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viernes, 30 de abril de 2010

CUBA: Confirmar al Delegado Pre-Electo

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

¿Eligiendo?

http://www.desdecuba.com/sin_evasion/

a-nominar

En Cuba ya todo está listo para la mayor liturgia del absurdo: las llamadas elecciones del poder popular, a través de las cuales una vez más, los atribulados “contribuyentes” creerán que deciden quién “gobernará” su circunscripción, es decir, el territorio que abarca unas pocas cuadras a la redonda del sitio de residencia de los electores.”Delegado”, le dicen en el argot revolusocialista al flamante administrador seleccionado entre los dos posibles, previamente asignados por los activistas y agentes del partido único que fueron colocados en cada zona a la hora de “las nominaciones”. Por cierto, yo no fui citada para la reunión de nominaciones, gesto que me halaga, y es obvio que no se cuenta con mi digna presencia en las urnas.

Bueno, mis lectores seguramente conocen la ceremonia: este domingo 25 de abril, los cubanos despertarán al paso de los altavoces callejeros llamando “a votar por los mejores y más capaces” (no se sabe capaces de qué); habrá siempre algún combativo anciano de las milicias o del CDR que madrugó para ser el primero en votar; un par de pioneros que estarán de “custodia” junto a la caja de cartón que hace las veces de urna, y que después recibirán los bonos que los distinguen en sus respectivas escuelas y los marcarán con una ventaja ideológica sobre sus compañeritos de estudios; varios respetables vecinos de la comunidad, serios y solemnes, que asumirán las funciones de la “mesa electoral” con el listado oficial de electores y las boletas y, por supuesto, la mayoría de los habitantes del barrio que desfilarán por el colegio para legitimar, aunque sea con su sola presencia, la consagración del engaño.

Al final del día, después de simular un escrutinio donde solo ojos autorizados y cuidadosamente entrenados manipularán las boletas de la urna e informarán de los resultados, los pioneros creerán que en verdad custodiaron algo y que eso los distingue; el anciano que madrugó estará satisfecho de su demostración de fidelidad al régimen y olvidará –al menos hasta el próximo cobro de su pensión– los milagros de equilibrio que deberá hacer para no morir de hambre; los integrantes de la mesa tendrán material para sus cotilleos durante un par de días, mientras los vecinos, a su vez, posiblemente ni siquiera recuerden el nombre que aparece a la izquierda de la casilla que marcaron en su boleta, pero habrán cumplido su cometido: gracias a la pantomima quinquenal los veladores del gobierno los considerarán fieles, no tendrán problemas en sus trabajos o podrán superar cualquier verificación que vengan a hacerles en sus CDR, mientras a hurtadillas continuarán traficando con productos robados o mantendrán pequeños negocios ilegales para sobrevivir a las carencias de siempre. Los más intoxicados por el veneno inoculado durante medio siglo de consignas y “batallas” creerán que sí, que este delegado de ahora sí va a resolver el problema del pan (la ecuación más larga y difícil del sistema matemático revolucionario); el salidero de albañales de la esquina, casi tan antiguo como el Nilo e igual de largo y caudaloso; y el problema de los materiales que se necesitan para reparar el edificio de Pepe, que está apuntalado desde hace más de diez años.

El delegado “electo”, por su parte, una suerte de político tropical sin programa y sin propuestas pero bien amaestrado en la obediencia, habrá hecho sus cábalas: solo deberá tener un poco de paciencia para recibir la andanada de quejas de sus electores en cada reunión de “rendición de cuentas”; repetir una y otra vez aquellos bocadillos de manual: “el país está atravesando por una situación difícil”, “el bloqueo norteamericano impide que se puedan comprar los materiales necesarios para reparar los inmuebles”, “¿saben qué precio tiene actualmente la harina de trigo en el mercado mundial y cuánto cuesta a nuestra Revolución garantizar el pan subsidiado, compañeros?” ; y cumplirá sin chistar cada orientación que le indiquen desde arriba. A cambio, con un poco de suerte, quizás al final de su “mandato” haya podido conseguir los materiales necesarios para reparar su propia casa y quién sabe qué otro menudo beneficio adicional obtenga.

