Con un saludo especial a los actores educativos que en último año se destacaron y reflejaron el compromiso nacional de transformar la calidad educativa, el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, cerró este lunes, 5 de diciembre, la ceremonia que reconoció a los protagonistas de la educación estudiantes, docentes, instituciones educativas que alcanzaron los logros más destacados en el país: "Los Mejores en Educación 2011". A continuación, las palabras del primer mandatario durante este encuentro.
"Disculpen que comience con una referencia personal, pero debo decir que me emocionó escuchar que uno de los muchos premios que se han entregado hoy tiene que ver con uno de mis ancestros.
¡Y no es cualquier premio! Se trata del reconocimiento al establecimiento educativo oficial por su aporte al mejoramiento continuo a la calidad educativa, que le fue otorgado a la Institución Educativa "Antonia Santos" de Montería.
Si bien Antonia Santos -que fue mi tía tatarabuela- fue santandereana, es bueno ver cómo su nombre y su mensaje están hoy vivos en una institución de Córdoba, en el Caribe colombiano, que está apostando a lo que ha sido nuestra obsesión durante todos estos meses: la calidad educativa.
Antonia Santos y sus hermanos lideraron, en los tiempos de la Independencia, la "Guerrilla de Coromoro" o "de Santos", que tuvo un papel muy importante en nuestra gesta libertadora.
Estos valientes, en El Socorro, a punta de escaramuzas, lograron impedir que llegaran a tiempo los refuerzos españoles que iban hacia Boyacá.
Gracias a esto, Bolívar culminó la hazaña en la batalla del Puente de Boyacá, pero Antonia Santos no pudo celebrarla porque nueve días antes había sido capturada y ejecutada en el cadalso.
Su imagen, sin embargo; sus palabras; su coraje de mujer colombiana, nos han llegado hasta nuestros días, y su mayor mensaje sigue siendo el norte de nuestras acciones.
¿Cuál es ese mensaje? Uno solo, que se resume en una sola palabra: ¡Libertad!
Libertad para construir una nación justa y en paz.
Libertad para crecer como personas, para evolucionar como familias y para buscar todos la felicidad.
Libertad que requiere -y esto no podemos olvidarlo- equidad, para que todos los colombianos -no importa su origen, sus recursos, su raza, su condición- tengan acceso a las mismas oportunidades.
Porque la lucha de Antonia Santos no ha terminado ni terminará hasta que los colombianos no seamos libres, y esto no significa únicamente ser libres del yugo de un imperio extranjero.
Los colombianos tenemos que ser libres de la pobreza, libres de la injusticia, y libres de la ignorancia.
Y no concibo mejor herramienta para alcanzar esta verdadera libertad que la Educación.
Por eso es tan grato volver esta noche a esta ceremonia que premia a los "Mejores en Educación" en varias categorías y modalidades que abarcan secretarías departamentales y municipales de educación, CERES, instituciones educativas de todo tipo, instituciones de educación superior, programas, grupos de investigación, docentes y estudiantes, que se aglutinan bajo un solo concepto: Calidad Educativa.
A todos los galardonados, muchas felicitaciones.
¡Qué orgullo ser reconocidos como aportantes destacados a esta nueva batalla por la libertad que es la batalla por la calidad en la educación y por la inclusión en la educación!
Ustedes están construyendo patria y futuro con sus acciones.
Muy especialmente quiero felicitar a Alejandro Hernández, de Palmira, y a Luis Alberto Gutiérrez, de Armenia, que hoy reciben el reconocimiento como los mejores promedios nacionales en las Pruebas Saber 11, y a los demás estudiantes reconocidos como los mejores promedios departamentales.
Igualmente, a Adolfo León Restrepo y Carolina Cifuentes, ambos de Medellín, por haber sacado los mejores puntajes en las Pruebas Saber Pro, y a los demás estudiantes destacados en estas pruebas.
Ustedes son la punta de lanza de esa nueva generación de colombianos que van a liderar el camino de nuestro país hacia el desarrollo con justicia social.
