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Premio Nobel de Literatura, preocupada por la falta de libertades en Cuba y Venezuela
“Hasta donde sé (en Cuba) sigue habiendo personas encarceladas por razones políticas, muchísima pobreza. Yo digo que en un lugar donde uno no tenga el derecho de pensar tampoco se puede producir mucho. Eso se ha estado viendo por generaciones y generaciones”, indicó Herta Müller
En ambos casos, y en otros como en Irán, existe una especie de “religión revolucionaria” que se traduce en sistemas políticos parecidos a los que hubo en la Rumanía de Nicolai Ceaucescu (1918-1989), que Müller (nacida en Nytzkudorf, Rumanía en 1953) ha descrito y cuya brutalidad ha criticado a lo largo de su obra.
“Yo conozco el socialismo de la Europa Oriental, los revolucionarios profesionales que existieron, que nunca se pueden quitar el uniforme”, dijo la autora a pregunta expresa sobre cómo veía la evolución política de esos dos países de América Latina.
Para la Premio Nobel de Literatura de 2009, en Venezuela y Cuba hay actualmente dos regímenes autoritarios que “duran y duran” y que están menoscabando la libertad de sus ciudadanos.
En la isla caribeña, “con estos pequeñísimos cambios que se están viendo”, se ha perdido la esperanza de que Fidel y Raúl Castro den un giro a la situación del país para mejor.
“Hasta donde sé sigue habiendo personas encarceladas por razones políticas, muchísima pobreza. Yo digo que en un lugar donde uno no tenga el derecho de pensar tampoco se puede producir mucho. Eso se ha estado viendo por generaciones y generaciones”, indicó.
Respecto a Venezuela, tanto por las políticas adoptadas por Chávez como por el vocabulario que utiliza, “he visto que está construyendo una dictadura y se me pone la piel de gallina”, dijo Müller.
“Estoy ante algo que yo conozco perfectamente y me da escalofríos escucharlo. Nosotros (la minoría alemana en Rumanía) vivimos cómo se acomoda eso, no ha pasado tanto tiempo desde entonces”, manifestó.
Señaló que tanto en Cuba como en Venezuela se han disparado en los últimos años los rumores sobre la salud de los mandatarios, como sucediera con Ceaucescu.
“Estuvimos esperando muchos años que muriera y eso ya sucede cuando el pueblo ya no aguanta a la persona”, añadió.
Una Müller sonriente, cálida al responder a cada pregunta y que ayer inauguró junto al peruano Mario Vargas Llosa el Salón de Literatura de la XXV edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) también habló de sus libros.
Dijo que escribir le granjeó la animadversión durante años de sus convecinos, ya que contó desde la ficción “las prácticas despiadadas que había en el pueblo”.
“Hablé del pasado nazi de ciertos de sus miembros y quedé realmente aislada” en la comunidad, de la que salió al exilio en 1987, recordó.
“Realmente a veces digo que el pueblo fue la primera dictadura que llegué a conocer (...) Me empezaron a ver como traidora, como la que ensucia el nido. Es una expresión alemana que creo que solo existe en esa lengua”, apuntó.
En la obra de Müller están muy presentes el horror, la soledad y el miedo, especialmente su primer libro, “En tierras bajas” (“Niederungen”), que fue censurado en la Rumanía de Ceaucescu.
El manuscrito reposó durante cuatro años en la editorial antes de que finalmente pudiese publicarse en 1982, con recortes impuestos por la censura.
Dos años después la versión original del libro aparecería con éxito en Alemania, ante lo que las autoridades rumanas reaccionaron imponiéndole a la escritora la prohibición de publicar.
Müller, quien actualmente pertenece a la Academia Alemana de la Lengua, tuvo como lengua materna el alemán, pero vivió desde su infancia a su madurez en Rumanía, país cuya lengua aprendió con 15 años.
Esa circunstancia, un origen alemán combinado con la vida en un país con una lengua de raíz latina como Rumanía, ha hecho que su escritura “tal vez sea muy parecida a la de los autores latinoamericanos, hablando de imágenes, de metáforas, de ciertos elementos de superstición”, aseguró.
“Se puede decir que es una combinación de cariño, afecto, sensualidad y, a la vez, brutalidad, y eso en el idioma rumano es muy diferente que en alemán”, sostuvo.
“Muchas veces pensé que de hecho, debido a mi estructura psicológica, en realidad la lengua rumana y lo rumano me es mucho más cercano que lo alemán. Y por lo mismo me pude identificar muy bien con esos autores (latinoamericanos) que he leído y con su lenguaje”, agregó.
La presencia de Müller en Guadalajara forma parte de la participación de Alemania como país invitado de honor a la XXV edición de la FIL, la feria del libro más importante para las letras en español.