DE LA DICTADURA
A LA
DEMOCRACIA
Un Sistema Conceptual para la Liberación
por
Gene Sharp
Traducción al Español por Caridad Inda
PLANIFICANDOLA ESTRATEGIA
Para aumentar las posibilidades de éxito, los líderes de la resistencia
necesitarán formular un plan de acción global,
capaz de fortalecer a
la gente que sufre, debilitar la dictadura, después destruirla, y
construir una democracia duradera. Para poder llevar a cabo tal
plan de acción, es necesario hacer un cálculo minucioso de la
situación y de las opciones
para una acción eficaz. En base a un
análisis así de preciso se pueden
desarrollar tanto
la gran estrategia
como las de campañas específicas para alcanzar la libertad. Aunque
relacionados entre sí, el desarrollo de la gran estrategia
y el de las
estrategias de campaña
son dos procesos separados. Las estrategias
de campaña han de diseñarse para alcanzar y reforzar los objetivos
de la gran estrategia.
El desarrollo de la estrategia de resistencia requiere que se preste
atención a muchas
interrogantes y tareas. Identificaremos aquí
algunos de los factores importantes que han de considerarse, a nivel
de gran estrategia así como en el de las estrategias de campaña. Toda
la planificación estratégica, sin embargo, requiere que los
planificadores de la resistencia tengan una profunda comprensión
de toda la dinámica del conflicto, y que le presten atención a los
factores históricos,
gubernamentales, militares,
culturales, sociales,
políticos, sicológicos, económicos e internacionales inclusive. Las
estrategias sólo pueden
desarrollarse en el contexto
de la lucha par-
ticular y sus antecedentes.
Como asunto de primera importancia, los líderes democráticos
y planificadores estrategas querrán
plantearse los objetivos y la
importancia de la causa. ¿Vale la pena empeñarse en una lucha
semejante por esos objetivos? Si es así, ¿por qué? Es crítico
determinar el verdadero propósito de la lucha. Ya hemos dicho en
este trabajo que no basta con derribar la dictadura, o quitar a los
dictadores actuales. El objeto de estas luchas debe ser el
establecimiento de una sociedad libre, con un sistema
democrático
de gobierno. La claridad sobre estos puntos influirá
en el desarrollo
de la gran estrategia y de las subsiguientes estrategias específicas.
En particular, los estrategas tienen que dar respuesta
a muchas
interrogantes fundamentales
como éstas:
• ¿Cuáles son los principales obstáculos para lograr
la libertad?
• ¿Qué factores facilitarían el alcanzarla?
• ¿Cuáles son los puntos
fuertes de la dictadura?
• ¿Cuáles son las diversas
debilidades de la dictadura?
• ¿Hasta qué punto son vulnerables las fuentes de poder de la
dictadura?
• ¿Cuáles son los puntos fuertes de las fuerzas
democráticas y
de la población en general?
• ¿Cuáles son los puntos
débiles de las fuerzas democráticas y
de la población en general, y cómo pueden corregirse?
• ¿Cuál es la posición
de terceras personas no inmediatamente
involucradas en el conflicto que están ayudando,
o podrían
ayudar, bien a la dictadura, bien al movimiento democrático
y cómo podrían hacerlo?
Escogiendo los medios
A nivel de gran estrategia, se necesitará que los estrategas escojan el
medio de lucha
idóneo que ha de emplearse en el conflicto venidero.
Necesitan evaluar las ventajas y limitaciones de varias técnicas
alternativas de lucha,
tales como la beligerancia militar
convencional,
la guerra de guerrillas, el desafío político y otras.
Para llevar a cabo esta selección, los estrategas necesitan
considerar interrogantes
como las siguientes: ¿Estará el tipo
de lucha
que se escoja dentro del marco de las capacidades de los demócratas?
¿Utilizará la técnica
escogida las fuerzas
de la población dominada?
¿Enfoca la técnica
escogida las debilidades de la dictadura
o busca
golpearla donde está
más fuerte? ¿Los medios que se usen ayudarán
a los demócratas a cobrar
más confianza en sí mismos,
o dependerán
de terceras personas o de proveedores externos? ¿Qué historial
tienen los medios
escogidos de haber
servido para el derrocamiento
de otras dictaduras? ¿Producirán
un aumento, o una disminución
en la cantidad de víctimas y otras pérdidas que podrían ocurrir en
el conflicto venidero? Asumiendo
que se vaya a tener
éxito en cuanto
al derrocamiento de la dictadura, ¿qué efecto tendrían los medios
escogidos en el tipo de gobierno que emerja después
de la lucha? Es
necesario excluir los tipos de acción que se consideren
contraproducentes para el desarrollo de la gran estrategia.
