MAGNICIDIOS
AL REY QUE ERA INMORTAL: Se cuenta que un rey de la Europa antigua,
regaba casi mensualmente por la corte que habían tratado de asesinarlo,
lo cual, por su puesto, era mentira. Pero el pueblo desinformado y medio
inculto, llegó a creerse que
era inmortal, y el rey gobernó hasta su muerte sin ningún tipo de
oposición, pues en definitiva para qué enfrentársele –pensaban sus
rivales-, si el hombre era imperecedero. Años más tarde, muchos años
después, otro vicho, pero éste del Caribe y quien reina aun en la Isla
mayor de las Antillas, Cuba, se leyó la anécdota y comenzó a aplicarla
entre su feudo personal. Primero le creyeron, algunos lo siguen
haciendo, pero poquitísimos, pero la gran mayoría supo un día que todo
es un gran circo para tratar de sustituir a Dios en la mente de sus
vasallos cubanos. Como le dio tanto resultado, este vicho antillano, que
no quería perder el dinero y el petróleo que le mandaban de #SosVenezuela,
le dio la idea a Chávez, quien la usó, quizás exageradamente y sin el
arte de sus predecesores, pero en algunos infortunados caló. Entonces
llegó Maduro que también repite lo que le dicen -claro, pero mucho más
alto y con mucha menos convicción-, y comenzó el verdadero show, más
chapucero, y sin la sofisticación de los primeros, pero aun algo
efectivo entre sus ciegos acólitos con camisas rojas ( otra de las
tantas manipulaciones comunistas, las camisas rojas, pero de las que
comentaremos en otra ocasión).
AL REY QUE ERA INMORTAL: Se cuenta que un rey de la Europa antigua,
regaba casi mensualmente por la corte que habían tratado de asesinarlo,
lo cual, por su puesto, era mentira. Pero el pueblo desinformado y medio
inculto, llegó a creerse que
era inmortal, y el rey gobernó hasta su muerte sin ningún tipo de
oposición, pues en definitiva para qué enfrentársele –pensaban sus
rivales-, si el hombre era imperecedero. Años más tarde, muchos años
después, otro vicho, pero éste del Caribe y quien reina aun en la Isla
mayor de las Antillas, Cuba, se leyó la anécdota y comenzó a aplicarla
entre su feudo personal. Primero le creyeron, algunos lo siguen
haciendo, pero poquitísimos, pero la gran mayoría supo un día que todo
es un gran circo para tratar de sustituir a Dios en la mente de sus
vasallos cubanos. Como le dio tanto resultado, este vicho antillano, que
no quería perder el dinero y el petróleo que le mandaban de #SosVenezuela,
le dio la idea a Chávez, quien la usó, quizás exageradamente y sin el
arte de sus predecesores, pero en algunos infortunados caló. Entonces
llegó Maduro que también repite lo que le dicen -claro, pero mucho más
alto y con mucha menos convicción-, y comenzó el verdadero show, más
chapucero, y sin la sofisticación de los primeros, pero aun algo
efectivo entre sus ciegos acólitos con camisas rojas ( otra de las
tantas manipulaciones comunistas, las camisas rojas, pero de las que
comentaremos en otra ocasión).