http://patriapuebloylibertad.blogspot.com/2010/06/como-intenta-sobrevivir-el-castrismo-i.html
Por: Huber Matos
(Uno de los mejores analistas de la Realidad Cubana Nacional e Internacional)
CÓMO INTENTA SOBREVIVIR EL CASTRISMO (I)
Hace casi un mes, el domingo 24 de mayo, durante una conversación telefónica, Laura Pollán me dijo: “Huber, no van a soltarlos a todos, porque los presos son monedas de cambio”. Los acontecimientos le han dado la razón a la valiente dirigente de las Damas de Blanco.
Cada vez más el anuncio y eventual liberación de los presos políticos se perfila como una maniobra que nada tiene que ver con un cambio democrático en Cuba – aunque el gobierno de España, algunos corresponsales de prensa extranjera en La Habana y uno que otro “experto académico” aseguren lo contrario.
España no pudo convencer al bloque de la Unión Europea de cambiar la Posición Común por una política favorable al castrismo. Una liberación de presos políticos, aunque fuese parcial, podría facilitarle a España el alegato de que el diálogo entre la Iglesia y el gobierno de Cuba es el camino a seguir.
España tendría que volver a intentar un cambio de la “Posición Común”, que exige un mejoramiento de los derechos humanos en Cuba como condición a un acercamiento entre el gobierno cubano y el bloque europeo. Eso estaría por verse, porque los países europeos no son novatos a la hora de tratar con regímenes totalitarios.
Al régimen le conviene que se especule que el “diálogo” con la Iglesia Católica puede ser el inicio de un nuevo rumbo. Siempre mantendrá bajo la manga la opción de no hacer nada o de dar luego dos pasos hacia atrás. Cualquiera que sea el camino eventual que tome la dictadura, tendrá como propósito afianzarse en el poder.
Cuando se analiza el panorama general, se descubre detrás de esta cortina de humo el objetivo prioritario de la tiranía castrista: consolidar a Hugo Chávez en el poder en Venezuela. Lo demás es entretenimiento para el público y un esfuerzo para evitar que aumente el deterioro que han sufrido ante la opinión pública internacional.
Para la dictadura la situación no es nada fácil. La oposición democrática dentro y fuera de Cuba encontró en la muerte de Zapata y en el desafío de las Damas de Blanco un motivo de orgullo que en pocas semanas creó una especie de frente común(i) . En la isla, la población rechazó la forma en que el gobierno quiso justificar ambos atropellos. El reto de Guillermo Fariñas le complicó la situación.
Respondiendo a un llamado de Gloria Estefan, ciento cincuenta mil cubanos se manifestaron en Miami en apoyo a las Damas de Blanco. El artista Andy García organizaba otra marcha en California, y grupos de cubanos en muchas ciudades del mundo también expresaron su solidaridad.
La condena de la Unión Europea, como consecuencia de la muerte de Zapata y de los atropellos a las Damas de Blanco, y en sintonía con la decisión de rechazar la iniciativa española de eliminar la Posición Común, fue otro golpe contundente para el castrismo.
A esto se sumaron dirigentes y grupos socialistas en varios países, que hicieron declaraciones denunciando estos abusos. Algunos sectores de la izquierda parecen haber comenzado a tomar distancia del fracaso de la “revolución cubana”.
No todo comenzó con Zapata. El descontento del pueblo en la isla lleva décadas … ha pasado de la queja a la crítica y de la burla al desprecio hacia el grupo gobernante. Es cada vez mayor el número de cubanos que ya no achaca al “bloqueo” la precaria situación económica en que viven. La percepción colectiva es que la crisis es producto de la rigidez del sistema, la corrupción de los funcionarios y la incompetencia de Raúl Castro.
El hecho es que el pueblo no quiere trabajar. Cuba no tiene suficiente petróleo para satisfacer sus necesidades internas, la agricultura es un desastre sin solución a la vista, las industrias se van derrumbando una por una y el financiamiento externo es nulo o muy limitado.
La cúpula en el poder nunca había tenido que enfrentarse a una situación tan negativa, a la que hay que sumar el escepticismo de los mandos medios, convencidos de que la dirigencia no tiene la capacidad ni la voluntad para buscar una solución.
