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lunes, 9 de junio de 2014

Conferencia gay en Cuba deja fuera a activistas no oficiales. Mariela tiene el billete

Conferencia gay en Cuba deja fuera a activistas no oficiales - Cuba - ElNuevoHerald.com



EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO



Conferencia gay en Cuba deja fuera a activistas no oficiales

 

















ngameztorres@elnuevoherald.com











La cuota de 300 CUC —equivalentes a $300— para asistir a una
conferencia regional sobre derechos sexuales que se celebró el mes
pasado en el balneario de Varadero, suscitó críticas en la comunidad de
homosexuales, lesbianas y transexuales cubanos (LGBT) e hizo visible a
un grupo de activistas que lucha por independizarse del estado.
Los
250 delegados que se estima participaron en la VI Conferencia Regional
de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales,
Transexuales e Intersexuales para América Latina y el Caribe (ILGALAC)
entre el seis y el 10 de mayo, debieron pagar 300 CUC por la inscripción
o comprar un paquete ofrecido por la empresa estatal Havanatur que
incluía alojamiento, comidas y transporte, con precios entre los 664 y
los 1700 CUC.
ILGALAC es una organización de trayectoria
reconocida en la lucha por los derechos de la comunidad LGBT en el
continente. Recientemente, ILGA, que es la asociación matriz, fue
encargada por la ONU de la redacción de un informe del estado de los
derechos de quienes integran esa comunidad en el mundo.