¡Cuánta esperanza nos da al saber de sus esfuerzos, de su talento, de su aplicación al estudio, que producirá beneficios no sólo para ustedes sino para todos sus compatriotas!
Una felicitación especial también a sus padres, porque ellos -con toda seguridad- pusieron la semilla de estímulo y de amor en sus mentes y en sus corazones que hoy germina en sus estudios.
Yo estoy seguro, queridos estudiantes, de que ustedes quisieran aportar al país y al mundo tanto como lo ha hecho un compatriota excepcional que hoy, con toda justicia, es reconocido con la Condecoración Simón Bolívar a la "Vida y Obra": el doctor José Félix Patiño Restrepo.
Apreciado y admirado doctor Patiño: Me siento honrado, como Presidente de la República, al tener el privilegio de entregarle este reconocimiento a un hombre que ha hecho tanto por Colombia, desde la medicina y la educación.
Usted, doctor Patiño, no sólo es reconocido como uno de los más importantes cirujanos del país, con aportes fundamentales a la ciencia, no sólo a nivel nacional sino mundial, sino también -y éste es el motivo del presente homenaje- como un gran educador.
Porque no basta con tener talento si ese talento no se comparte con quienes vienen detrás, con quienes tienen ansias de aprender y de seguir sus huellas.
El doctor José Félix Patiño ha dejado lo mejor de sí en libros de divulgación científica y en sus cátedras en la Universidad Nacional y la Universidad de los Andes, entre otras varias.
Y no podemos olvidar -porque hizo historia- lo que fue su paso como Rector de la Universidad Nacional en la década de los sesenta, una universidad a la que hoy sigue vinculado.
Durante su rectorado el doctor Patiño adelantó una reforma trascendental -a la que se llamó "Reforma Patiño"- que delineó, desde entonces, la estructura actual de la Universidad, al reagrupar las carreras en tres grandes facultades.
Pero no sólo eso: se multiplicaron las carreras, se triplicó el presupuesto, se modernizaron los currículos, los profesores pasaron a ser de tiempo completo, y se abrió paso a edificaciones como el Auditorio León de Greiff y la Biblioteca Central, entre otras.
Mejor dicho, la Universidad Nacional -que hoy es orgullo del país- es lo que es en buena parte por la gestión de este colombiano admirable.
Felicitaciones y muchas gracias, doctor Patiño.
Yo sé que usted ha recibido muchos premios por su trayectoria científica y como médico, pero estábamos en mora de premiar su inmensa labor por la educación.
Los pueblos son más grandes cuando reconocen a quienes han trabajado por ellos.
Por eso quisiera pedirles que me acompañen, una vez más, a entregarle al doctor José Felix Patiño, eminencia y gloria científica de nuestro país, amante de la cultura y de la ópera, docente y rector inolvidable, el más justo de los aplausos.
Apreciados amigos:
En el año que termina se ha hablado mucho de educación, se ha discutido sobre la educación, incluso se han hechos marchas y hasta paros por causa de la educación.
Quiero decirles que todo esto -en lugar de molestarnos- nos parece un buen síntoma, un gran avance.
¡Ya era hora de que la educación estuviera en la primera página de la agenda nacional!
Ya era hora de que entendiéramos, no sólo en el Gobierno sino en el país, que la educación es el camino más seguro hacia el desarrollo y la prosperidad con equidad.
Bien lo ha dicho el doctor Patiño en una reciente entrevista:
"La mejor inversión, con el mejor rendimiento social que puede hacer un país es la inversión en educación, comenzando por el profesorado".
Por eso nos complace que al fin en Colombia la educación ocupe el papel protagónico que le corresponde, y estamos listos para continuar un proceso que nos permita hacer de ella los rieles sobre los cuales avanzan las locomotoras del progreso.
En este año que termina hemos avanzado mucho, en todas las fases del ciclo educativo, y hemos puesto las bases para cumplir las metas que nos fijamos para el cuatrienio.
No pretendo ser exhaustivo en esta enumeración, pero quisiera aprovechar este evento que premia a los mejores en educación para comentarles algunos de estos avances.