(i) –hoy debilitado por la polémica sobre los beneficios del turismo estadounidense en Cuba, según fue planteado por un grupo de disidentes y refutado por otro. Ver: Lanzándole un salvavidas a Raúl Castro y DEL PARTIDO CUBA INDEPENDIENTE Y DEMOCRATICA A LA OPINION PÚBLICA
Continuará…
Cómo intenta sobrevivir el castrismo (II)
¿Obama o Chávez? ¿Quien da más por menos?
Si en Cuba el pueblo no quiere trabajar, la corrupción es un problema incontrolable y las exportaciones están por el suelo, la tabla de salvación podría ser un arreglo con los Estados Unidos. Esto implicaría alguna concesión al gobierno en Washington.
La otra alternativa es que Hugo Chávez envíe más recursos a la isla.
Cuba difícilmente se mantiene a flote con: 1) Los dólares del turismo 2) Las remesas y envíos de los exiliados. 3) La subvención chavista.
El turismo
El ingreso turístico es frágil. Es una industria que depende de la percepción sobre el país que se tenga en los mercados de origen. En la medida en que la imagen del régimen se deteriora en el exterior, un viaje de diversión y descanso a Cuba puede dejar de ser atractivo. Con un ingreso aproximado de 2,000 millones de dólares anuales, el turismo ayuda pero es insuficiente.
Solo el ingreso del turismo estadounidense podría cambiar considerablemente la situación, y lo más importante es que amortiguaría la perdida eventual de la subvención venezolana, que es la mayor preocupación de los castristas.
Los exiliados
Las remesas y los envíos de comida, medicinas, ropa, etc., de los exiliados a sus familiares en Cuba, representa una fuente de ingresos de la mayor importancia. Los cálculos oscilan entre 800 y 2500 millones de dólares anuales.
Con la moneda convertible de esta fuente, el gobierno cubano compra en los Estados Unidos el 85% de la comida que consume el pueblo cubano; un consumo diario de alimentos por un valor de 65 a 72 centavos de dólar por persona al día. Pero este ingreso depende de disposiciones legales en los Estados Unidos. Hoy son liberales, mañana pueden cambiar. En el mejor de los casos, un aumento anual de las remesas y los envíos tampoco está garantizado.
La subvención venezolana
El volumen de la subvención y el comercio con Venezuela se calcula en unos 5,000 millones de dólares, aunque seguramente es mayor. Debe haber partidas secretas que se manejan a muy alto nivel entre los Castro y Hugo Chávez. Esta es la única fuente de ingresos que está bajo el control de los castristas, y la única que puede crecer rápida y sustancialmente.
¿Que hacer?
El gobierno cubano no tiene que hacer mucho esfuerzo para comprender que ni el crecimiento del turismo ni el de las remesas de los exilados son asuntos fáciles. Podrían mantenerse los niveles actuales, pero también pueden descender.
Como hemos mencionado, solo un acuerdo con el gobierno en Washington puede eliminar las restricciones que prohíben a los turistas estadounidenses viajar a Cuba. Para lograrlo tendrían que contar con la ayuda del presidente Obama y el Partido Demócrata. Esto, aunque no es imposible, tampoco es fácil.
La situación política en los Estados Unidos exige a los demócratas concentrarse en temas de interés del electorado estadounidense. En el campo internacional el gobierno de Obama tiene que alcanzar algunos objetivos estratégicos importantes. El asunto cubano no forma parte del menú.
Aunque no parece, el tema de la reelección de Obama está a la vuelta de la esquina, y en una democracia el capital político hay que administrarlo con mucha prudencia. Obama, por ahora, no parece dispuesto a arriesgar el voto cubano exilado. Ha prometido no negociar con el gobierno en la isla hasta que esté decidido a respetar los derechos humanos. El turismo estadounidense es una carta muy importante en esa negociación.
Por todas las anteriores razones, la atención de la tiranía se concentra en lo que tiene en sus manos: Venezuela. Si Hugo Chávez se consolida en Venezuela no habrá quien le impida duplicar la ayuda al régimen castrista. Quien crea que Chávez no podrá hacerlo porque no tiene con qué, debería repasar los ingresos que tiene Venezuela.
A Hugo Chávez, el “heredero” de Fidel Castro, no le importa cómo vive su pueblo, él está repitiendo en su país lo que hizo su padre político en Cuba. Si ese es el precio a pagar por el control total del poder Chávez lo hará… o tal vez lo está haciendo ya.
Continuará
Como intenta sobrevivir el castrismo (III)
¿Es tan loco Hugo Chavez?