Pensando y repensando en todo esto se me ocurre que en realidad es cierto: de alguna manera aquí todos hacemos nuestras propias elecciones.
Ilustración: La fotografía fue tomada a la entrada de los elevadores del edificio de residencia de Yoani y Reinaldo, nótense los errores de la grafía en contraste con la exactitud del croquis que indica a los vecinos a dónde acudir a “nominar”.

jueves, 29 de abril de 2010

CUBA: Elecciones. Otras Opiniones Populares

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

Lecciones

http://lamalaletra.wordpress.com/2010/04/28/lecciones/

¡Y yo que creía que estas elecciones eran para votar por los delegados de barrio! Pero el noticiero me sacó de mi error. Eran para demostrar el apoyo a la Revolución y en contra de la “campaña mediática de EEUU y la UE”.

En la prolongada emisión dominical del noticiero, entrevistaron a políticos y ciudadanos comunes de variados puntos de nuestra geografía. En ninguno de los entrevistados hubo expectativas hacia la gestión de los que salgan electos; satisfacción o dudas sobre la misión de los órganos del Poder Popular en treinta y cuatro años de existencia. Ya lo dijo Fidel hace medio siglo: ¿Elecciones para qué?

domingo, 25 de abril de 2010

CUBA: Eleccciones. Otra Mirada al Proceso


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Elecciones de candidatos a las Asambleas Municipales del Poder Popular

http://octavocerco.blogspot.com/2010/04/elecciones-de-candidatos-las-asambleas.html

Posted: 24 Apr 2010 07:46 PM PDT


Cuando yo era una niña me ponía la pañoleta con aplomo –la misma que hacía una línea de salpullido sobre mi cuello-, me paraba al lado de la urna en posición de firme y saludaba la bandera. Era una pionera orgullosa de cuidar la votación, de velar por el ejercicio de la democracia.

Poco a poco las cosas fueron cambiando: llegué a odiar aquella martirizadora pañoleta que no podía quitarme sin perder mi honor revolucionario, dudé de una democracia que no contemplaba el abstencionismo como postura, comprendí la farsa de cuidar una urna que sólo servía para perpetuar el miedo de los votantes.

Llegué a los dieciseis años y la primera boleta en la que dibujé una cruz figuró para mí como el primer peldaño de la infinita escalera de la paranoia: ni siquiera tuve el valor de dejarla en blanco. Hasta hoy -mientras escribo estas líneas- he llegado a anular la mayoría, sin embargo, no he tenido la fuerza de ausentarme a las elecciones.

El domingo se acerca y lo he decidido: será la primera vez. Quizás pueda resultar un poco absurdo que yo tema “abstenerme”, por desgracia el miedo tiene caminos oscuros y pararme delante de la presidenta del colegio electoral y decirle: “No esperen por mí, no vendré a votar” es justamente lo que nunca me he atrevido a hacer.



CUBA: Elecciones Primarias bien concurridas 71.15%


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UNA MUESTRA MAS DE QUE EL PUEBLO AUN CONFIA EN SU REVOLUCION, EN SUS LIDERES Y EN EL PROCESO ELECCIONARIO INSTAURADO EN EL PAIS


El 71,15% de los electores cubanos convocados hoy para renovar las asambleas municipales (gobiernos locales) de la isla han ejercido su derecho al voto
Publicado Domingo , 25-04-10 a las 21 : 39
El 71,15% de los electores cubanos convocados hoy para renovar las asambleas municipales (gobiernos locales) de la isla han ejercido su derecho al voto en las primeras horas de la votación, ha informado la Comisión Electoral Nacional.

