciudadana, contemplaba el bombardeo aéreo de varias instalaciones
gubernamentales en Caracas y matar al jefe de Estado, según la denuncia
de este.
La alocución de
Maduro se cumplió a propósito de la inauguración de un supermercado
construido cerca de Caracas con ayuda brasileña, para fortalecer la
distribución estatal de alimentos para neutralizar el "desabastecimiento
inducido" que forma parte de la "guerra económica" que denuncia le
declaró la oposición dentro de un mismo plan para derrocarlo.