Sin embargo Hugo Chávez lleva diez años controlando a Venezuela y cada vez acapara más poder. Una forma de explicar este fenómeno es responsabilizar a la oposición por estar dividida. Alguien tiene que tener la culpa de que el “loco” siga gobernando. Es un argumento cómodo. Cuando los problemas son complejos las simplificaciones están siempre a la mano.
Todavía más incompresible, en especial para los cubanos, es que Hugo Chávez se autoproclama “hijo” de Fidel Castro y su heredero político. Para nosotros Venezuela sigue el modelo que ha llevado a Cuba a la ruina. Como allí todavía existe una oposición, la situación económica es un desastre y la criminalidad incontrolable, tenemos la tendencia a creer que los días de Chávez están contados.
Es que estamos viendo la parte de la realidad que nos conviene, creemos además, que con la caída de los precios del petróleo, Chávez casi no puede mantener la subvención que sostiene a la tiranía castrista en el poder. Siempre nos ilusiona el rumor de que entre Chávez y Raúl Castro no hay química. Como si la relación entre ambos gobernantes fuera una cuestión de simpatías.
¿Una locura con un propósito?
No niego que Hugo Chávez sea un megalómano, es decir un fantasioso, presumido, jactancioso, vanidoso y maniático personaje. Chávez ha logrado mantenerse en el poder a pesar - o con la ayuda - de su megalomanía. Me inclino a pensar que gracias a ésta.
¿Por qué?
Desde el principio Chávez ha sido aconsejado por Fidel Castro. Sigue visitando Cuba con mucha frecuencia. Fidel le debe haber advertido que en Venezuela tenía que desarticular a los sindicatos opositores, como él lo hizo en Cuba. También que tenía que depurar las Fuerzas Armadas de los oficiales que no le fueran incondicionales y, neutralizar el poder de la burguesía rompiéndoles su columna vertebral hasta llevarlos a la quiebra sino lo obedecían.
Además tenía que concentrar en él mismo, los poderes tradicionales de una estructura democrática. Chávez es el presidente, el legislador y el juez. Todo lo anterior es fundamental para un ególatra, pero falta un requisito adicional que Chávez ha alcanzado gracias a su “locura”.
Cuando Chávez habla no lo hace para el porcentaje de venezolanos que prefiere una democracia, sino para los que necesitan seguir ciegamente a un predestinado o aprovecharse de él. Chávez lo ha logrado con sus payasadas y desfachatez. Sencillamente lo aman.
Ninguna tiranía populista puede gobernar si no tiene un sector de la población fanatizado. Hugo Chávez tiene en Venezuela suficientes venezolanos dispuestos a tirarse a la calle, y con el amparo de las Fuerzas Armadas, aplastar a la oposición democrática cuando ésta intente tomarlas.
Para gobernar en una dictadura no hace falta la mayoría, sino la represión, el espionaje, la vigilancia, las armas y el populacho listo para romper cabezas a quien desafié al sistema.
La receta no la inventó Fidel Castro. Había que ser un “loco” como Hitler o Mussolini, un demagogo como Castro o un payaso como Hugo Chávez para ponerla en práctica. Chávez es un “celebrity” para el porcentaje y el tipo de venezolanos que él necesita.
El castrismo le ha brindado a Chávez los consejos y la experiencia represiva y subversiva. Ha puesto a su disposición a miles de cubanos con las más variadas experiencias a su servicio, desde médicos y entrenadores de deportes hasta militares y policías políticos.
El hecho es que la tiranía castrista hoy controla –directa o indirectamente- al país con las reservas energéticas más grandes del continente y una de las más grandes del mundo. Con la ayuda de la dictadura castrista -que se hace la tonta mirando para otro lado- Chávez está a unos meses de consolidarse en el poder. Si lo logran, el escenario será muy diferente al actual. Tal vez por eso Raúl Castro está en Cuba disfrazado con piel de oveja y asistiendo a misa.
Continuará…
Cómo intenta sobrevivir el castrismo (IV)
Dogmatismo o pragmatismo
Aunque el plan de hacer de Cuba y Venezuela un solo país con dos presidentes no despertó entusiasmo en ninguno de los dos pueblos, el castrismo y el chavismo son dos cabezas del mismo engendro[i].
Por esta razón los castristas y los chavistas[ii] ven su relación con los Estados Unidos con una única perspectiva estratégica. Cualquiera que sea la negociación –abierta o secreta- con Washington, esta tiene que fortalecer, nunca debilitar ese esfuerzo común.