Nuestro primer reto -uno que además hemos identificado como esencial en este gobierno- es el apoyo a la atención integral de nuestros niños en la Primera Infancia -antes de los cinco años de edad-, cuando su cerebro y habilidades se forman para siempre.
A través de la estrategia "De Cero a Siempre", de la que forma parte el Ministerio de Educación, hemos logrado ya garantizar una atención integral a unos 400 mil niños en primera infancia.
Valga resaltar que, en lo corrido del gobierno -contando las que se entregarán a fines de este mes- el Ministerio ha entregado 72 centros especializados para la primera infancia, con una inversión de 50 mil millones de pesos, que asciende a 88 mil millones si sumamos aportes de otras entidades y del sector privado.
Y cómo me complace ver hoy que el premio a las entidades territoriales comprometidas con la atención a la primera infancia ha correspondido a la Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas de la Zona del Yapú, en Vaupés.
Esto significa que la política de primera infancia está llegando a los rincones más apartados del país, precisamente allí donde los niños más la necesitan. ¡Muchas felicitaciones a la Asociación!
Les cuento una cosa: yo venía a esta ceremonia de una reunión con Shakira, quien vino a visitarme, a decirme, a reiterarme su compromiso con la primera infancia.
Ella está promoviendo la construcción de 88 centros de educación para la primera infancia, con polideportivos. Me vino a decir que el año entrante va a construir 13 y tiene ya la financiación para construir 88 en los próximos cuatro años. Y con unos polideportivos, muchos de ellos tienen la asesoría y el apoyo de la Fundación Barça, del equipo Barcelona de España, pues ella tiene una influencia ahí, entonces le voy a decir que construyamos un polideportivo allá en el Vaupés, para que podamos también estimular el deporte, que es parte de la educación.
Nuestro objetivo sigue siendo, como lo he dicho muchas veces, alcanzar por lo menos 1 millón 200 mil niños en primera infancia atendidos integralmente para el año 2014.
Como ustedes saben, el mantra de la ministra Campo y el mío, en el tema de la educación, con el que meditamos todos los días es Calidad, Calidad y Calidad.
El país ha tenido muchos avances en cobertura -que seguiremos ampliando- pero somos conscientes de que nuestros estudiantes merecen y necesitan una educación de mayor calidad para ser competitivos y exitosos en el mundo global.
Con este objetivo pusimos en marcha el Programa de Transformación de la Calidad Educativa para fortalecer el aprendizaje de los estudiantes de básica primaria en lenguaje y matemáticas.
Los mejores educadores del país van a compartir sus experiencias y conocimientos con sus colegas de regiones apartadas o establecimientos donde se identifiquen mayores falencias en estos temas.
Tenemos el objetivo de acompañar 3 mil establecimientos educativos y de formar al menos 70 mil docentes para que esta formación se traduzca en una mejor enseñanza para más de 2 millones de estudiantes.
A la fecha ya comenzamos con una fase piloto en la que se ha acompañado en el aula a más de 2 mil educadores en 400 establecimientos educativos.
Y quiero hacer énfasis en otro programa muy importante -que anunciamos con el Estatuto Anticorrupción- que es el de Desarrollo de Competencias Ciudadanas.
Sabemos que es muy importante enseñar lenguaje, matemáticas o biología, pero es igualmente importante -si no más- que el proceso educativo contemple la formación de competencias ciudadanas que garanticen un futuro de convivencia pacífica y armónica en el país.
Queremos formar mejores seres humanos, tolerantes, cumplidores de la ley -no por temor al castigo sino por propia convicción-, respetuosos de los derechos humanos, responsables de su sexualidad, en fin... colombianos para una sociedad justa y en paz.
Estamos adelantando ahora mismo un proceso intersectorial que debe conducir a un documento CONPES para la promoción de la convivencia escolar y la ciudadanía.
Ya conseguimos los recursos para financiar este programa con un crédito del BID de 12 millones de dólares, y tenemos el compromiso de llegar a las 6.900 instituciones educativas oficiales del país con programas pedagógicos transversales que desarrollen esas competencias ciudadanas.
