EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
Carta abierta de un escritor cubano a Benedicto XVI
- Publicado el Sábado, 10 Marzo 2012 04:08
- Por Angel Santiesteban Prats
Por Angel Santiesteban Prats* Santo Padre Benedicto XVI: Recientemente hemos conocido que el dictador Fidel Castro, en reunión con los organizadores del recibimiento que se le tributará a usted como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, nivel de Jefe de Estado que ocupa, puso como primera exigencia que la posición donde se instale la plataforma para hablarle al pueblo cubano, fuera de un altura inferior al sitio donde él históricamente se presentó.
Aquel espacio lo considera tan sagrado políticamente, que entiende como sacrilegio que el mismísimo Papa se instale en el sitio que considera personal y consagrado.
Esa decisión dice con desfachatez las diferencias que aún guarda el sistema dictatorial con la Iglesia Católica y la subestimación e hipocresía con la que recibirán a la máxima jerarquía del Estado de la Santa Sede.
Un acto humillante
Amado Padre, a quienes consideramos su persona, su imagen y acción como sagrada devoción por el amor bendito que irriga en la tierra, nos resulta humillante y ofensivo que sea traicionado, hablando en sentido de diplomacia de gobiernos, si así se le pudiera llamar a una dictadura que por más de medio siglo ha mantenido una férrea barrera contra toda acción social que, en el campo religioso, su Iglesia ha querido emprender, precisamente impuesta por los anfitriones.
Para el gobierno cubano su visita no es más que un juego político, un movimiento estratégico para ganar imagen ante el mundo y alargar su estancia en el poder.
No permita que la liberación de 3,000 reclusos sea el ardid para engañarlo. Hay otros miles penando que aguardan en cárceles y su único delito ha sido el de criticar al sistema, comentar lo que considera inaceptable o simplemente tomar posición política para defender sus ideas. No acepte que la construcción de un nuevo colegio para curas sea una causa para premiar. Considero que son dádivas irrelevantes, el pago por usarlos como mediadores ante el mundo, como la liberación de los apresados en la Primavera Negra, y poder escapar de crisis propias de los sistemas totalitarios.
El pueblo de Cuba necesita más que una visita pasiva donde se otorga credibilidad a los gobernantes, una proyección consecuente que ayude a devolver la confianza en Dios, el Espíritu Santo y Jesús Cristo, y así erradicar las carencias espirituales y la falta de libertad religiosa. El amado Papa Juan Pablo II, que en gloria esté, hizo una visita similar a la que usted se propone en los venideros días, y no logró absolutamente nada a favor del pueblo de Cuba, en cambio, los dictadores con aquella visita, ante los ojos del mundo, se abrieron puertas y sacaron provecho, fingieron ser un gobierno respetuoso y continuaron en el poder, tanto, que ahora lo recibimos a usted, y por desgracia quizá gracias a usted, podemos imaginar que podría ocurrir una tercera visita del Papa que lo suceda, y ya no estaremos los que ahora ocupamos el actual espacio terrenal.
Con más fuerza para reprimir
Nos gustaría impedir que la historia recoja su pasó por esta isla sin penas ni glorias, y luego se le recuerde como un ave que surcó nuestro cielo; pero a continuación, quizá sin que usted lo haya querido, en el siguiente párrafo de esa misma historia, recogerá que dejó a los dictadores en mejor posición ante los ojos de la opinión internacional, con más fuerza para reprimir cualquier idea de pensamiento individual, acción de libertad y democracia, las cuales todas las consideran como un atentando directo a su absoluto poder.