Partiendo de esta visión se puede entender por qué el castrismo no ha querido negociar con el gobierno de Obama una apertura en Cuba. Igualmente Chávez se niega a tener una relación normal con los Estados Unidos –su principal socio comercial[iii]. La prioridad del castro-chavismo es consolidar su poder en Venezuela. Una vez alcanzado este objetivo, Chávez puede aumentar el oxígeno al régimen en Cuba. Este a su vez continuará ayudándole a neutralizar a las fuerzas de oposición en Venezuela. Antes de eso, una negociación entre Raúl Castro y el gobierno de Obama sería inconveniente.
Los castro-chavistas llevan meses tratando de polarizar el conflicto venezolano para justificar las acciones que les permitan arrinconar a la oposición democrática en las próximas elecciones. Por esa razón han insistido en la temática del enemigo yanqui y sus lacayos: Colombia y los golpistas venezolanos…Luis Posada y los terroristas que quieren asesinar a Chavez.
Antes de esa maniobra, un acuerdo entre el “Imperio” y el “socialismo” castrista en los términos que exige Obama –transición a la democracia- debilitaría la toma final del poder en Venezuela.
Tal transición conlleva: 1) El fin al apoyo del gobierno cubano a las fuerzas que conspiren contra la democracias en el continente; el chavismo es la más notoria y los iraníes no se quedan detrás. 2) El fin de la cooperación de futuro gobierno cubano con el narcotráfico.
Si Obama no exigiera el cumplimiento de ambas condiciones, estaría arriesgando su capital político y el del Partido Demócrata. Se puede equivocar, pero no es probable.
Como la dependencia que tiene Chávez del régimen cubano es vital, quedarse sin su apoyo antes de consolidar su poder es muy riesgoso. Un acomodo entre el castrismo y los Estados Unidos desconcertaría a una masa chavista para quienes el capitalismo es el origen de todos los males de la humanidad y el socialismo del siglo XXI es su solución. Mientras los militantes chavistas se lanzan a la conquista de ese futuro, el aliado cubano estaría regresando al pasado de la mano de los Estados Unidos.
Ese acuerdo tampoco sería bien recibido por los militares, agentes de inteligencia y represión cubanos que sirven de apoyo a Chávez, ni para sus contrapartes venezolanas.
Por eso la prioridad para el castro-chavismo es el mando total para Chávez. Después podrán negociar con los yanquis y ponerles a estos sus condiciones. ¿Ayudarlos en la lucha contra el narcotráfico? ¿Protegerles su flanco sur contra la infiltración terrorista? ¿Quién mejor que los aliados de Irán en Latinoamérica para esa misión?
¿Puede Hugo Chávez una vez consolidado en el poder, aumentar la subvención a Cuba? Sin dudas.
En algo más de una década Hugo Chávez ha recibido ingresos por más de 700,000 millones de dólares. Una suma astronómica para una nación con 28 millones de habitantes.
Venezuela tiene una de las mayores reservas energéticas del mundo. Los recientes contratos con empresas extranjeras[iv] aumentarán sustancialmente la extracción de petróleo.
Aun duplicando su actual capacidad de producción[v] – aproximadamente 3 millones de barriles diarios- Venezuela no podría ni acercarse a suplir la demanda futura del continente, estimada en más de diez millones de barriles.
Pero los países americanos no son los únicos necesitados del producto. China le ha otorgado créditos a Caracas por 20,000 millones de dólares a pagar con futuras entregas de petróleo.
Hugo Chávez es un demagogo y un terrible mal administrador. La corrupción entre sus asociados es crónica y reparte miles de millones de dólares entre sus incondicionales en Latinoamérica. La baja en los precios del petróleo lo han puesto en aprietos relativos, pero a la hora de gastar en sus Fuerzas Armadas no le tiembla la mano. Lo ha demostrado.
El castrismo es su guarda pretoriana dentro y fuera de Venezuela. A Chávez no le importará dejar de importar productos por miles de millones de dólares si el castrismo necesita recursos para su supervivencia. Llegará un momento en que en Venezuela, o no habrá encuestas de popularidad o no le importarán mucho a Hugo Chávez.
¿Puede fracasar el plan castro-chavista?
[i]“Me voy muy satisfecho porque se consolidan y avanzan las relaciones con nuestros hermanos venezolanos. Cada día somos más la misma cosa”, dijo Castro, que llegó a Caracas el 18 de abril.