En los capítulos anteriores
hemos argumentado que el desafío
político ofrece ventajas significativas en comparación con las otras
técnicas de lucha. Los estrategas
tendrán que analizar la dinámica
de sus conflictos particulares, y determinar si el desafío
político
responde afirmativamente a las interrogantes anteriores.
Planificando para la democracia
Debemos recordar que el objetivo
de la gran estrategia contra
la
dictadura no es simplemente la caída de los dictadores sino establecer
un sistema democrático y hacer imposible el surgimiento
de una
nueva dictadura. Para alcanzar estos objetivos será necesario que
los medios de lucha que se escojan contribuyan a cambiar la
distribución del poder efectivo de la sociedad.
Bajo la dictadura, la
población y las instituciones civiles de la sociedad han sido
demasiado débiles y el gobierno
demasiado fuerte. Si no se corrige
este desequilibrio, la nueva camarilla, si así lo quisiere, podría ser
tan dictatorial como la anterior. Una "revolución
palaciega" o un
golpe de estado, por consiguiente, no es bienvenido.
El desafío político
contribuye a una más equitativa distribución
del poder efectivo,
mediante la movilización de la sociedad
contra
la dictadura, tal como fue discutido en el Capítulo
Cinco. Este proceso ocurre de diversas maneras.
El desarrollo de una capacidad
de lucha noviolenta significa que la capacidad de represión violenta
de la dictadura ya no va a producir
la intimidación ni la sumisión
de
la población tan fácilmente. Ésta va a tener a su disposición
poderosos medios
de acción para contrarrestar
y, a veces, hasta
bloquear el ejercicio del poder de los dictadores. Además, la
movilización del poder
popular por medio
del desafío político
va a
fortalecer las instituciones independientes de la sociedad. La
experiencia de haber ejercido alguna vez un poder efectivo no se
olvida fácilmente. El conocimiento y adiestramiento que se
adquieren en la lucha harán que la población
sea menos propensa a
que los posibles dictadores la dominen
en el futuro. Este cambio en
las relaciones de poder
hará mucho más probable
el establecimiento
de una sociedad democrática duradera.
Ayuda del exterior
Como parte de la preparación de la gran estrategia, se necesita
calcular qué papel
han de jugar la resistencia interna
y las presiones
externas en la desintegración de la dictadura. En este análisis, hemos
insistido que la fuerza principal de la lucha debe provenir del inte-
rior mismo del país. El nivel que llegue a alcanzar la ayuda
internacional dependerá de cuánto pueda
ésta ser estimulada por la
lucha interna.
Como un complemento muy limitado, se pueden hacer
esfuerzos por movilizar la opinión pública mundial contra la
dictadura desde un punto de vista humanitario, moral o religioso.
Se puede trabajar para lograr que los gobiernos y las organizaciones
internacionales apliquen sanciones diplomáticas, políticas y
económicas contra la dictadura. Éstas podrán ser embargos
económicos o de armamento, reducción de los niveles de
reconocimiento
diplomático, negación de asistencia económica
y
prohibición de inversiones en
el país bajo una dictadura, expulsión
del gobierno dictatorial de las diversas organizaciones
internacionales y de los organismos de las Naciones Unidas. Además
asistencia internacional como
ayuda financiera o de comunicaciones,
podrá suministrárseles directamente
a las fuerzas democráticas.
Formulando una gran estrategia
Después de un estudio de la situación, la selección de los medios y
la determinación de qué papel
ha de jugar la ayuda
del exterior, los
planificadores de la gran estrategia tendrán
que esbozar a grandes
rasgos la mejor
manera de desarrollar el conflicto. Este amplio plan
se extendería desde
el presente hasta la liberación e instauración de
un sistema democrático en el futuro.
Al formular una gran estrategia,
estos planificadores tendrán que hacerse una serie de preguntas.
Las
siguientes interrogantes,
de una manera mas específica que antes,
plantearán los considerandos que han de tenerse en cuenta al diseñar
una gran estrategia para una lucha mediante el desafío político.
¿Cuál es la mejor manera
de empezar una lucha a largo plazo?
