29 de octubre de 2013
Señor Presidente,
Estados Unidos apoya firmemente el deseo del pueblo cubano de determinar libremente su propio futuro. Es el gobierno cubano el que continúa negándole esta aspiración.
Como todos los Estados Miembros, Estados Unidos decide sobre sus relaciones económicas con otros países de acuerdo a sus intereses y principios nacionales. Nuestra política de sanciones contra Cuba es tan solo una de las herramientas en nuestro esfuerzo por impulsar el respeto a los derechos civiles y humanos que estipula la Declaración Universal, con la que la propia Organización de las Naciones Unidas está comprometida. Por lo tanto nos oponemos a esa resolución y hacemos un llamado a todas las naciones que apoyan al pueblo cubano a que también se opongan a ella.
Señor Presidente,
Estados Unidos concede su mayor prioridad a establecer y fortalecer relaciones entre los pueblos cubano y estadounidense. Estas relaciones les ofrecen a los cubanos el apoyo y las herramientas necesarias para seguir adelante con independencia de su gobierno. Los ciudadanos de Estados Unidos que realizan viajes a Cuba con un propósito bien definido son los mejores embajadores de nuestros ideales democráticos. Los cientos de miles de estadounidenses que envían remesas y viajan a la isla, a partir de la política a favor de este tipo de viajes que el Presidente Obama promoviera, son parte fundamental de la estrategia para asegurar que los cubanos tengan las oportunidades que se merecen. Las acciones a favor de los viajes, las remesas, el intercambio de información, así como la ayuda humanitaria y los intercambios de persona a persona están ayudando a los cubanos a tener acceso a fuentes de información alternativas, a aprovechar las oportunidades emergentes para el empleo por cuenta propia y la propiedad privada, y a fortalecer una sociedad civil independiente.
Por el contrario, la resolución de Cuba trata de culpar a un chivo expiatorio externo y eximir al gobierno cubano de su responsabilidad con los problemas económicos de la isla. No obstante, el gobierno cubano ha reconocido ahora públicamente que estos problemas son causa de las políticas económicas que el mismo ha seguido durante los últimos 50 años. Aunque entendemos como positivos los recientes cambios que ha habido en Cuba a favor de permitir un mayor empleo por cuenta propia y abrir el mercado de bienes raíces, la isla mantiene aún uno de los sistemas económicos más restrictivos del mundo. No obstante la política de Estados Unidos, la verdad es que no se puede esperar que la economía cubana prospere mientras el gobierno cubano no abra los monopolios estatales a la competitividad privada, faculte plenamente a los empresarios cubanos, respete los derechos de propiedad intelectual, permita el acceso sin restricciones a Internet, y adopte las políticas macroeconómicas que han contribuido al éxito económico de muchos de los países vecinos de Cuba en América Latina.
Señor Presidente,
Deseo dejar muy claro que Estados Unidos es de hecho un profundo y leal amigo del pueblo cubano. En 2012, el pueblo cubano recibió alrededor de 2 billones de dólares en remesas, así como ayuda a sectores privados proveniente de Estados Unidos. Esto ha sido posible gracias a las nuevas políticas administrativas estadounidenses. En 2012, Estados Unidos fue el mayor suministrador a Cuba de alimentos y productos agrícolas; y exportó a la isla casi 465 millones en artefactos médicos, medicamentos y artículos humanitarios. Un hecho reconocido por el propio gobierno cubano es que Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de Cuba. Lejos de restringir la ayuda al pueblo cubano, estamos orgullosos de que el pueblo estadounidense sea uno de los principales proveedores de ayuda humanitaria a Cuba. Todo este comercio y ayuda se llevan a cabo en conformidad con nuestro programa de sanciones, el cual está diseñado cuidadosamente para permitir y estimular el apoyo al pueblo cubano.
Señor Presidente,
Seguimos comprometidos con las políticas que defienden el bienestar y los derechos humanos del pueblo cubano, como el derecho a buscar, recibir y compartir información e ideas a través de los medios según lo estipulado en el Artículo 19 de la Declaración Universal por los Derechos Humanos. Para ayudar a que se cumpla este derecho, apoyamos a los cubanos en sus aspiraciones al acceso a Internet, una meta que el gobierno cubano alega estar ahora cumpliendo. El gobierno cubano, sin embargo, no ha ofrecido al pueblo el acceso al Internet a través de su cable de alta velocidad que proviene de Venezuela ni se ha esforzado por aumentar los sitios de navegación. En su lugar, continúa imponiendo el aislamiento al pueblo cubano culpando, impúdicamente, al embargo.
Por otra parte, el gobierno cubano mantiene prisionero a Alan Gross, un ciudadano estadounidense de 63 años que fue sentenciado a 15 años de prisión por facilitar acceso a Internet a la pequeña comunidad judía de Cuba. Estados Unidos pide nuevamente a Cuba la liberación inmediata del señor Gross, así como echar abajo el muro que ha levantado alrededor del pueblo cubano.
Estados Unidos sigue haciendo un llamado al gobierno cubano para que finalmente permita a los ciudadanos de la isla disfrutar de las libertades económicas y políticas con las que esta organización está comprometida. La comunidad internacional no puede ignorar deliberadamente la facilidad y la frecuencia con las que el régimen cubano silencia a sus críticos, perturba las reuniones pacíficas, impide ejercer el periodismo independiente y, a pesar de los cambios positivos que ha puesto en práctica, impide aún a algunos cubanos salir o regresar al país. El gobierno cubano mantiene su táctica de detenciones por motivos políticos, de acoso y de violencia policial contra ciudadanos cubanos como las Damas de Blanco, quienes exigen pacíficamente la liberación de los presos políticos y abogan a favor de cambios políticos y sociales positivos.
Señor Presidente,
Esta resolución sirve solamente para desviar la atención de los problemas reales que enfrenta el pueblo cubano, y por lo tanto mi delegación se opondrá a ella. Exhortamos a esta organización a que apoye los deseos del pueblo cubano de poder determinar libremente su propio futuro. Al hacerlo estarían respondiendo verdaderamente a los principios de la Carta de las Naciones Unidas y los propósitos para los cuales la Organización de las Naciones Unidas fue creada.
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