[ii] En la misma ceremonia Chávez dijo que los dos países “perfectamente pudiéramos conformar en un futuro próximo una confederación de repúblicas. Una confederación: dos repúblicas en una, dos países en uno”.
[iii]
El subsecretario de Estado para América Latina señaló que la relación con Venezuela es la "más difícil que tenemos en este momento en particular" al acusar al gobierno de Hugo Chávez de no tener disposición a un diálogo. "Es una relación difícil", reiteró.
[iv] la estadounidense Chevron, el consorcio español Repsol, Provietnam, la CNPC china, los italianos de ENI y el consorcio TNK-BP.
Como intenta sobrevivir el castrismo (V)
¿Puede fracasar el plan castro-chavista?
Como intenta sobrevivir el castrismo (V)Lamentablemente para el castrismo, su victoria en Venezuela no llegó durante su apogeo político, anterior a la desintegración de la URSS en 1990; sin embargo, el ascenso de Chávez al poder ha evitado el colapso económico en Cuba.
El estímulo político de Fidel Castro al chavismo guarda cierta similitud con lo que representó el castrismo para la élite comunista soviética a principios de la década de los sesenta. En la URSS ya había señales de agotamiento y atrofia cuando Fidel Castro llegó al poder en Cuba en enero de 1959.
Para la vieja y frustrada nomenclatura rusa, la adopción que hizo Castro del comunismo soviético fue una transfusión de optimismo. El castrismo les hizo creer que quizás, a la larga, el comunismo triunfaría en el mundo.
El precio de esa seducción fue muy caro para la URSS. Fidel Castro, manipulador extraordinario, comprendió muy temprano que el costo anual de la subvención soviética solo podría justificarse en Moscú, siempre y cuando él y Cuba se convirtieran en peones indispensables en la Guerra Fría, en la cual la URSS se jugaba su prestigio.
El inmenso costo económico de la subvención soviética a Cuba, sumado a los cuantiosos gastos en que incurrieron los soviéticos en el Tercer Mundo, al dejarse entusiasmar en aventuras militares, contribuyeron al deterioro económico de la URSS y en cierta medida a su fin como potencia.
Chávez cae en la trampa
Hugo Chávez parece haber caído en la misma trampa. Reclutado por Castro poco tiempo antes o después de su fracasado golpe militar en Venezuela en 1992, el aspirante a hombre fuerte se enroló en un esquema similar. En este caso sería la conquista de Latinoamérica, el sueño frustrado del Che Guevara.
La tarea asignada a Chávez como conquistador también tenía pocas posibilidades de éxito, pero le convenía a Fidel. Una vez embarcado en el plan, Chávez necesitaría la asistencia de los servicios de inteligencia, el aparato represivo, la oficialidad de las fuerzas armadas castristas, más el apoyo y reconocimiento público del Comandante en Jefe cubano, Fidel Castro, máximo líder de la izquierda latinoamericana.
Castro tiene razones para involucrar a Chávez en un curso de acción que lo vuelve completamente dependiente del régimen de la isla. Por sus servicios al “nuevo libertador”, el castrismo empezará a recibir petróleo venezolano y otras subvenciones imprescindibles. Los triunfos iníciales de Chávez son un aliento a la frustrada nomenclatura cubana, como en sus inicio fueron los de Castro para la dirigencia soviética.
El romance dura ya más de una década, durante la cual otros gobiernos latinoamericanos se han sumado a un proyecto bautizado como el rimbombante apelativo del Socialismo del Siglo XXI, que ni es socialismo ni mucho menos de este siglo, sino un esquema populista – desorganizado y mal administrado - cuyos precursores habían fracasado en el siglo anterior.
En algún momento de estos diez años, los costos políticos y económicos de la aventura castro-chavista comenzaron a debilitar a Hugo Chávez dentro y fuera de Venezuela.
Por las inmensas riquezas de Venezuela, un chavismo autóctono pudo haber tenido un impacto menos negativo y tal vez hasta positivo en este país y en Latinoamérica, siempre y cuando hubiera llegado a un compromiso con las fuerzas democráticas venezolanas. Por haberse plegado al espejismo castrista y a las manipulaciones de Fidel Castro, hoy marcha hacia el fracaso.
¿Cuándo?
Cómo intenta sobrevivir el castrismo (VI)
¿Esta a la vista la caída de Chávez?