¿Cómo podría la población oprimida
acumular suficientes fuerzas
y confianza en sí misma para desafiar la dictadura, aunque
inicialmente sea de manera limitada?
¿Cómo puede aumentarse
con el tiempo y la experiencia la capacidad de la población de aplicar
la nocooperación y el desafío
político? ¿Cuáles deberán
ser los
objetivos a alcanzar
en una serie de campañas
limitadas, dirigidas a
recuperar el control democrático de la sociedad y a limitar el de la
dictadura?
¿Quedan aún instituciones independientes que hayan
sobrevivido la dictadura y que pueden usarse en la lucha por
establecer la libertad? ¿Qué instituciones de la sociedad
pueden ser
rescatadas del control de los dictadores, o cuáles instituciones han
de ser creadas de nuevo por los demócratas para satisfacer las
necesidades de éstos y para establecer esferas de ejercicio
democrático aún cuando la dictadura continúe?
¿Cómo puede desarrollarse la fuerza organizacional en la
resistencia?
¿Cómo se puede
adiestrar a los participantes? ¿Qué
recursos (financieros, materiales, etc.) se requerirán a lo largo de la
lucha? ¿Qué tipo de simbolismo será el más efectivo para movilizar
a la población?
¿Por medio de qué tipo de acción
y en qué etapas se verán
progresivamente debilitados o eliminados los recursos
del poder de
los dictadores? ¿Cómo puede la población
que resiste persistir en el
desafío y a la vez mantener la necesaria disciplina noviolenta?
¿Cómo podrá la población satisfacer sus necesidades básicas
du-
rante el curso
de la lucha? ¿Cómo se podrá mantener
el orden social
en medio del conflicto? ¿Qué hará la resistencia democrática, a
medida que se aproxime la victoria,
para seguir construyendo las
bases de la sociedad de la post-dictadura y lograr que la transición
sea lo menos brusca posible?
Recuérdese que no hay un curso
prescrito, ni se puede
crear un
modelo de estrategia para cada movimiento de liberación contra
las
dictaduras. Cada lucha por derribar un régimen de fuerza y
establecer un sistema
democrático tendrá que ser diferente. Nunca
habrá dos situaciones exactamente iguales. Cada dictadura tiene
algunas características individuales, y variarán las capacidades de
la población que busca liberarse. Los planificadores de una gran
estrategia para una lucha de desafío político
requerirán una pro-
funda comprensión, no sólo de su situación específica
de conflicto
sino también de los medios de lucha que hayan escogido.13
Cuando la gran
estrategia para la lucha ha sido cuidadosamente
planificada hay razones
de peso para darla a conocer ampliamente.
Las grandes cantidades de gente que hace falta que participen estarán
más dispuestas y aptas para actuar si entienden la concepción ge-
neral así como las instrucciones específicas. Es posible
que el saber
esto tenga un efecto muy positivo en la moral y en su voluntad
de
participar y actuar apropiadamente. En todos los casos los
lineamientos generales de la gran estrategia se darán a conocer a los
dictadores y esto, potencialmente, puede llevar a aquéllos a ser menos
brutales en su represión,
a sabiendas de que, políticamente, puede
salirles el tiro por la culata. El haber sido alertados sobre las
13Se recomienda el estudio
completo de Gene Sharp, The Politics of Nonviolent Action
(La Política de la Acción
Noviolenta), y de Peter Ackerman y Christopher Kruegler,
Strategic
Nonviolent Conflict (El Conflicto Estratégico Noviolento), (Westport,
Con-
necticut: Praeger, 1994). También ver Gene Sharp,
Waging Nonviolent Struggle: Twen-tieth Century Practice
and Twenty-First Century Potential. Venidero.
características especiales de la gran estrategia podría también
contribuir a causar disensiones o descontento entre los partidarios
del dictador.
Una vez que se ha adoptado un plan estratégico global para
hacer caer la dictadura y establecer un sistema democrático, es
importante que los grupos democráticos persistan en aplicarlo. En
muy raras circunstancias deberá la lucha apartarse del plan inicial
de la gran estrategia. Cuando haya abundante evidencia de que la
gran estrategia escogida fue mal concebida, o cuando las
circunstancias de la lucha
hayan cambiado fundamentalmente, es
posible que los planificadores tengan que alterar la gran estrategia.
Aún entonces, deberá hacerse solamente después
de que el cálculo
fundamental
se haya hecho de nuevo,
y se haya desarrollado y
adoptado una estrategia nueva más adecuada.
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