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Cuba ordena cierre inmediato de cines privados
La medida se considera necesaria para proseguir combatir la impunidad, exigir el cumplimiento de la legalidad y proteger a los trabajadores por cuenta propia, dice el gobierno
09:04 a.m. | AFP.- El Gobierno cubano ordenó este sábado el cierre inmediato de pequeñas salas de cine particulares, que desde hace meses funcionaban en casas, pues "nunca han sido autorizadas", en una nota publicada en la prensa local.
La disposición está firmada por el Consejo de Ministros que preside Raúl Castro, y se refiere a la situación del trabajo por cuenta propia (privado), impulsado por su Gobierno entre las reformas para "actualizar" el modelo económico de la isla.
"La exhibición cinematográfica (incluye las salas de 3D) y los juegos computacionales, cesarán de inmediato en cualquier tipo de actividad por cuenta propia", indicó la nota, aparecida simultáneamente en Granma y Juventud Rebelde, los dos diarios de alcance nacional.
Esas actividades, "nunca han sido autorizados y se están desarrollando como único servicio y en ocasiones asociados a otras prestaciones, como las vinculadas a servicios gastronómicos", agregó.
Decenas de salas abrieron en La Habana y otras ciudades en los últimos meses, improvisadas en casas o locales, con la particularidad de que muchas de ellas proyectan películas en tercera dimensión (3D, tecnología ausente de las salas estatales).
Incluso el diario Juventud Rebelde dedicó un extenso reportaje el pasado domingo a estas salas sin criticarlas y señalando que algunas salas estatales se disponen a utilizar la tecnología 3D.
Los espectadores, generalmente niños, pagan entre uno y cuatro dólares por función, tarifa que en muchos casos incluye un refrigerio.
La tecnología usada en esas pequeñas salas no está a la venta en la isla, y por lo general es enviada por parientes y amigos desde el extranjero, por un valor que se calcula en 3.000 dólares.
El texto hace referencia a otra disposición anterior, en la cual se prohibió la actividad de venta de ropa importada por vías no comerciales y de artículos comprados en la red comercial, utilizando licencias para otro tipo de labor.
Señaló que en esos últimos dos casos, se les concede "excepcionalmente" un plazo hasta el 31 de enero para que liquiden sus inventarios.
"Estas medidas son correcciones necesarias para proseguir ordenando esta forma de gestión, combatir la impunidad, exigir el cumplimiento de la legalidad y proteger a los trabajadores por cuenta propia, que en su inmensa mayoría cumplen las regulaciones establecidas", dijo la nota.
Los trabajadores privados en Cuba aumentaron de 157.000 en 2010 a 442.000 en la actualidad, según cifras oficiales.
Sus licencias comprenden cerca de 200 actividades, de las cuales el Estado quiere liberarse "para concentrarse en lo verdaderamente decisivo".
La disposición está firmada por el Consejo de Ministros que preside Raúl Castro, y se refiere a la situación del trabajo por cuenta propia (privado), impulsado por su Gobierno entre las reformas para "actualizar" el modelo económico de la isla.
"La exhibición cinematográfica (incluye las salas de 3D) y los juegos computacionales, cesarán de inmediato en cualquier tipo de actividad por cuenta propia", indicó la nota, aparecida simultáneamente en Granma y Juventud Rebelde, los dos diarios de alcance nacional.
Esas actividades, "nunca han sido autorizados y se están desarrollando como único servicio y en ocasiones asociados a otras prestaciones, como las vinculadas a servicios gastronómicos", agregó.
Decenas de salas abrieron en La Habana y otras ciudades en los últimos meses, improvisadas en casas o locales, con la particularidad de que muchas de ellas proyectan películas en tercera dimensión (3D, tecnología ausente de las salas estatales).
Incluso el diario Juventud Rebelde dedicó un extenso reportaje el pasado domingo a estas salas sin criticarlas y señalando que algunas salas estatales se disponen a utilizar la tecnología 3D.
Los espectadores, generalmente niños, pagan entre uno y cuatro dólares por función, tarifa que en muchos casos incluye un refrigerio.
La tecnología usada en esas pequeñas salas no está a la venta en la isla, y por lo general es enviada por parientes y amigos desde el extranjero, por un valor que se calcula en 3.000 dólares.
El texto hace referencia a otra disposición anterior, en la cual se prohibió la actividad de venta de ropa importada por vías no comerciales y de artículos comprados en la red comercial, utilizando licencias para otro tipo de labor.
Señaló que en esos últimos dos casos, se les concede "excepcionalmente" un plazo hasta el 31 de enero para que liquiden sus inventarios.
"Estas medidas son correcciones necesarias para proseguir ordenando esta forma de gestión, combatir la impunidad, exigir el cumplimiento de la legalidad y proteger a los trabajadores por cuenta propia, que en su inmensa mayoría cumplen las regulaciones establecidas", dijo la nota.
Los trabajadores privados en Cuba aumentaron de 157.000 en 2010 a 442.000 en la actualidad, según cifras oficiales.
Sus licencias comprenden cerca de 200 actividades, de las cuales el Estado quiere liberarse "para concentrarse en lo verdaderamente decisivo".