El vicepresidente de la Comisión, Rubén Pérez Rodríguez, ha dicho a la televisión estatal que, cuatro horas después de la apertura de los colegios, concretamente a las 11.00 (15.00 GMT) ya habían concurrido a las urnas 6.316,337 electores.

Más de 8,4 millones de electores cubanos están convocados para elegir 15.093 miembros de las 169 Asambleas Municipales (gobiernos locales) de la isla, gobernada por el Partido Comunista, el único permitido. Para un total de 325.464 jóvenes mayores de 16 años ésta será la primera vez que votan.

Las votaciones «marchan bien»
Pérez ha declarado que las votaciones en todas las provincias "marchan bien", se están desarrollando "sin ninguna dificultad" y ha añadido que lo más importante ha sido esta comparecencia "muy masiva" de los electores. Además ha recordado que las 29.854 mesas de votación habilitadas permanecerán abiertas hasta las 18.00, hora local (22.00 GMT), pero su previsión es que dos horas antes la "inmensa mayoría" de los votantes ya haya acudido a las urnas.

A estos comicios, que se celebran cada dos años y medio, se han presentado 34.776 candidatos a delegados, elegidos en más de 50.000 asambleas celebradas desde febrero pasado en toda Cuba. Se trata de elecciones parciales puesto que la votación se repetirá el 2 de mayo en los lugares donde se produzca empate o haya candidatos que no superen el 50% de apoyo.

CUBA: ¿Los Ausentes Votan?


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Fidel Castro ejerce su derecho al voto. Mientras los casi 4 Millones de cubanos en el Extrior no tienen derecho a votar. Alguien del Gobierno pudiera responder a esta situación peculiar de Cuba. Exigimos Nuestro Derecho al Voto!. Como lo hacen todos los países con sus ciudadanos residenciados en el extranjero, esa sí es una función de las Embajadas y Consulados de Cuba en cada país del Planeta donde tengan representación.

LA HABANA, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -


El ex mandatario cubano Fidel Castro, ejerció su derecho al voto en las elecciones municipales que este domingo se celebran en Cuba para elegir a los concejales de los 169 municipios mediante un representante.

Uno de los integrantes del Colegio 1 de la Circunscripción 13 del municipio de Plaza de la Revolución en La Habana entregó el voto del ex presidente y líder de la Revolución a las 10.00 horas (16.00, hora peninsular española) a la presidenta del colegio, Migdalia García, según informó la agencia de noticias cubana Prensa Latina.

Tal como establece la normativa, García rasgó el sobre sellado, tomó el papel y lo depositó en la urna custodiada por dos estudiantes.

Más de 8,4 millones de cubanos están convocados a las urnas este domingo para elegir a 15.093 delegados entre un total de 34.776 candidatos. Los colegios electorales cerrarán a las 18.00 (medianoche en España). El próximo 2 de mayo se celebrará la segunda vuelta de estos comicios en las circunscripciones donde ninguno de los candidatos obtenga más del 50 por ciento de los votos válidos emitidos.



Fidel Castro: Voto unido

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

¿REALMENTE A QUIEN LE CONVIENE ESTO?

Fidel Castro: Voto unido

11/01/2008

Nosotros queríamos que no se viera la idea del voto unido como una consigna sino como una estrategia revolucionaria; que no se viera la idea del voto unido como un acto de disciplina sino como un acto de conciencia; que se entendiera, que se viera que es lo más justo del mundo que podemos hacer con nuestros votos, lo más justo del mundo si queríamos una asamblea verdaderamente representativa, si queríamos que ciudadanos humildes de este país pudieran ser electos diputados a la Asamblea Nacional o delegados a las asambleas provinciales. Si queríamos justicia, si queríamos igualdad, si queríamos que nuestro sistema fuera mejor.

Enseñar a votar es una cuestión técnica, es un aspecto jurídico decirle al ciudadano: "Usted tiene tales derechos, tantos votos, puede hacerlo así o de otra forma; votar por uno, por dos, por todos o por ninguno, ese es su derecho." Es decir, enseñar a votar no es una estrategia. El voto unido no es una cuestión técnica, es una cuestión política: es la estrategia de los patriotas, es la estrategia de los revolucionarios.

