La familia Castro Ruz ha perdido a Ángela, la mayor de los siete hermanos. Los medios cubanos, tan reservados con la vida privada de sus dirigentes, no hicieron mención a la triste noticia, confirmada ayer por Juanita, la hermana opositora que trabajó para la CIA antes de exiliarse en Miami en 1964.
Ángela María Castro Ruz, tenía 88 años y, según Juanita, «murió al amanecer de este martes» en La Habana, después de llevar «mucho tiempo muy enferma en una clínica». Había vivido muy discretamente. Poco se sabe de su biografía. Solo que desoyó los consejos maternos para que se casara con un español y que contrajo nupcias con un cubano, con el que tuvo varios hijos. Aquejada de alzheimer había perdido la lucidez dos años atrás. Antes de su ingresó en un centro hospitalario, vivía en La Habana al cuidado de sus hijos. Varios de sus nietos viven en España.
Ángela era la mayor de los siete hermanos: Ramón, Fidel, Raúl, Juana, Emma y Agustina. Había nacido el 2 de abril de 1923 en Birán, la finca que construyó Ángel, el padre gallego, y Lina, la joven pareja de éste. Según Juanita, la hermana exiliada en Miami, Ángela «nunca salió de Cuba y yo nunca más la vi desde que abandoné el país. Es la tragedia que ha tocado a todas las familias cubanas divididas».
Al cuidado de una maestra
Compartió con Fidel momentos de hambre cuando fueron confiados al cuidado de una maestra en Santiago de Cuba siendo muy niños. Las escasas referencias que existen sobre los hermanos Castro se centran más en la etapa de la infancia. Sobre eso, la periodista Katiuska Blanco ha publicado varios libros que forman parte de la biografía oficial de la familia.
Mientras Fidel estuvo en el poder, su vida personal era sagrada. Se conocía su primer matrimonio -durante años el único oficial- con Mirta Díaz-Balart, madre de su hijo más público, Fidel Castro-Díaz Balart, un científico que es la imagen viva de su padre. Después cosechó fama de conquistador. Se le atribuye una relación intensa con Celia Sánchez, una de las heroínas de la revolución y su mano derecha hasta su muerte, víctima de un cáncer en 1980.
También fue amante de Natividad Revuelta, esposa de un médico y madre de su hija Alina, quien se escapó de Cuba y vive en Miami. Posteriormente, en 1980 se casó con Dalia Soto del Valle, una maestra con la que tuvo cinco hijos: Antonio, Alejandro, Alexis, Alex y Ángel. De ellos, solo Antonio es reconocido, porque es médico de un equipo de béisbol. El resto se puede pasear tranquilamente por la calle.
Algo parecido pasa con la familia de Raúl, que con la excepción de Mariela, pedagoga y sexóloga ha dado la cara por los derechos de los homosexuales. Pero según sus allegados, la diferencia fundamental entre los hermanos Castro es que Raúl, el menor, se ha preocupado siempre por mantener el contacto con los demás e incluso se ha ocupado de atender las necesidades de sus sobrinos.
Consciente de su mortalidad, dejó al mundo boquiabierto al mostrarse arropado y arropando a sus hijos y nietos durante el sepelio de la que fue su esposa hasta su muerte en 2007, Vilma Espín. Y lo más impactante fue ver la placa con los dos nombres: Raúl-Vilma.