Una relación simbiótica
Mientras llega el fin de la presidencia de Hugo Chávez, el castrismo como una sanguijuela, se apropia de parte de la riqueza venezolana bajo el esquema de pago de servicios. En Venezuela hay aproximadamente 30,000 médicos y otros profesionales de la salud cubanos. Como contrapartida este país envía a Cuba 100,000 barriles de petróleo diario.
El intercambio comercial entre ambos gobiernos asciende a más de cinco mil millones de dólares anuales y Cuba no tiene otra cosa que exportar a Venezuela más que servicios. Entre ellos personal de asesoría, control y vigilancia de zonas claves para la seguridad del régimen chavista. Este es uno de los aspectos que más disgusta a los venezolanos.
La cuestión de la salud ha sido utilizada inteligentemente por ambos gobiernos, aunque Cuba se ha quedado sin médicos y el costo de este servicio para Venezuela es escandaloso.
¿Gana o pierde Chávez?
Creer que Hugo Chávez va a dejar el poder por perder una elección es desconocer la realidad venezolana. Pero tampoco se puede ignorar que la apariencia de participar en el juego democrático es muy importante para él. Su objetivo es hacer creer a un porcentaje de sus seguidores y sobre todo a los indecisos –un sector clave en Venezuela- de que no hay peligro de caer en un proceso totalitario.
Con una muy limitada solidaridad democrática internacional, la oposición democrática, consciente de que la opción militar no existe por el momento, tiene que jugar el juego electoral para capitalizar el desgaste gradual y aparentemente inevitable del oficialismo. Muchos pueden creer que la oposición venezolana es inocente; no lo es, es valiente y realista.
Tiene que ir recogiendo en sus filas a los disidentes, uno por uno, o aliarse con ellos. Chávez se juega en este septiembre una carta clave en Venezuela: las elecciones de la Asamblea Nacional, en la que tiene que mantener un control mayoritario importante para allanar el camino a su reelección.
A toda costa se propone evitar que la oposición y la disidencia chavista puedan poner en peligro sus ambiciones. En la medida en que Chávez tenga que recurrir al abuso para ganar estas elecciones, su caudal político disminuye y el de la oposición y la disidencia aumentan. No son las mejores noticias para quienes quisieran una solución inmediata o a corto plazo, tampoco son las peores.
¿Qué piensa el castrismo?
Para el régimen en Cuba la situación es de incertidumbre; los recuerdos del fin de la subvención soviética están aun frescos. Rechazaron la apertura inicial con Obama porque ésta implicaba ceder políticamente su férreo control en Cuba. Creyeron que los precios petroleros continuarían haciendo llover el maná venezolano en cantidades cada vez mayores.
Además, pensaron que podían acorralar al nuevo gobierno en Washington creándole un frente unido en Latinoamérica que obligaría al nuevo presidente estadounidense a ceder, levantando el embargo incondicionalmente. Se equivocaron.
Los precios del petróleo cayeron y aunque Chávez maneja el poder como un autócrata, un aumento sustancial de la subvención venezolana al castrismo solo puede ser posible en dos circunstancias:
1) Un incremento importante en los precios del petróleo.
2) Una situación que obligue a Chávez a apartarse de su actual estrategia y en su lugar reprima brutalmente a la oposición y asuma el poder en forma totalitaria.
Si la capacidad mental de Fidel Castro fuera normal, es muy probable que obligaría a Chávez a tomar la segunda opción, pero este no parece ser el caso. En su lugar, Raúl Castro ha demostrado mediocridad y temor.
Si para el castrismo la pérdida del poder de Chávez sería fatal; para Chávez un cambio en Cuba podría acelerar su fin como gobernante. Mientras tanto, el deterioro económico y político de cada uno de estos regímenes influye negativamente en el del otro.
El castrismo se encuentra en su ciclo final, siguiendo los pasos de los regímenes comunistas que conformaron la URSS. Por demasiado tiempo han jugado la carta chavista. Como no hay opción china ni vietnamita sin el mercado estadounidense, por imperativo político y económico tiene que llegar a un acuerdo con los Estados Unidos.
Con la complicidad de la OEA, el castrismo fracasó en su primer intento el año pasado.
¿Fracasarán en la nueva ofensiva?
Nota: El politologo Fernando Mires ha hecho dos análisis brillantes sobre Venezuela: La Hibridocracia y Venezuela: la salida será por el centro.