Fidel, el 20 de febrero de 1993

Hay que tener mucha paciencia para discutir, pero hay que discutir; mucha paciencia para tratar de persuadir; pero hay que tratar de persuadir.

Fidel Castro. Foto: ArchivoFragmentos del discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el encuentro con los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional y delegados a la Asamblea Provincial de Ciudad de La Habana, efectuado en el teatro Lázaro Peña, de la CTC. Ciudad de La Habana, 6 de febrero de 1993, Año 35 de la Revolución.

Por eso es tan importante enseñar a votar, y no solo enseñar a votar, sino persuadir a los electores de que lo que conviene al país es el voto unido de los revolucionarios y de los patriotas y no el voto dividido, no el voto disperso. Hay que persuadir a los ciudadanos de que el voto disperso perjudica al proceso, que el voto dividido y disperso no es lo que le conviene al país, no es lo que le conviene a la patria, no es lo que le conviene a la Revolución; que el país debe hacer suyos esos candidatos que han sido escogidos con tantos escrúpulos, con tanta honradez, con tanto cuidado, que han sido seleccionados en virtud de principios y no en virtud de influencias, en un proceso donde se han cumplido, al pie de la letra, todos los requisitos establecidos. Eso es lo que constituiría un verdadero triunfo de nuestra concepción electoral y democrática, lujo que puede darse nuestro país y que muy pocos países del mundo pudieran darse.

Por eso estas dos cosas: enseñar a votar y defender el voto unido, y defenderlo con principios y decirle a cada ciudadano: Esto es lo que le conviene al país, esto es lo que le conviene a la Revolución, esto es lo que le conviene a la patria, usted es libre de hacer lo que estime conveniente. Respetamos su derecho: si quiere votar por uno, vota por uno; si quiere votar por dos, vota por dos; si por tres, hágalo por tres; si no desea votar por ninguno, no vote por ninguno; es decir, respetamos su derecho, pero lo que conviene al país es esto, lo que conviene a la patria es esto, lo que conviene a la Revolución es esto. Y, desde luego, apelar al espíritu de unión, al espíritu de solidaridad, al espíritu revolucionario, al espíritu patriótico de nuestros ciudadanos.

No estoy mencionando aquí la actitud que vayan a adoptar los que están en contra de la Revolución, los que quieren que Cuba se convierta en un Miami, los que quieren que Cuba se convierta en una colonia yanki, los que quieren que la Revolución sea destruida, los que quieren que la Revolución no resista o no pueda resistir. Esa es otra actitud, ya me imagino lo que harán: o no votarán, o anularán las boletas, o se pondrán a inventar cosas que de alguna manera perjudiquen. Desde luego, es claro que no votarán por los cuadros más destacados de la Revolución, no votarán por los cuadros de más historia, eso es seguro, pero no es lo que nos preocupa, porque los más conocidos tienen más posibilidades de salir electos, puesto que sabemos cómo piensa nuestro pueblo, cómo siente nuestro pueblo. Confiamos en el espíritu patriótico y revolucionario de nuestro pueblo, y en que actuará a la altura de las circunstancias en este combate, en esta batalla, que es una batalla importante del periodo especial. Tenemos por delante todo el periodo especial, y nos conviene un país unido, nos conviene un país fuerte, nos conviene un proceso sólido que inspire respeto a los enemigos de la patria, que inspire respeto a los enemigos de la Revolución, que vean al pueblo unido, que vean al pueblo decidido (APLAUSOS).

Decía que, desde luego, hay que distinguir entre aquel que es un recalcitrante contrarrevolucionario y el que pueda estar equivocado, el que pueda estar confundido. Al que pueda estar confundido hay que esclarecerlo, al que pueda estar equivocado hay que hacerlo salir de su equivocación.

