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domingo, 6 de abril de 2014

#Miami Un Asesinato sin resolver vinculado a Fidel Castro | Cubanet

El Nuevo Herald: Asesinato sin resolver vinculado a Fidel Castro | Cubanet



 EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO




El Nuevo Herald: Asesinato sin resolver vinculado a Fidel Castro




“Dadas las características de Fidel Castro… con su actitud
guerrerista, su intransigencia, su prepotencia y su locura por el poder,
se puede llegar a la conclusión de que es capaz de producir un
holocausto”, escribió Ramírez, poco tiempo después lo asesinaron















pantallaCuando
los exiliados cubanos Liliam Rosa Morales y su esposo Manuel Ramírez
fueron asesinados a tiros en Coral Gables, estilo ejecución, poco
después de la medianoche del 2 de febrero de 1995, la mayoría de los
reportes noticiosos sobre el caso se centraron en Morales.

Después de todo, Morales, de 25
años, era conocida como la presentadora de un programa de radio sobre
astrología y que le gustaba vestir con sombreros grandes de colores
vivos. Los reportajes indicaban que su predicción de Año Nuevo, que
afirmaba que Fidel Castro viviría más allá de 1995, habría podido
despertar la rabia de algún oyente.

Ramírez, de 57 años, fue mencionado
en los reportajes casi solamente como su esposo. Se reportó que murió
en el Hospital Jackson Memorial poco después de que Morales fuera
declarada muerta en la escena del crimen, a un lado de la estación de
radio WCMQ en Ponce de León Boulevard.

Pocas personas sabían en ese momento que él era un hombre muy importante.

Ramírez había dirigido la construcción de los laboratorios cubanos
secretos para investigaciones biológicas en los años 80 y se preparaba
para testificar ante el Congreso de Estados Unidos sobre la capacidad de
Cuba de producir armas biológicas, cuando la pareja fue asesinada,
según información recabada por el Nuevo Herald.

Ramírez también había estado a
cargo de la construcción de algunas de las oficinas del gobernante
cubano Fidel Castro y de varios búnkeres militares, y había llegado a
Estados Unidos bajo un programa semisecreto de “interés nacional”,
manejado por exiliados de Miami para los más importantes desertores de
la isla.

Un ex oficial del gobierno cubano
le ha dicho al periódico que el asesino era un ladrón común de La Habana
que vivía en Miami y recibió la orden del gobierno cubano —quizás del
propio Castro— de asesinar a Ramírez por haberse supuestamente robado $2
millones del gobierno
El
asesino, de alias “Indio” fue recompensado después con un permiso para
traficar narcóticos desde la isla hacia el sur de la Florida, dijo el ex
oficial, quien pidió permanecer en el anonimato por miedo a
represalias.

Nadie fue acusado de los asesinatos. La historia del ex oficial no
pudo ser confirmada independientemente pero algunas de sus aseveraciones
más importantes coincidieron con los detalles del caso. El Departamento
de Policía de Miami-Dade se rehusó a comentar ya que la investigación
permanece abierta.

 Gerente estrella

Ramírez fue claramente el gerente
estrella de los proyectos clave de construcción en La Habana durante los
años 80, incluida la Embajada Rusa, el Palacio de Convenciones y
oficinas de Castro a prueba de escuchas que él enumeró en un currículo
autobiográfico de nueve páginas poco después de llegar a Miami en 1991.

Pero su proyecto principal fue el Centro de Ingeniería Genética y
Biotecnología (CIGB) en el oeste de La Habana, un complejo de una docena
de edificios y más de 100 laboratorios, según el currículo obtenido por
el Nuevo Herald.

Ramírez escribió que tenía una buena relación con Castro porque él
dirigía la sucursal de La Habana de UNECA, la principal empresa estatal
de construcción de Cuba, y el gobernante visitaba el proyecto del CIGB
entre cuatro y cinco veces por semana para discutir su progreso.