Santo Padre, con el mayor respeto le expongo que el pueblo de Cuba necesita algo más que su recorrido purificador por nuestro país. Son tiempos de acción, de posición visible y de exigir a los gobernantes estar acorde al siglo XXI. El pueblo de Cuba necesita que sus espíritus se les renueve, precisa de un despertar religioso luego del extenso letargo a que ha sido sometido y que no ocurrirá mientras el sistema imperante y los gobernadores que asechan cualquier movimiento adverso a su sentido de totalitarismo, se encuentren en el poder; porque Santo Padre, perdonamos pero no olvidamos, nos resistimos a olvidar, jamás dejarán de doler las lágrimas de los perseguidos, los torturados en los centros penitenciarios, campos de concentración a los mejores estilos del nazismo y estalinismo, llamados UMAP (Unidad Militar de Ayuda a la Producción), por solo creer en Dios, por ir a misa, o a mi hermano carnal, que lo condenaran a tres años de cárcel cuando cumplía su Servicio Militar Obligatorio por responder “si Dios quiere”.
De esa forma vaciaron las iglesias. Y a esos mismos verdugos usted le hará el favor de recibirles las manos ensangrentadas, extenderá su mano y dejará pegar sus labios cubiertos de embustes. Y ese despertar de renovación de los espíritus para una Cuba católica, solo se podrá lograr con libertad plena.
Algo más que palabras santas
Sumo Pontífice, el Pueblo de Cuba necesita algo más que sus palabras de unión y paz. Le adelanto que eso es imposible con el actual gobierno, por cierto, el único que han conocido muchas generaciones, incluyendo la mía, que ya me considero un hombre de edad madura. No aceptamos que la puerta y el espacio que usted con seguridad intenta abrir, nos sea entreabierta y luego, después que se marche, vuelva a cerrarse con violencia.
El pueblo de Cuba lo que necesita es apoyo, que se desprecie a los dictadores que hoy afligen y torturan a la población cubana, y eso jamás será posible a través de su visita conciliadora si antes no exige las libertades plenas para sus feligreses. Considero su estancia en la Isla una absoluta deferencia y concesión ante el régimen dictatorial que hoy nos gobierna. Y que solo observará como nos comportamos disciplinadamente ante el miedo y la represión que nos tienen sometidos.
Santo Padre, somos un país cansado, hastiado de ver cómo la vida se nos acaba y permanecen los mismos conflictos con los que nacimos, y si en algunos aspectos hubo cambios fue para empeorarlos. Nuestra necesidad de libertad nos ha superado tanto que la vida se nos ha hecho menor e intrascendente si la continuamos sin alcanzar la luz de los derechos universales, y de alguna manera, honrar a nuestro Apóstol José Martí, que sin canonizar, es el mayor Santo que Cuba posee, porque él lo alcanzo por derecho propio.
Vicario de Cristo, con profundo respeto y convicción le rogamos que no acceda a su visita a nuestra isla porque beneficia a quienes la oprimen. Sentimos que humillan y ultrajan su imagen sagrada. Y esta será otra injusticia como la que cometiera la Iglesia Católica de otro tiempo al científico Galileo Galilei, que como él, desde nuestro ostracismo y encierro, continuaremos luchando por esa libertad plena que tanto anhelamos.
Y veremos con dolor, que lo hará a usted cómplice directo de los tiranos que mancillan nuestra patria y castigan a su pueblo.
Queda de usted, pidiendo su bendición para el pueblo de Cuba,
Un escritor cubano.
La Habana, 6 de marzo de 2012
* Escritor cubano residente en La Habana. Su libro de cuentos Dichosos los que lloran ganó el premio Casa de las Américas en el 2006. Es autor del blog Los hijos que nadie quiso. Actualmente enfrenta un proceso legal, con petición de 15 años de cárcel.
Tambien visitaran la "casa del opresor" con la visita del Papa como pretexto un gran numero de exiliados como resultado de la campana publicitaria de la Arquidiocesis de Miami.
Los cubanos amantes de la libertad han sido tradicionalmente politicamente incomprendidos por la Santa Sede, desde el Gran Leon XIII que desgraciadamente le dio su bendicion a las tropas de Valeriano Weyler hasta Pablo VI que nos envio un Nuncio castrista...