Hay que captar, hay que ganar, no se puede renunciar a ganar la buena voluntad de un solo ciudadano; por lo tanto, habría que hacer tres cosas: primero, hay que persuadir para que voten, librar la batalla porque se vote; segundo, hay que enseñar a votar; tercero, hay que exhortar a votar unidos y no dispersar ni dividir el voto.

Hay que conquistar a todo el que pueda ser conquistado, hay que ganar para el apoyo a la candidatura del pueblo a todo el que pueda ser ganado, a todo el que pueda ser conquistado. Esa es una de las tareas políticas importantísimas que debemos hacer, no vamos a dejar al enemigo a aquel que esté confundido para que se confunda más. Hay que hacer acopio de paciencia, de inteligencia, utilizar los infinitos argumentos que tiene la Revolución; sobre todo, hay que hacerles ver lo que se está jugando en este periodo especial, que es la Revolución, que es el socialismo, que es la patria, que es la existencia de la nación, por la cual han luchado generaciones enteras durante más de 100 años; que lo que se está jugando es muy sagrado, demasiado sagrado para que se pueda actuar irreflexiblemente, para que se pueda actuar irresponsablemente.

El que no pueda ser convencido que no se convenza, pero que no deje de ser convencido por falta de nuestro esfuerzo para convencerlo. No importe cómo piense, tenemos un trabajo político importante que realizar con todos los ciudadanos. Esa es una tarea más, podríamos decir, de la Revolución, derivada de este proceso de perfeccionamiento de nuestro sistema electoral.

Comprendo que hay que tener mucha paciencia para discutir, pero hay que discutir; mucha paciencia para tratar de persuadir, pero hay que tratar de persuadir. No podemos dejar que sea el enemigo el que realice el trabajo. Ahora, ¿quiénes deben realizar este trabajo? El trabajo lo tiene que realizar todo el pueblo, ¡todo el pueblo! (APLAUSOS)

CUBA: ELECCIONES GUBERNAMENTALES


EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

(CUBA) POLITICA, ELECCIONES

Un madrugador Raúl Castro votó para las municipales en un colegio habanero


El general Castro llegó antes de las siete de la mañana (11:00 GMT) al colegio electoral donde votó en el municipio Plaza de la Revolución de La Habana, y saludó a los vecinos del lugar, según mostró la televisión oficial.

Castro recibió un diploma de reconocimiento por ser el primer votante en ese colegio y conversó con algunos electores sobre la fuerte sequía que está afectando a varias zonas del país, una de las más intensas que ha afectado a la isla en el último siglo.

Más de 8,4 millones de cubanos están convocados a las urnas para elegir 15.093 miembros de las 169 Asambleas Municipales (gobiernos locales) de la isla, en unos comicios que se celebran cada dos años y medio en el país.

A esta votación concurren 34.776 candidatos, elegidos en más de 50.000 asambleas celebradas en toda Cuba, donde gobierna el Partido Comunista, el único permitido.

Las 30.000 mesas de votación permanecerán abiertas hasta las 18:00 hora local (22:00 GMT).EFE

El Proceso Electoral cubano

Por: Ana C. Fuentes
http://orlandozapatatamayo.blogspot.com/2010/04/el-verdadero-fraude-de-las-elecciones.html

Cualquier alma cándida o dispuesta a que le endulcen los oídos encontrará en los principios en los que está basada la Ley Electoral cubana razones para defender que se trata del sistema más democrático del mundo. Nada de partidos, es el pueblo proponiendo y eligiendo a sus representantes. Nada de campañas electorales millonarias: apenas una escueta biografía de los candidatos colgada en la puerta de algún colegio, farmacia o bodega. Vecinos conocidos por sus vecinos. ¿Hace falta más?