Un amigo de Ramírez en Miami confirmó que éste había conocido a Castro.

“Manolito logró alcanzar un elevado grado de comunicación y
aceptación con el Comandante”, dijo el amigo. El y otros entrevistados
para este reportaje pidieron permanecer en el anonimato para poder
hablar con franqueza.

El currículo agrega que Ramírez y
Castro eventualmente tuvieron “un par de discusiones un tanto
desagradables”, lo cual provocó que lo relegaran a un proyecto de la
UNECA en la antigua Checoslovaquia, en 1986. No explicó las razones de
los desacuerdos.

Plan para desertar

El ingeniero regresó a Cuba en 1990
y en 1991 fue invitado por un amigo ruso a visitar Moscú. Ramírez le
avisó a un hermano que residía en Hialeah que quería desertar con su
segunda esposa, Morales. El hermano se rehusó a comentar para este
reportaje.

El hermano de Ramírez pidió ayuda a Horacio García, un miembro de la
Fundación Nacional Cubano Americana (CANF) que dirigía el discreto
programa de visas de “interés nacional” de Estados Unidos, desde su
oficina personal para mantener una distancia con la CANF.

El gobierno de Estados Unidos había prometido 200 de dichas visas
para desertores importantes, tales como diplomáticos, que primero tenían
que ser aprobados por oficiales de Estados Unidos, dijo García. Cerca
de 100 de esas visas fueron otorgadas eventualmente, incluidas dos para
Ramírez y Morales.

La pareja viajó de Moscú a España y de ahí a Estados Unidos el 6 de
enero de 1991. Ramírez fue entonces a Washington para dos semanas de
intensos interrogatorios por oficiales del Pentágono, de acuerdo a un
exiliado conocedor de la materia.

Luego de su retorno a Miami, al parecer a la pareja le empezó a ir
bien en sus nuevas vidas. Para 1995, eran dueños de tres propiedades,
con grandes hipotecas pero valoradas en $660,000. El trabajaba para una
compañía constructora de casas y ambos eran dueños de la revista de
astrologíaFuturo; también habían registrado dos negocios relacionados
con la parapsicología.

El currículo de él decía que Morales se graduó del Instituto de
Ciencias Exactas de Cuba y estudió comunicaciones electrónicas en
Ucrania. Ella se jactó en Miami que había estudiado teología en Ucrania,
metafísica en Austria y parapsicología en Checoslovaquia.

La WCMQ no le pagaba a Morales por sus programas. Pero ella los usaba
para hacerle publicidad a su trabajo en astrología bajo el nombre
profesional de Liliam Rosa Morad, dijo el anfitrión del programa de
radio y televisión Tomás García Fusté, quien era en aquel momento el
director de noticias de la estación.

 Audiencia del congreso

A fines de 1994 o principios de
1995, un grupo de exiliados persuadió a Bob Menéndez, cubanoamericano de
New Jersey, entonces miembro de la Cámara de Representantes federal y
ahora en el Senado, para que organizara una audiencia del Congreso sobre
la capacidad de Cuba de producir armas biológicas. Ramírez sería uno de
tres cubanos desertores que testificaría en la audiencia, dijo uno de
los exiliados.

Un informe de cuatro páginas
redactado por Ramírez detallando los laboratorios de alta seguridad que
él construyó en el CIGB, conocidos como laboratorios de nivel P-3 y P-4,
afirmaba que estaban construidos completamente con acero inoxidable,
soldaduras especiales y filtros para asegurarse de que nada peligroso se
escapara a la atmósfera.

El informe no incluyó evidencia alguna de que Cuba hubiera fabricado
armas biológicas. Pero dijo que la isla contaba con las instalaciones y
el conocimiento para crearlas, lo mismo para venderlas a otros que para
amenazar o atacar a otros países.

“Dadas las características de Fidel Castro… con su actitud
guerrerista, su intransigencia, su prepotencia y su locura por el poder,
se puede llegar a la conclusión de que es capaz de producir un
holocausto”, escribió Ramírez en el informe, obtenido por el Nuevo
Herald.