Otra iniciativa que me parece de la mayor importancia es el Plan Nacional de Lectura y Escritura que viene adelantando el Ministerio de Educación con el Ministerio de Cultura.
Mario Vargas Llosa, cuando recibió el Premio Nobel de Literatura, dijo que aprender a leer -como él lo hizo a los cinco años- había sido la cosa más importante que le había pasado en la vida.
Yo suscribiría esa misma frase, porque los libros son una ventana privilegiada al mundo de las ideas, del conocimiento, de los sentimientos, que marcan la existencia.
Queremos que nuestros niños y jóvenes lean y amen la lectura, y para eso el Ministerio ya ha entregado colecciones completas de libros para niños de preescolar y primaria de 900 establecimientos educativos, que el próximo año se completarán con colecciones para los niños de secundaria y media.
Nuestra meta para el cuatrienio es dejar colecciones completas a la totalidad de las instituciones educativas oficiales, sembrando así la buena semilla de los libros en todos nuestros niños y jóvenes.
Todo esto acompañado de un programa muy intenso en formación docente, de agentes educativos y de padres de familia que inculquen el amor por la lectura.
Otro objetivo fundamental que tenemos -dentro de nuestra meta general de cerrar brechas en la educación- es el de cerrar la brecha entre la educación urbana y la rural.
Hoy la cobertura neta de niños y jóvenes en el sistema educativo en la zona urbana es del 95 por ciento en tanto en la zona rural es del 82 por ciento.
Esto nos da una diferencia -todavía muy grande- de 13 puntos, pero debo decirles que representa un importante avance pues el año pasado dicha diferencia era superior a los 18 puntos.
¿Qué significa esto? Que 50 mil niños del campo que en 2010 no estaban estudiando hoy sí asisten a la escuela.
De otra parte, podemos decir que las coberturas siguen subiendo en todos los niveles educativos.
En educación básica, como ya sabemos, venimos de una cobertura prácticamente universal en el pasado gobierno.
Nuestra meta en educación media era llegar este año a un 82 por ciento de cobertura y podemos contar que ya estamos sobre el 83 por ciento, y ratificar nuestro objetivo de llegar cuando menos a un 91 por ciento en el 2014.
Y esto me lleva a reiterar un hecho muy positivo para los niños y jóvenes, y para los padres de familia, del país.
¡Se acabaron las excusas para no enviar a los niños al colegio por causas del costo de la matrícula, de las pensiones y otros costos educativos!
A partir del 1º de enero del año entrante -como nunca había ocurrido en la historia de nuestro país¬- la educación en los establecimientos educativos oficiales -desde transición hasta undécimo grado- será completamente gratuita.
Ningún niño matriculado en los establecimientos educativos oficiales -o en privados que presten el servicio de administración de la educación con recursos públicos-, de grado cero a grado 11, pagará derechos académicos o servicios complementarios.
Esto significa que, el año que está por comenzar, cerca de 8 millones 500 mil estudiantes tendrán educación absolutamente gratuita.
Y esto implica que a las instituciones educativas oficiales les giraremos directamente, más de 500 mil millones de pesos el próximo año por concepto de gratuidad.
En el tema de la educación superior -que tanto se ha debatido en el país este año- hay avances también que resaltar.
Hemos logrado aumentar el número de estudiantes a más de 1 millón 800 mil, lo que implica una cobertura del 40 por ciento, en nuestro avance hacia la meta del 50 por ciento para el 2014.
Se crearon 16 nuevos Centros Regionales de Educación Superior (CERES) y aumentamos el porcentaje de municipios con oferta de educación superior al 67 por ciento, acercándonos a nuestra meta del 75 por ciento para el fin del cuatrienio.
El Icetex, con el programa de beca-crédito que creamos, ha aprobado cerca de 78 mil créditos para que estudiantes de bajos recursos puedan estudiar su carrera de pregrado o su posgrado.
Son créditos -como los habíamos anunciado- con cero interés real durante la etapa de formación, condonables en una cuarta parte para los estudiantes de más bajos recursos por el solo hecho de graduarse, y condonables totalmente para los mejores promedios.