Aún pretendiendo ignorar el significativo hecho de cómo se pactan las nominaciones, habría que preguntarse qué poder tienen esos representantes del pueblo —sin presupuesto ni recursos ni potestad— para solucionar los problemas de sus electores, asuntos tan simples como los baches de una calle, el techo del colegio o la falta de un servicio de recogida de basura. A saber, estos representantes conforman parte de la Asamblea Municipal del Poder Popular, que a su vez elige los representantes a la Asamblea Provincial, que a su vez elige los candidatos a la Asamblea Nacional que es la que, supuestamente, “expresa los deseos soberanos del pueblo”, según reza la Constitución.

Claro que en todo esto hay cuotas. Detrás de toda esta maquinaria están las Comisiones de Candidaturas, presididas por un representante de la Central de Trabajadores de Cuba (el único y vertical sindicato cubano) e integradas por miembros de todas las llamadas organizaciones de masas (los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la de agricultores y las de estudiantes universitarios y de enseñanza media) que a estas alturas pocos dudarán que responden a una única voz (la del Partido Comunista) que no es precisa y necesariamente la del pueblo sino la del poder. Estas organizaciones copan, con sus propios representantes, las asambleas. De modo que el pueblo llano sólo integra como máximo el 50% del gobierno provincial y nacional. La otra parte la componen los de siempre, nominados ‘desde arriba’ por las propias estructuras de poder.

Cierto que el pueblo vota, desde la última reforma del sistema electoral (1992), cada 5 años, por los candidatos a la Asamblea Nacional. De ahí que la campaña institucional cuando corresponden estos comicios insista en el ‘voto unido’, una cómoda casilla al principio del boleto para votar de golpe por todos. La explicación oficial es que la gente no vaya a dejar de votar por algún infeliz representante desconocido, pero cualquier persona mínimamente avispada entenderá que lo que se pretende evitar es todo lo contario: que la gente no vote por los conocidos, los históricos, los que llevan 51 años prometiendo sin cumplir.

Capítulo aparte merece el asunto de la participación. La presión para ir a votar es puerta a puerta. En Cuba, aunque la ley electoral aclara que no es obligatorio ejercer ese derecho, el discurso va por un lado y la realidad por otra. Pioneritos aspirantes a ser como el Che y cederistas comprometidos con la defensa de la revolución, despliegan ese día un gardeo a presión para que nadie ‘olvide’ su compromiso ciudadano. Algunos, pocos aunque cada vez más, hartos de tanto cuento, declinan directamente la invitación o se inventan algún viaje para esa fecha, pero cualquiera que esté al tanto de la psicología del miedo instalada en Cuba entenderá que la gente vaya a votar en porcentajes que envidiaría cualquier democracia occidental: jugarse el cartel de ‘desafecto’ puede dar al traste con un puesto de trabajo o con la posibilidad de terminar los estudios o, si estás en trámite de viajar o tienes aspiración de hacerlo, con el dichoso permiso de salida. Con todo, las mesas electorales no tienen muchos reparos a la hora de alterar el censo. Recuerdo uno de los últimos procesos electorales que viví en Cuba, como miembro de una de esas mesas, cuya presidenta a la hora del cierre del colegio procedió a eliminar, convenientemente, a varias de las personas que no votaron porque “ya no vivían en el barrio”.

Tampoco se explica muy bien por qué si gran parte de los 2 millones de cubanos que vivimos fuera de la Isla tenemos derecho a ejercer el voto (tenemos inscripción consular, estamos obligados a viajar a la isla con el pasaporte cubano, por el que nos cobran un riñón, no estamos locos ni cumplimos condena y además representamos una fuente importante de ingresos para la economía del país), no hay colegios electorales en las embajadas y consulados cubanos. O sea, en la práctica no contamos como electores, o lo que es peor, el gobierno nos impide ejercer ese derecho. ¿Por qué los consulados y embajadas cubanas invitan a los cubanos residentes en el exterior a firmar manifiestos en defensa del régimen y en cambio no procuran un espacio electoral para ellos?

