EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
Alea jacta estby ajudicuba |
Wilfredo Vallín Almeida
Oswaldo Payá ha muerto y, a pesar de su deceso, sus enemigos no vacilan en verter lodo sobre su cadáver y presentarlo como alguien reprobable.
Sea su muerte producto de un accidente o de una maquinación, queda claro para los que lo conocimos, la clase de persona que fue y que hasta el momento, su Proyecto Varela ha sido el único con la virtud de haber sacudido al gobierno en sus cimientos.
En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo del cual dimana todo el poder del Estado, dice el artículo tres de la Constitución en vigor en el país.
Ante las casi veinticinco mil firmas que Payá presentara, nuestro gobierno desde hace 54 años se sintió en peligro, pues esas firmas representaban una fracción del soberano.
Y ahora, nuevamente, el soberano se está poniendo de pie para elevar otra petición también amparada en el artículo 63 de la Ley Suprema, solo que, en esta oportunidad esa otra solicitud se llama Pacto de Derechos Civiles y Políticos y Pacto de los Derechos Económicos Sociales y Culturales de las Naciones Unidas.
Los promotores de esta campaña están demandando: dado que el gobierno dio una primera firma en esa dirección, debe ratificar esos importantes documentos de la comunidad internacional e incluso, llegar hasta los Protocolos Facultativos pues solamente así el gobierno estaría dando una manifestación seria de su voluntad de cambios.
¿Pero, qué sucedería si los organizadores de esta nueva campaña lograran reunir 100 mil firmas en apoyo a su petición de que el gobierno ratifique esos Pactos que firmara en 2008 en la ciudad de Nueva York?
¿Se negará el gobierno a responder públicamente ante una manifestación tan grande de la voluntad popular?
¿Volverá a decir que esas firmas deben ser “autenticadas ante notario”?
¿Adoptará la posición de Libia o de Siria tildando a los firmantes de “pagados desde el exterior” para desestabilizar al gobierno “socialista”?
¿Perseguirá y encarcelará a los activistas de esta nueva solicitud ciudadana como hizo con los 75, alegando una nueva campaña mediática contra el pueblo cubano de su “eterno” enemigo?
Cuba es miembro de la ONU. Se supone entonces que su gobierno esté de acuerdo con los principios y postulados universales de esa Organización y que no reprima a aquellos que enarbolan esos mismos criterios. Pero, en la realidad nacional actual, todo es posible.
El desencanto de la nación es ostensible por más que se quiera ocultar esa realidad; por una parte los actuales gobernantes no parecen dispuestos a ningún diálogo con sus opositores en tanto el país se desploma a ojos vistas y no solamente en sus edificaciones cuando llueve un poco. Por otra, los promotores de esa nueva moción popular parecen estar dispuestos a asumir su responsabilidad ciudadana hasta sus últimas consecuencias.
Si no me equivoco en mis apreciaciones, entonces, para Cuba, Alea jacta est (la suerte está echada).