Y valga aclarar que más de 115 mil estudiantes que ya tenían créditos -la inmensa mayoría de estratos bajos- se beneficiaron con la baja de las tasas de interés.
Eso comenzó en diciembre del año pasado, cuando dijimos: vamos a iniciar el programa. Pero quisimos evitar la situación de unos estudiantes de bajos recursos que estaban pagando un interés que era de 12 por ciento. Dijeron: 'bueno, porque yo llegué tarde entonces me están cobrando más'. Era un poco injusto.
Entonces decidimos -perdónenme la palabra- darnos la pela, y a todos los estudiantes de bajos recursos les bajamos el crédito a cero interés real.
Y además, ese crédito solamente tendrán que pagarlo -cero interés real- cuando tengan un trabajo, antes no.
De manera que esa es una promesa de campaña que hicimos y que creo que le va a ayudar a muchísimos muchachos que, de otra forma, no tenían la posibilidad de entrar a la educación superior.
Y algo más: el subsidio de sostenimiento, para ayudar a sufragar gastos adicionales a los alumnos de menores recursos, ya está operando, y se ha adjudicado hasta ahora a cerca de 23 mil estudiantes.
Ese subsidio de sostenimiento lo pusimos por algo muy elemental y que oí en varias oportunidades: las madres, por ejemplo de Acción Social, que me decían 'con qué esfuerzo logramos que nuestros niños se graduaran de bachillerato -y me decían- no tengo plata para pagar la educación superior'.
Entonces les decía: 'mire, va a ver este crédito'.
Me decían que si eso pagaba la matrícula. Sí, eso paga la matricula.
Y me decían: '¿Y para vivir estos muchachos por lo menos para pagar las fotocopias de la universidad o el transporte?'
Tienen toda la razón, y por eso pusimos este subsidio adicional de sostenimiento, que ya hemos entregado 23 mil.
Seguimos en el propósito de fortalecer la Educación Técnica Profesional y la Educación Tecnológica, y gestionamos este año con el BID un crédito por 25 millones de dólares para aumentar la cobertura y mejorar la pertinencia de esta educación.
Esto se hará a través de la creación de nuevos programas pertinentes, que consulten las apuestas productivas regionales, y de la incorporación de 15 mil nuevos estudiantes a los programas que más reclama el sector productivo del país.
En el tema crucial de la reforma a la educación superior quiero dejar claro -finalmente- que seguimos convencidos de su necesidad.
Necesitamos la reforma para que haya una mejor oferta -de mayor calidad- en la educación superior; para que haya un mayor acceso para los jóvenes de escasos recursos; para que el sistema se adecúe a la realidad nacional y a las tendencias internacionales, y para que haya más transparencia y buen gobierno en el sector.
Estamos listos, más que listos, para continuar este importante debate y para sacar adelante la reforma que necesita el país, que necesitan nuestros jóvenes.
Por eso hoy reitero mi invitación a todos los actores de la comunidad académica -comenzando por los estudiantes- para que designen formalmente sus representantes y continuemos esta discusión, que será lo más amplia e incluyente posible.
Porque la educación es un derecho, y de esto estamos convencidos.
Porque la educación es la nueva bandera de la libertad.
Más educación -no se nos olvide- es más libertad.
Y ahora que hablamos de libertad, no se nos olvide el compromiso que tenemos mañana todos los colombianos.
Yo, como Presidente, pero más aún como ciudadano, como colombiano común y corriente, me uno al llamado que han hecho los organizadores, e invito a unirse a todos los servidores públicos y todos los colombianos.
Que nadie se quede en su casa, que nadie se quede en sus oficinas, porque todos vamos a marchar con un solo propósito, un propósito que nos une a todos:
Decir sí a la libertad y no al secuestro.
Demostrar nuestro rechazo frontal a la violencia.
Porque los buenos, los pacíficos, los demócratas, somos más, muchísimos más, ¡y vamos a demostrarlo!
Trabajemos unidos para ganar al fin, en el siglo XXI, esa nueva independencia de que hablé al comienzo:
¡La independencia de la pobreza, de la injusticia y de la ignorancia!
Muchas gracias".