En el 2002, John Bolton, entonces subsecretario de Estado para
Control de Armas y Seguridad Internacional, afirmó públicamente que Cuba
contaba con la capacidad de producir armas biológicas. La CIA hizo
circular más tarde una declaración en términos más cautelosos.

 Muerte sospechosa 

Alrededor de dos semanas después de que Menéndez acordara organizar
la audiencia, Ramírez y Morales murieron a tiros en lo que pareció ser
claramente un asesinato. No hubo señal alguna de intento de robo o
disputa doméstica, dijo la policía en ese momento.

Morales acababa de terminar su programa de radio sobre astrología, “A
través del pensamiento”, el cual se transmitía entre semana de 11 p.m. a
medianoche, y salió de WCMQ por una entrada lateral en Santillane cerca
de la esquina con Ponce.

Un vecino dijo a periodistas que había oído seis o siete disparos.
Otro reportó haber visto una silueta entrar a un carro estacionado y
salir rápido. Se encontró a Ramírez y a Morales en su Mercury Cougar de
1992, estacionado en Santillane. Ellos tenían un bebé de 18 meses de
nacido.

Amigos suyos dijeron que se especuló al inicio si los asesinatos
podían haber estado relacionados con fraudes en negocios o el
narcotráfico porque el matrimonio se llevaba bien con un notorio narco
de Miami. García Fusté recordó rumores de que habían matado a Ramírez
porque “ese tenía mucha plata, ese hombre tenía demasiada información”.

La cólera de Castro 

Brian Latell, analista retirado de
la CIA y autor del libro Castro’s Secrets (“Los secretos de Castro”),
dijo que se conocía de una serie de intentos del gobierno cubano de
asesinar a desertores y otras personas, en especial personas que
hubieran encolerizado a Castro de alguna manera.

“Fidel operó en Cuba durante todos los años que estuvo en el poder
como jefe supremo de espionaje de Cuba. El tomó las decisiones en todos
los casos importantes, y los desertores que causaban daño a Cuba siempre
se convirtieron en casos suyos”, dijo LatellEl ex oficial del gobierno
cubano dijo que obtuvo información sobre el asesinato de Ramírez y
Morales por medio de tres fuentes separadas entre sus amigos y
familiares, así como conocidos dentro de las agencias de inteligencia de
la isla.

La principal agencia de espionaje de Cuba, la Dirección de
Inteligencia del Ministerio del Interior, encargó a dos colaboradoras en
Hialeah que vigilaran a Ramírez y Morales poco después de que el
matrimonio llegara al sur de la Florida en 1991, dijo el ex oficial a el
Nuevo Herald.

En ese momento, una de las mujeres reportaba regularmente a La Habana
sobre las actividades de los exiliados anticastristas, agregó, tales
como la dirección de CANF y el ex representante Lincoln Díaz-Balart,
republicano de la Florida, y su familia.

Unos años después, él obtuvo la evidencia de que el asesino era un
hombre cubano de 30 y tantos años conocido como “Indio” por su piel
oscura y cabello lacio, añadió el ex oficial. El “Indio” había estado en
la cárcel en Cuba por robo de menor cuantía y vino al sur de la Florida
durante el éxodo del Mariel en 1980.

Funcionarios cubanos le dijeron al hombre que matara a Ramírez como
represalia por haber robado los $2 millones, la fuente dijo durante una
serie de largas entrevistas. El ex oficial dio más detalles a el Nuevo,
pero pidió que no se publicaran para proteger su identidad.

El ex oficial agregó que él no sabía exactamente quién en La Habana
ordenó el asesinato, pero creía que bien pudo haber sido el mismo
Castro, conocido a menudo en la isla como El Uno.

Tras las muertes, dijo el ex oficial, un funcionario del gobierno cubano dijo al asesino: “Pusiste al ‘Uno’ muy contento”.

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