Las "bondades" del Régimen carcelario castrista

José Daniel Ferrer Garcia
Hoy, poe ejemplo, en Cuba, hasta en las prisiones obligan a celebrar el 1ro de mayo. Quienes son los que participan de esto en prisión y en qué condiciones sobreviven? He aquí un relato que ilustra el tema:
"Otro baño de cuchilla"
Roberto no es un jefe Mossi con el rostro escarificado, su piel no es oscura ni vive en Burkina faso. Es un recluso común de apellido Guerra Cruz de poco más de treinta años de edad, visiblemente afectado psíquicamente y que se autoagrede (mutila), muy a menudo. De ahí, las muchas marcas en su cuerpo.
Hubo un tiempo en que Roberto soñó con emigrar. Lleva tatuada en su espalda la frase: "cuando un pueblo emigra los gobernantes sobran". Por lo que ha sido víctima de represalias. Ya no sueña, su vida es una pesadilla.
Como otros muchos hijos de la amplia capa de cubanos marginados, él y dos hermanos, ingresaron muy jóvenes a prisión. Lester, el menor, se ahorco en el 2004. Y como van las cosas, la vida de Roberto corre serio peligro.
Para los jefes del penal, autoagredirse es una indisciplina que debe ser castigada y nada mas. Poco, o nada, les importa el estado mental del autoagresor. Psicólogos y psiquiatras desempeñan un lamentable papel, y permiten que torpes carceleros cuestionen y desestimen sus diagnósticos y decisiones profesionales.
En lo que va de año, por herirse, Roberto ha sido enviado a celdas de castigos en tres ocasiones. Cuando se ve confinado en solitario, se da, lo que en el argot carcelario llaman, "un baño de cuchilla". Le han tenido que sacar casi desangrando y con los intestinos a la vista.
El pasado martes 24 de febrero, después de haber perdido abundante sangre, estando en una de dichas celdas, le encadenaron pies y manos. Esta fue la "humana e inteligente" solución que idearon los carceleros para que no continuara hiriéndose.
Le apretaron tanto las manillas de los pies, que un rato después no aguantaba el dolor. Estaba tan débil, que sus gritos apenas eran audibles. Los funcionarios no querían aflojarles las esposas y los reclusos vecinos no se atrevían a reclamar el fin de aquella tortura. Tuve que protestar al regresar del teléfono.
Estuvo dos días completamente encadenado. Sin comer en todo ese tiempo. Se negaron a liberarle las manos, aunque solo fuese unos minutos, para que ingiriera los alimentos. Desesperado golpeo su frente contra una de las barras metálicas de la "cama", produciéndose la consiguiente herida.
El viernes, cuando pregunté por él, otro recluso me dijo:((se lo llevaron para el hospital "Guevara" después que vino la familia; luego que le metió la frente a la cama, se desguazó los muslos con una cuchilla.))
((¿Cómo lo hizo, si estaba completamente amarrado?)) Pregunté, y nadie me supo explicar. Pero lo cierto fue, que se dio, otro "baño de cuchilla".

José Daniel Ferrer Garcia. Prisionero de conciencia.
Prisión Provincial de Las Tunas "El Típico".