Cuando el lunes las alertas de Google reboten una y otra vez la propaganda oficial, el mundo amanecerá con la noticia de que más del 96% de los cubanos acudieron a las urnas, unas cifras que representan una “contundente” respuesta a la “feroz campaña mediática” desatada contra Cuba. Y voy yo y me lo creo.



sábado, 24 de abril de 2010

CUBA: SISTEMA ELECTORAL Y ELECCIONES


EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

Por: Ana C. Fuentes
http://orlandozapatatamayo.blogspot.com/2010/04/el-verdadero-fraude-de-las-elecciones.html





Cualquier alma cándida o dispuesta a que le endulcen los oídos encontrará en los principios en los que está basada la Ley Electoral cubana razones para defender que se trata del sistema más democrático del mundo. Nada de partidos, es el pueblo proponiendo y eligiendo a sus representantes. Nada de campañas electorales millonarias: apenas una escueta biografía de los candidatos colgada en la puerta de algún colegio, farmacia o bodega. Vecinos conocidos por sus vecinos. ¿Hace falta más?

Aún pretendiendo ignorar el significativo hecho de cómo se pactan las nominaciones, habría que preguntarse qué poder tienen esos representantes del pueblo —sin presupuesto ni recursos ni potestad— para solucionar los problemas de sus electores, asuntos tan simples como los baches de una calle, el techo del colegio o la falta de un servicio de recogida de basura. A saber, estos representantes conforman parte de la Asamblea Municipal del Poder Popular, que a su vez elige los representantes a la Asamblea Provincial, que a su vez elige los candidatos a la Asamblea Nacional que es la que, supuestamente, “expresa los deseos soberanos del pueblo”, según reza la Constitución.

Claro que en todo esto hay cuotas. Detrás de toda esta maquinaria están las Comisiones de Candidaturas, presididas por un representante de la Central de Trabajadores de Cuba (el único y vertical sindicato cubano) e integradas por miembros de todas las llamadas organizaciones de masas (los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la de agricultores y las de estudiantes universitarios y de enseñanza media) que a estas alturas pocos dudarán que responden a una única voz (la del Partido Comunista) que no es precisa y necesariamente la del pueblo sino la del poder. Estas organizaciones copan, con sus propios representantes, las asambleas. De modo que el pueblo llano sólo integra como máximo el 50% del gobierno provincial y nacional. La otra parte la componen los de siempre, nominados ‘desde arriba’ por las propias estructuras de poder.

Cierto que el pueblo vota, desde la última reforma del sistema electoral (1992), cada 5 años, por los candidatos a la Asamblea Nacional. De ahí que la campaña institucional cuando corresponden estos comicios insista en el ‘voto unido’, una cómoda casilla al principio del boleto para votar de golpe por todos. La explicación oficial es que la gente no vaya a dejar de votar por algún infeliz representante desconocido, pero cualquier persona mínimamente avispada entenderá que lo que se pretende evitar es todo lo contario: que la gente no vote por los conocidos, los históricos, los que llevan 51 años prometiendo sin cumplir.

Capítulo aparte merece el asunto de la participación. La presión para ir a votar es puerta a puerta. En Cuba, aunque la ley electoral aclara que no es obligatorio ejercer ese derecho, el discurso va por un lado y la realidad por otra. Pioneritos aspirantes a ser como el Che y cederistas comprometidos con la defensa de la revolución, despliegan ese día un gardeo a presión para que nadie ‘olvide’ su compromiso ciudadano. Algunos, pocos aunque cada vez más, hartos de tanto cuento, declinan directamente la invitación o se inventan algún viaje para esa fecha, pero cualquiera que esté al tanto de la psicología del miedo instalada en Cuba entenderá que la gente vaya a votar en porcentajes que envidiaría cualquier democracia occidental: jugarse el cartel de ‘desafecto’ puede dar al traste con un puesto de trabajo o con la posibilidad de terminar los estudios o, si estás en trámite de viajar o tienes aspiración de hacerlo, con el dichoso permiso de salida. Con todo, las mesas electorales no tienen muchos reparos a la hora de alterar el censo. Recuerdo uno de los últimos procesos electorales que viví en Cuba, como miembro de una de esas mesas, cuya presidenta a la hora del cierre del colegio procedió a eliminar, convenientemente, a varias de las personas que no votaron porque “ya no vivían en el barrio”.