Pero los 300 CUC son una cifra astronómica para los residentes de
la isla, donde el salario medio mensual es de 20 CUC ($20). La
asistencia al evento se encareció también por los gastos de traslado y
alojamiento en Varadero, un sitio eminentemente turístico.
Josefina
Valencia, recién electa co-secretaria regional de la organización,
reconoce que el precio no era “accesible” para los cubanos, aunque según
estimó, alrededor del 40 por ciento de los asistentes a la conferencia
eran de la isla, en su mayoría asociados al Centro Nacional de Educación
Sexual (Cenesex), dirigido por Mariela Castro Espín y organizador local
del evento.
En la página oficial de Facebook que el Cenesex creó
para promocionar la conferencia, algunos activistas se quejaron de los
precios “abusivos”. El estudiante Carlos Alejandro Rodríguez Martínez
comentaba que “ni uniendo todos mis estipendios de la Universidad con el
salario de mis padres puedo pagar la cuota de inscripción, alimentación
y hospedaje. A los cubanos —no asociados al Cenesex— les resulta
imposible asistir con los costos de la Conferencia…En Varadero
prevalecerá, entonces, la voz del Cenesex, a veces en contradicción con
parte de la comunidad LGBT de Cuba”.
Beto de Jesús, también recién
electo co-secretario regional de ILGALAC en La Habana, explicó que es
la organización anfitriona, en este caso el Cenesex, quien decide todo
lo relativo a la logística del evento, incluidos el precio de
inscripción y el lugar, pues son los anfitriones quienes “corren con los
gastos como el transporte. ILGALAC tiene sólo la responsabilidad de que
todos los grupos de gays, lesbianas y transexuales estén representados.
La organización ofrece becas para que los miembros del continente
asistan a la conferencia”.
Pero Valencia afirma que los precios de
inscripción son consensuados con el comité organizador de ILGALAC y que
el monto de la cuota tuvo que ver también con un análisis de cuestiones
financieras de la asociación y el hecho de que la conferencia iba a ser
originalmente en Panamá.
Según una nota de prensa de ILGALAC en
enero de este año, para anunciar la designación del Cenesex como
anfitrión de la conferencia, inicialmente el evento debía trascurrir en
Panamá pero por problemas con los organizadores de ese país se decidió
otorgar la sede a la institución cubana, que había hecho público su
interés por coordinar la conferencia en muchas ocasiones.
Por su
parte, el centro, que está adscrito al Ministerio de Salud Pública,
declaró que “la celebración en Cuba de un evento de tal relevancia es un
reconocimiento al trabajo realizado en la Isla en defensa del derecho a
la libre y responsable orientación sexual e identidad de género”.
Cinco
miembros del grupo de Arcoiris—un grupo de activistas LGBTI que se
definen como independientes del estado—lograron recaudar fondos para
rentar un cuarto en Varadero y asistir a la conferencia. Muchos de
quienes asistieron a través del Cenesex se hospedaron en los hoteles del
evento, según cuenta el biólogo y bloguero Isbel Díaz.
El grupo
obtuvo a última hora la membresía plena de ILGALAC, lo que otorga el
derecho al voto en las reuniones. Otro de los asistentes por Arcoiris,
el joven periodista Maykel Vivero, escribió sobre ese momento en su
blog: “Ningún extranjero imaginó la significación de aquellos votos:
establecer alianzas, configurar listas electorales y finalmente ejercer
un sufragio efectivo, son experiencias inusitadas en Cuba”.
Desde
sectores cercanos al oficialismo, no faltaron los intentos por diluir
las críticas a los precios del evento como “intrascendentes” y hechas
por personas que quizá “no consiguieron financiamiento desde la Oficina
de Intereses de los Estados Unidos en Cuba”, según señaló en una
entrevista Francisco Rodríguez Cruz, activista gay vinculado al Cenesex y
periodista de Trabajadores.
Pero en
este caso, quienes criticaban así al Cenesex no están vinculados a la
oposición y pertenecen a un número creciente de voces dentro de la
comunidad LGBT en Cuba que, si bien reconocen la labor de esa
institución, buscan crear espacios de mayor autonomía, más allá del
estado.
Estos activistas —de ideología de izquierda y compuestos
en su mayoría por jóvenes provenientes de sectores intelectuales— han
presionado al gobierno y al Cenesex en temas como los derechos laborales
de los homosexuales o el Censo de población del 2012, al que tildaron
de “homofóbico” por no contemplar las uniones de hecho entre personas
del mismo sexo.
Durante la conferencia de ILGALAC, Díaz pedía
ayuda a esta organización para “desarrollar una verdadera sociedad civil
empoderada en estos temas” y recordó que “el Registro de Asociaciones
está cerrado hace años. Nuestro colectivo [Arcoiris] existe al margen de
la ley. No hay modo de recibir financiamiento porque no tenemos
personalidad jurídica”.
Asimismo, Vivero señalaba en una entrevista reciente en la publicación On Cuba
que “la lucha por los derechos LGBTI obliga a batallar por el ejercicio
ilimitado de los derechos civiles y políticos. Las demandas de la
ciudadanía LGBTI siempre serán políticas; es tiempo de asumirlas con esa
connotación también en Cuba”.
Pero es esta dimensión política, la
que a juicio del historiador cubano, Abel Sierra Madero, quiere manejar
el Cenesex para crear “un escenario de tolerancia y diversidad
controlada”. Según Sierra Madero, quien recibió el premio Casa de las
Américas en el 2006 por su libro Del otro lado del espejo: la sexualidad en la construcción de la nación cubana,
el campo de la sexualidad puede ser entendido como un espacio de ensayo
de estrategias políticas que acompañan a la reforma de Raúl Castro.
Ya
en el 2008, Frances Negrón Muntaner, profesora de la Universidad de
Columbia, había advertido que el reconocimiento a los homosexuales en
Cuba respondía a un “transformismo político”. Para Sierra Madero, la
retórica de la diversidad sexual que sostiene el Cenesex forma parte del
“travestismo de estado”, una estrategia más amplia para oxigenar el
discurso oficial, “borrar la memoria histórica de la discriminación
hacia los homosexuales en el período revolucionario” al tiempo que
“normaliza identidades transgresoras y limita la emergencia de un
genuino movimiento de derechos”.
Visto bajo un prisma histórico,
la creación del Cenesex en 1989 constituyó un avance, si se toma en
cuenta que a durante los años 60 y 70 se llevaron a cabo en la isla
programas de supuesta “reeducación” que llevaron a campos de trabajo a
miles de prostitutas y homosexuales.
La institución ha intercedido
para la visibilización de una agenda LGBT en el país, aspecto que
destacaron los secretarios de ILGALAC. Asimismo, en el 2008 retomó un
programa de cirugías de readecuación genital para transexuales, del que
se han beneficiado ya 20 personas y es costeado por el Ministerio de
Salud Pública.
A la par, el centro ha realizado una labor de
promoción internacional intensa y Mariela Castro ha sido invitada a
múltiples conferencias y eventos fuera del país, donde ha combinado las
temáticas LGBT con otros puntos centrales de la agenda política del
gobierno cubano, como la crítica al embargo estadounidense.
De
Jesús, quien fue uno de los fundadores del desfile del orgullo gay en
Sao Paulo, dijo sentirse “sorprendido” durante su viaje a Cuba. “Creo
que las personas tienen una idea un poco diferente de la vida real,
muchos se han quedado con la impresión de la película Fresa y Chocolate
acerca de la persecución a los gays en Cuba pero yo estuve en el
Malecón donde se reúnen gays cubanos y participé en una conga contra la
homofobia en las calles de La Habana”, agregó.
El Cenesex organiza
desde el 2007 jornadas contra la homofobia que concluyen con una conga,
un ritmo carnavalesco, que según Sierra Madero encarna “las fantasías
sobre las que se han construido y asentado tradicionalmente las
identidades trans”.
Pero más allá de
los desfiles públicos, la comunidad LGBT tiene por delante muchos retos.
Para Díaz, en términos estrictos no se puede hablar de una “comunidad
con intereses y estrategias comunes y ese es un primer problema”. Según
Díaz “hay que trabajar para tener varias organizaciones de la sociedad
civil e investigaciones sociales sobre el tema”.
Y pone como
ejemplo una pequeña encuesta a 108 homosexuales y lesbianas en La Habana
que el grupo Arcoiris realizó para saber sus opiniones sobre las
uniones legales y el matrimonio igualitario. El estudio halló que el 77%
tiene un “alto interés” en la posibilidad de unirse legalmente a sus
parejas. “Este es el tipo de información que necesitamos”, dijo.
En
conversatorio en el Miami Dade College el año pasado, la transexual
Wendy Iriepa abundó también sobre los problemas que enfrentan travestis y
transexuales en Cuba. Iriepa denunció los problemas legales que aún
tienen quienes se someten a las cirugías de readecuación genital
gestionadas por el Cenesex pues todavía no pueden obtener
identificaciones oficiales que reflejen su identidad de género. El tema
de los documentos de identificación es importante para travestis y
transexuales, quienes han sido sistemáticamente hostigados por la
policía, amparados por el acápite de “peligrosidad social del sujeto”
del Código Penal cubano.
Según De Jesús ningún cubano mencionó este tema en la conferencia. Quizá, como escribía en Havana Times
otro participante de Arcoiris en la conferencia, “Varadero no es Cuba y
está muy lejos de los individuos LGBTI de la isla. Tan lejos no se
puede escuchar bien sus problemas”.

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