EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
El último comandante de la Revolución Cubana ha muerto
Tuve mi primer encuentro con el comandante Huber Matos años
atrás. Llegué a su casa con ese misterio de conocer a quien tenía tanta
historia encima. Éramos varios en el salón contiguo a su vivienda.
Antes de su entrada, me lo imaginaba quizá gigante, con tantas historias
de la Sierra que había leído o escuchado. Sin embargo, entró con su
cubanía intacta, dicharachero, y haciendo algún que otro chiste irónico
sobre sus años y su salud. Recuerdo, cuando lo saludé, decir: “te doy esta mano porque tengo el hombro desbaratao con la mano de palos que me dieron”.
Era tal su humildad que el resto de las horas pasó inadvertidamente a
ser uno más entre nosotros, resumía en ese gesto lo que siempre fue, un
líder y un soldado.
atrás. Llegué a su casa con ese misterio de conocer a quien tenía tanta
historia encima. Éramos varios en el salón contiguo a su vivienda.
Antes de su entrada, me lo imaginaba quizá gigante, con tantas historias
de la Sierra que había leído o escuchado. Sin embargo, entró con su
cubanía intacta, dicharachero, y haciendo algún que otro chiste irónico
sobre sus años y su salud. Recuerdo, cuando lo saludé, decir: “te doy esta mano porque tengo el hombro desbaratao con la mano de palos que me dieron”.
Era tal su humildad que el resto de las horas pasó inadvertidamente a
ser uno más entre nosotros, resumía en ese gesto lo que siempre fue, un
líder y un soldado.
Casualidades de la vida, ese día apareció una urgencia con los miembros del CID en Cuba,
yo tuve que oficiar de vínculo realizando una llamada telefónica,
privilegio que me permitió adentrarme en su casa y, como premio,
llevarme en mis manos un libro, su autobiografía: “Cómo llego la noche“.
yo tuve que oficiar de vínculo realizando una llamada telefónica,
privilegio que me permitió adentrarme en su casa y, como premio,
llevarme en mis manos un libro, su autobiografía: “Cómo llego la noche“.
El libro, debo confesar, lo vi un tanto extenso, quizás por respeto a
su gentileza, comencé a leerlo solo unos días después. Pero no lo leí,
me lo devoré. Estimo que sus más de 500 páginas las he leído en apenas
48 horas. No podía parar de leer, y con ello vivir en carne propia la
verdadera historia de la Revolución Cubana. Revolución que luego fue
usurpada por quienes hoy aún ostentan el poder en Cuba. Ese libro es el libro de la Revolución. Contado
desde una experiencia desgarradora, violenta y en ocasiones tan
impactante que solo puedes pensar ”¡no es justo que tantos se hayan ido
sin ver a una Cuba libre! ¡Dios, que algún día se haga justicia!”.
su gentileza, comencé a leerlo solo unos días después. Pero no lo leí,
me lo devoré. Estimo que sus más de 500 páginas las he leído en apenas
48 horas. No podía parar de leer, y con ello vivir en carne propia la
verdadera historia de la Revolución Cubana. Revolución que luego fue
usurpada por quienes hoy aún ostentan el poder en Cuba. Ese libro es el libro de la Revolución. Contado
desde una experiencia desgarradora, violenta y en ocasiones tan
impactante que solo puedes pensar ”¡no es justo que tantos se hayan ido
sin ver a una Cuba libre! ¡Dios, que algún día se haga justicia!”.
Esa autobiografía descarnada es también una dolorosa vivencia de la
soledad de la lucha por la libertad, de cuántos cubanos han luchado en
soledad, y cuántos han perdido su vida siendo tildados por los buitres
de América como “gusanos”, “escoria” o “cipayos”. Pero la verdadera
historia de la lucha aún está por ser contada. Quién sabe si con su
muerte comienza el mundo a comprender y a ponerse de lado de la causa
cubana.
soledad de la lucha por la libertad, de cuántos cubanos han luchado en
soledad, y cuántos han perdido su vida siendo tildados por los buitres
de América como “gusanos”, “escoria” o “cipayos”. Pero la verdadera
historia de la lucha aún está por ser contada. Quién sabe si con su
muerte comienza el mundo a comprender y a ponerse de lado de la causa
cubana.
La Lucha continúa, ¡Viva Cuba Libre!