Tampoco se explica muy bien por qué si gran parte de los 2 millones de cubanos que vivimos fuera de la Isla tenemos derecho a ejercer el voto (tenemos inscripción consular, estamos obligados a viajar a la isla con el pasaporte cubano, por el que nos cobran un riñón, no estamos locos ni cumplimos condena y además representamos una fuente importante de ingresos para la economía del país), no hay colegios electorales en las embajadas y consulados cubanos. O sea, en la práctica no contamos como electores, o lo que es peor, el gobierno nos impide ejercer ese derecho. ¿Por qué los consulados y embajadas cubanas invitan a los cubanos residentes en el exterior a firmar manifiestos en defensa del régimen y en cambio no procuran un espacio electoral para ellos?

Cuando el lunes las alertas de Google reboten una y otra vez la propaganda oficial, el mundo amanecerá con la noticia de que más del 96% de los cubanos acudieron a las urnas, unas cifras que representan una “contundente” respuesta a la “feroz campaña mediática” desatada contra Cuba. Y voy yo y me lo creo.

“Elecciones ¿para qué?” *Yoani Sanchez

http://www.desdecuba.com/generaciony/?p=3316

Qué largo camino el que me llevó de ser una pionerita custodiando las urnas a esta adulta con varios años de abstencionismo a sus espaldas. Mi hermana y yo íbamos con nuestros uniformes escolares los domingos de sufragio para hacer el saludo marcial cada vez que alguien introducía la boleta en la ranura. Recuerdo tres motivos al menos para participar en aquellas elecciones: creíamos aún en que el poder del pueblo era poder, no era posible decir un “no” si la maestra –con toda su autoridad– nos convocaba y, además, en aquellas jornadas repartían un pan con queso muy sabroso. No me perdía una, la verdad, pues nos entregaban también un jugo de frutas –en envase parafinado– que era imposible de probar en otras circunstancias, en medio de tanto racionamiento.

Con la llegada de los años noventa, muchos de aquellos niños guardianes de las elecciones pasamos a ser jóvenes que anulaban boletas con frases entre signos de exclamación. Recuerdo la primera vez que entré a un locutorio de madera y fui dispuesta a pintoretear el trozo de papel donde nos habían emplazado a “votar por todos”. Una vecina me advirtió que ni se me ocurriera escribir una consigna en lugar de marcar la dócil cruz al lado de los nombres, pues cada papeleta tenía un número que la identificaba. “Van a saber que fuiste tú”, me aseguró y sacó a colación historias de gente reprendida por haber hecho algo similar. Pero hay ciertos momentos en la vida en que ya no importan el regaño ni el castigo.

Después, al repasar el número de los amigos y familiares que habían invalidado su boleta, no se correspondía proporcionalmente con las cifras que daba la tele. O quienes decían haber hecho un grafiti en lugar de dar su consentimiento mentían o eran las estadísticas oficiales las que no coincidían con la realidad. De manera que pasé a la segunda fase del hastío, a la posición de quienes han dejado de confiar –totalmente– en el proceso de seleccionar a un candidato para el Poder Popular. Así que ahora me quedo en casa cada domingo de elecciones. No sé si todavía reparten panes con queso a los niños que vigilan las urnas, pero sí que los siguen mandando a tocar las puertas de los morosos, pidiéndoles que vayan al colegio electoral. Quizás –si todo sigue igual– algunos de ellos cumplirán 16 años y tomarán el lápiz rojo para garabatear su boleta o adoptarán –al igual que yo– el abstencionismo como forma de protesta.

* Consigna expresada por Fidel Castro durante el primer año de la Revolución para responderle a quienes pedían elecciones presidenciales en el país.


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