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miércoles, 28 de mayo de 2014

El tenebroso carnicero de San Martín (La Fuerza de la Fe) | Potencia Médica

El tenebroso carnicero de San Martín | Cubanet



 EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO




El tenebroso carnicero de San Martín

Cerca de 3 mil 800 operaciones dice haber realizado al aire libre, sin que al parecer se presentara allí un inspector






El Carnicero de Ciego de Ávila_captura de pantalla del documental
El Carnicero de Ciego de Ávila_captura de pantalla del documental
LA HABANA, Cuba -Un pobre diablo, semianalfabeto e ignaro total en
medicina (a juzgar por el modo en que se expresa), interviene
quirúrgicamente a miles de personas usando como único instrumental un
rústico cuchillo de cocina y, desde luego, sin las más elementales
condiciones sanitarias en el sitio en que lleva a cabo su carnicería.


Escalofriante resulta verlo clavando el cuchillo en los ojos, el
cuello, el vientre o la columna vertebral de sus pacientes/víctimas,
mientras explica, con pedestre jerga, que el espíritu de un antiguo
muerto es quien dirige sus operaciones quirúrgicas, para las cuales
utiliza como anestésico una mezcla de perfume, ron, cebolla y alcohol,
cuya fórmula, según él, también le fue dictada por el muerto.


Se trata de un curandero de la oriental provincia cubana de Ciego de
Ávila, cuyos “milagros” ven boquiabiertos los habaneros por estos días, a
través del documental “El ‘médico’ de San Martín” (Fe y misterio o el misterio de la fe),
filmado por una productora independiente, subido a Youtube y que
–debido a nuestra falta de acceso a internet- circula en Cuba de mano en
mano en soporte de memoria flash.


El carnicero en cuestión (no parece ser un estafador, pues asegura
que no cobra nada por sus servicios) se proyecta como una especie de
chamán criollo. La gente hace largas colas para ser atendida por él, y
no sólo los lugareños del batey San Martín, en el municipio Primero de
Enero, que es donde ejerce, sino de toda Cuba, e incluso del extranjero,
de acuerdo con lo que se asegura en el documental.


El Carnicero operando_captura de pantalla del documental
El Carnicero operando_captura de pantalla del documental


Cerca de 3 mil 800 operaciones dice haber realizado al aire libre,
sin que al parecer se presentara allí un inspector o cualquier otra
autoridad para exigirle que muestre sus credenciales como profesional de
la medicina. Es algo verdaderamente insólito, si tenemos en cuenta la
implacable persecución y el riguroso tratamiento que debe enfrentar
cualquier cubano cuando apenas intenta vender tamales o maní tostado o
aguacates, sin la correspondiente licencia.

¿Quién es realmente este hombre y qué misterio le rodea para que las
activas fuerzas represivas del régimen hayan pasado por alto durante
largo tiempo el grotesco espectáculo de sus “curaciones”? A juzgar por
lo que afirma una de las paciente/víctimas, hace 19 años que él la operó
de un riñón. De modo que el asunto tiene ya larga data. Y él mismo
asevera que desde los hospitales de las ciudades de Morón y de Ciego le
remiten pacientes desahuciados por sus médicos.

Al inicio del documental se advierte que éste no es apto para las
personas sin fe. Pero no creo que sea por falta de fe, o de tolerancia, o
de respeto ante el ejercicio del libre albedrío de las personas, por lo
que uno se escandaliza ante lo que está ocurriendo en el batey San
Martín. Chamanes, charlatanes, curanderos, espiritistas y fanáticos de
toda laya nunca han faltado en Cuba y en todos los rincones de la
Tierra. Y por supuesto que tienen su derecho a existir, del mismo modo
que a sus seguidores les cabe el derecho de no ser molestados.

El chamán criollo en su faena_captura de pantalla del documental
El chamán criollo en su faena_captura de pantalla del documental

Pero las leyes de este mundo presuntamente civilizado establecieron
desde hace mucho que el derecho a ejercer la libre voluntad cesa para un
ser humano justo cuando viola los derechos de otro ser. Y no podríamos
negar con seriedad que, aun cuando ellos mismos lo ignoren, esos
fanáticos pacientes/víctimas del carnicero de San Martín tienen derecho a
que sus enfermedades sean atendidas por auténticos especialistas, con
dominio de los adelantos médicos que resultan propios de la época, y no
por un gárrulo ignorante, que –supongamos que con la mejor intención-
les agrede salvajemente, cuchillo en mano.

¿En esto tuvo que venir a parar el mito de la potencia médica cubana?
Hoy suele decirse que nuestra isla está tocando fondo dentro del
espectro de los peores países del llamado Tercer Mundo. Casos como el de
San Martín lo demuestran. Y hasta sugieren que inauguraremos el Cuarto
Mundo, con perspectivas para el Quinto.


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