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El impacto de Egipto llega a todo el mundo árabe
DUBAI (AP) - No es casual que el presidente Barack Obama eligió El Cairo para pronunciar su discurso de buena voluntad con el mundo musulmán en 2009. Obama comprendió algo que los árabes sienten hasta en la médula de los huesos: Pocos lugares tienen tanta resonancia en el corazón de su mundo.
Egipto está tan entrelazado con la conciencia del árabe moderno que se diría que toda la región recibe las aguas del Nilo. Se lo ha exaltado como faro del orgullo árabe, marginado por hacer las paces con Israel y elogiado como un centro de producción cultural, desde películas cómicas hasta las novelas del premio Nobel de literatura Naguib Mahfouz.
Aunque la arquitectura deslumbrante de Dubai y otros países del Golfo lo ha eclipsado en la década pasada, aún mantiene su antiguo prestigio en la imaginación popular árabe, que ahora observa fascinada los sucesos en las calles cairotas, embargada por una sensación de destino compartido.
"Egipto ha sido el faro político, cultural y social de los pueblos árabes", dijo Hadi Jalo, analista político en Bagdad, que fue desplazada hace siglos como centro de gravedad del mundo árabe.
En declaraciones a la red de televisión Al-Yazira, el ex embajador estadounidense en Israel, Martin Indyk, llamó a Egipto el "epicentro" tanto de las tendencias políticas árabes como de la capacidad de Occidente para interactuar con ellas. Ibrahim Arafat, de la Universidad de Qatar, dijo que Egipto es la "piedra angular" del Medio Oriente.
En su discurso de junio de 2009 en la Universidad de El Cairo, Obama habló de algunas de las cicatrices más dolorosas de la región, como los abusos de los antiguos amos coloniales y el hecho de haberla usado para las batallas políticas de la Guerra Fría.
Indirectamente se remontó al surgimiento mismo de Egipto como forjador del espíritu árabe contemporáneo.
La Hermandad Musulmana _acaso el eslabón más fuerte en la oposición al presidente egipcio Hosni Mubarak_ fue fundada por un maestro de escuela en 1928, cuando Gran Bretaña estaba en la cima de su poderío colonial. Comenzó como un llamado a rechazar las influencias occidentales y abrazar las tradiciones del islam.
El mensaje ha cambiado con el tiempo. En la década de 1990 renunció a la violencia para buscar un acuerdo inestable con las autoridades, que le dieron cierto margen de acción aunque no levantaron oficialmente la proscripción.
Sin embargo, la Hermandad también ocupa un gran espacio en la narración árabe de la lucha contra la injusticia, en particular las hazañas de Sayyid Qutb, ahorcado por las autoridades egipcias en 1966, cuyas obras han influido en al-Qaida, entre otras organizaciones.
El otro gigante político egipcio de la década de 1960, el presidente Gamal Abdel Nasser, aparece como el autor de una concepción de la identidad árabe que trasciende las lealtades tribales y las fronteras políticas.
Su reputación como líder panárabe sufrió un golpe brutal con la derrota de las fuerzas encabezadas por Egipto en la Guerra de los Seis Días de 1967 con Israel, pero pocos líderes árabes han alcanzado semejante carisma.
"Es imposible hablar de una situación sana en el mundo árabe si Egipto está enfermo", escribió Ghassan Charbel, director del diario panárabe Al-Hayat en un editorial el domingo.
Hay mucho de nostalgia en esa evaluación.
En Jerusalén, un estudioso palestino dice que la antigua prominencia egipcia sufre los embates de países fuera del redil árabe. Los estados no árabes de Irán y Turquía se están convirtiendo en los campeones de causas árabes como la ayuda a Gaza.
"Para el hombre de la calle, sea en el Golfo o el Mediterráneo, Egipto siempre ha sido el líder, pero esta posición se ha visto debilitada por dos componentes regionales: Turquía e Irán", dijo Mahdi Abdul-Hadi, presidente de la Sociedad Académica Palestina para el Estudio de Asuntos Internacionales. "Turquía e Irán entraron en ciertas batallas para hablar en nombre del orgullo nacional árabe".
Con todo, más allá de la política, la luz cultural de Egipto mantiene su fulgor, en particular para las generaciones anteriores a la internet, que absorbieron las películas y la música.
"Egipto es para los árabes lo que las pirámides son para el mundo", dijo el cineasta iraquí Odai Rasheed. "Las pirámides aún se alzan desde miles de años, a pesar de los embates del tiempo, los invasores y los saqueadores. Eso es Egipto para los árabes.
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Con información de los periodistas de The Associated Press Sameer Yacoub en Amán; Ben Hubbard en Ramalá, Cisjordania; Bassem Mroue en Beirut y Hamid Ahmed en Bagdad.