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viernes, 31 de julio de 2015

Totalitarismo Castro-Madurista: El miedo y el terror como instrumentos de sumisión social

El miedo y el terror como instrumentos de sumisión social



EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO





El miedo y el terror como instrumentos de sumisión social

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La mitificación y
demonización de los enemigos externos-internos ha sido siempre y sigue
siendo una de las más claras señales de identidad del nazi-fascismo

Sumatoria de 252 años: Ramiro Valdés, José R. Machado Ventura y Raúl Castro.
Sumatoria de 252 años: Ramiro Valdés, José R. Machado Ventura y Raúl Castro. (CUBAENVIVO.NET)

A lo largo de la historia, los regímenes
totalitarios han basado su dominio imponiendo la cultura del terror a
través de una estrategia fundada en el miedo que subyace a la coerción,
la violencia, la tortura y la muerte. Thomas Hobbes (Leviatán,
1651) fue uno de los primeros pensadores en relacionar el temor con la
organización política y la construcción del Estado. 

La utilización de la cultura del
terror como instrumento de sumisión busca intimidar al ser social a fin
de ejercer su control político, económico, y social y por ende hacerlo
vulnerable y perfectamente manipulable. El miedo impuesto invade todas
las capas de la sociedad hasta instalarse en el inconsciente colectivo
presto a actuar al servicio de intereses creados por el régimen de
turno.
El miedo se convierte en pánico y en terror; así se
instaura en la sociedad la cultura del terror, la cual niega las
garantías y derechos individuales y colectivos, transgrede
sistemáticamente los derechos humanos, poniendo de relieve las
ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, tortura, etc. y utiliza
toda la infraestructura del estado: leyes, cárceles, jueces, fiscales, fuerzas armadas, policía para imponer el control social.
 Ejemplo de la utilización del miedo colectivo como recurso siniestro
para mantenerse en el poder han sido los regímenes autoritarios de
derecha o de izquierda que se han servido de utopías legitimadoras para
sembrar el odio, la miseria, la obediencia y la muerte.

Desde la llegada del proyecto
milico-civilista facho al poder en Cuba y en Venezuela (1959 y 1998) se
ha promovido abiertamente el miedo colectivo como estrategia de control
social de la población. Desde el mismo momento en que se
institucionaliza la violencia, se militariza la sociedad, y se practica
la desobediencia a la Constitución Nacional se esta promoviendo la
cultura del terror. Así mismo la promoción del paramilitarismo
castro-chavista,
entiéndase colectivos armados (Venezuela) y brigadas de respuestas rápidas (Cuba),
que actúan impunemente como fuerzas de choque en contra de la
disidencia política muestran la voluntad y el deseo del régimen
milico-civilista de imponer la cultura del terror para desmovilizar la
sociedad mediante el miedo colectivo. 

La cultura del terror se propaga al
definir al disidente como enemigo interno al cual califican de apátrida
que merece ser reprimido, encarcelado, o convertido en polvo cósmico
como lo sugería el ya fallecido farsante eterno de Sabaneta. Enemigo interno que es el “responsable de todos los problemas”
que afectan al ciudadano común, desde la escasez de alimentos y
medicinas hasta los niveles de criminalidad que afectan al país.Se utilizan los medios de comunicación del Estado para inculcar odio, manipular la verdad, difundir infamias, hasta inventar fantasiosos magnicidios. No
olvidemos que la mitificación y demonización de los enemigos
externos-internos ha sido siempre y sigue siendo una de las más claras
señales de identidad del nazi-fascismo.
A esto habría
que añadirle la profunda restructuración de la Fuerza Armada Nacional,
la cual la ha convertido en un aparato armado encargado del tutelaje
represivo de la sociedad. 

Se promueve la cultura del terror cuando
el régimen a fin de justificar sus fracasos anuncia irresponsablemente
estados de guerra mediante la fabulación de conflictos contra enemigos
externos (Estados Unidos, Colombia), o internos -guerra económica- supuestamente causada por las fuerzas contrarrevolucionarias que sabotean la “producción nacional”.Aplican
magistralmente el principio Goebbeliano de la transposición de
responsabilidad: Cargar sobre el adversario los propios errores o
defectos.

Cultura del terror que se traduce en el
miedo a perder el empleo producto de la persecución política que se ha
implantado en el seno de todas lasempresas del Estado,
violentando el principio constitucional del derecho al trabajo. Miedo de
ser víctima de una delación por parte de un Patriota Cooperante (sapos del sigo XXI)
o de una razia milico-policial como les acaba de suceder recientemente a
los habitantes de la Cota 905 en la ciudad de Caracas.

Estamos ante la presencia de un
proyecto socialfascista que aspira mediante la cultura del terror
imponer un brutal control militar de la sociedad venezolana. Terror que
se ejerce bajo el pretexto “de la estabilidad política y la soberanía
nacional”, cuando en realidad persigue destruir la voluntad de lucha del
pueblo. Miedo que se siembra con la pretensión de generar en la
población la idea de la invencibilidad del poder milico-civilista
bolivariano, así como que cualquier forma de disidencia conduce
inexorablemente a la cárcel o a la muerte. 

Los venezolanos padecemos las
consecuencias de un proyecto perverso que destruye hombres, arruina
principios y manipula ideologías.



Por José Rafael López Padrino / Soberania.org

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