Para aquellos que dicen que LOS CUBANOS EXILIADOS ESTAMOS LLENOS DE ODIO ahí les va esto:
Tampoco fuimos los que separamos familias ni mandamos a los niños becados a escuelas al campo separándolos de la familia y exponiéndolos a trabajos forzados sin pagarle un centavo.
¿Odio?
Nosotros no fusilamos a nadie sin juicio, ni derribamos avionetas civiles, ni arrancamos a criaturas de los brazos de sus madres a chorros de agua.
Nosotros no torturamos, ni arrastramos a personas por el pavimento solo por pensar diferente o quererse ir de Cuba.
Nosotros no les quitamos sus negocios ni propiedades a las personas ni las marginamos llamándoles gusanos.
Nosotros no cerramos iglesias ni botamos curas y monjas de Cuba. Nosotros no suspendimos la Navidad ni creamos los campos de concentración de la UMAP.
Nosotros no perseguimos a jóvenes por oír rock & roll, llevar el pelo largo y vestir a la moda. Nosotros no perseguimos a los homosexuales
Nosotros no matamos de hambre a los cubanos para que no pensaran en otra cosa que buscar que llevarse a la boca. Nosotros no entrenamos guerrillas extranjeras en suelo cubano ni enviamos jóvenes a morir a Angola.
Nosotros no damos cobijo a delincuentes y terroristas internacionales en suelo cubano. Al contrario somos nosotros, los exiliados, los que mantenemos a nuestras familias dentro de Cuba enviando millones de dólares en remesas al año. Entonces,
¿Quienes fueron los que sembraron el odio en Cuba?"
Tampoco fuimos los que separamos familias ni mandamos a los niños becados a escuelas al campo separándolos de la familia y exponiéndolos a trabajos forzados sin pagarle un centavo.
Ni les negamos el alimento a los cubanos racionándoles la comida con una libreta de abastecimiento.
Ni les negamos la leche a los niños y ancianos.
No les quitamos las navidades ni le negamos los juguetes a los niños.
No les negamos el derecho a pensar ni a reunirse ni viajar libremente dentro de su propio país.
No les hemos negado el derecho a votar por su presidente como lo han hecho ya por más de 58 años.
No hemos asesinado y luego culpado a otros de nuestros asesinatos.
Así que.
Para hablar de un exilio. Lean. Cojan el dedo índice. Si. Ese mismo. Ahora póngaselo en la boca y cállese.
Deje de hablar mierda que el dolor del exilio se respeta.
Ya saben.