DE LA DICTADURA
A LA
DEMOCRACIA
Un Sistema Conceptual para la Liberación
por
Gene Sharp
Traducción al Español por Caridad Inda
CUATRO TÉRMINOS IMPORTANTES PARA LA PLANIFICACIÓN
ESTRATÉGICA
A fin de ayudarnos a pensar
estratégicamente, es importante percibir
con claridad qué significan cuatro
términos básicos.
La gran estrategia: es la concepción que sirve para coordinar y
dirigir el uso de todos los recursos apropiados y disponibles
(económicos, humanos, morales,
políticos, organizacionales, etc.) de
un grupo que busca alcanzar sus objetivos en un conflicto.
La gran estrategia, al enfocar la atención del grupo en los
objetivos primarios y en los recursos
en el conflicto, escoge entre las
técnicas de acción más apropiadas (tales
como la acción militar
convencional o la lucha noviolenta) cuál ha de emplearse en la
contienda. Al planear
la gran estrategia, los líderes de la resistencia
deben evaluar y planificar qué presiones e influencias han de
aplicarse sobre los adversarios. Más adelante, la gran estrategia
tendrá que ocuparse
de las decisiones sobre las condiciones y el
momento apropiado en que las
campañas de resistencia, iniciales y
subsecuentes, deban echarse a andar.
La gran estrategia sienta el organigrama básico para la selección
de las estrategias menores con
las que se ha de desarrollar la
lucha.
La gran estrategia, además, determina
a cuáles grupos específicos
se les encomendarán tareas generales así como la distribución de
los recursos que se han de
emplear en la lucha.
La estrategia es la concepción de cómo alcanzar
los objetivos en
un conflicto de la mejor manera, operando en el ámbito de la gran
estrategia escogida. La estrategia tiene que ver con si se ha de pelear
o no, y cuándo y cómo, asi como con el modo de lograr el máximo
de efectividad al luchar por ciertos fines.
A la estrategia se la ha
comparado con el concepto del artista, y a la planificación estratégica
con el proyecto o plano
detallado de un arquitecto.12
La estrategia incluirá también los esfuerzos por desarrollar una
situación tan ventajosa
para los retadores que los retados
puedan
prever que un conflicto
abierto les ocasionaría una derrota,
y así se
decidan a capitular
sin llegar al combate. 0 si no, que la situación
estratégica sea tan buena que el triunfo de los retadores en la
contienda resulte
evidente. La estrategia comprende también
cómo
usar bien los triunfos obtenidos.
Aplicado al desarrollo de la lucha en sí, el plan estratégico in-
dica cómo debe desarrollarse
la campaña y cómo los diferentes
componentes de la misma tienen que combinarse unos con otros,
para llevarla lo más ventajosamente posible a conquistar su
12Robert Helvey,
comunicación personal, 15 de agosto de 1993.
objetivos. Comprende el hábil desplazamiento de los grupos de
acción particulares, en operaciones menores. La planeación de una
buena estrategia, tiene que considerar que se requiere una técnica
de lucha, escogida
para el éxito de la operación. Las diferentes
técnicas tendrán diferentes exigencias. Por supuesto, el cumplir con
"requisitos" no basta para asegurar el triunfo. Pueden necesitarse
otros factores.
Al trazar las estrategias, los demócratas han de definir
claramente sus objetivos, y determinar cómo medir la efectividad
de los esfuerzos para alcanzarlos. Esta definición y análisis permite
al estratega identificar las condiciones precisas para lograr cada
objetivo seleccionado. La necesidad de claridad y definición se aplica
igualmente a la planificación táctica.
Las tácticas y los métodos de acción se usan para llevar a cabo
la estrategia. La táctica se refiere al mejor
uso de las propias
fuerzas,
para obtener la máxima ventaja,
en una situación limitada. Una
táctica es una acción limitada, que se usa para alcanzar un objetivo
restringido.
La selección de las tácticas se rige por el principio de
cómo usar de la mejor manera, en una fase limitada del conflicto,
los medios disponibles de combate para implementar la estrategia.
Para ser más efectivos, las tácticas y los métodos
siempre deben
escogerse y aplicarse
para lograr los objetivos estratégicos. Las
victorias tácticas que no refuerzan la consecución de los objetivos
estratégicos pueden, al final, convertirse en energía despilfarrada.
Una táctica, por lo tanto, se escoge en función
de un curso de
acción limitado, que encaja dentro de una estrategia más amplia; así
como una estrategia encaja dentro de la gran estrategia. Las tácticas
siempre tienen que ver con la lucha mientras
que la estrategia incluye
consideraciones más amplias.
Una táctica en particular sólo puede
ser comprendida como parte de la estrategia total de una batalla o de
una campaña. Las tácticas se aplican por un período
de tiempo más
breve que las estrategias, en áreas más reducidas (geográficas,
institucionales, etc.), por un número más
limitado de personas, o para
lograr objetivos más limitados. En la acción
noviolenta, la distinción
entre un objetivo táctico y otro estratégico puede deberse parcialmente
a que el objetivo de la acción sea más o menos importante.
Las alianzas tácticas ofensivas se escogen para apoyar la
conquista de los objetivos estratégicos. Los compromisos tácticos
son herramientas de las que se vale el estratega a fin de crear
condiciones favorables para dirigir ataques decisivos contra un
adversario. Es muy importante, por consiguiente, que aquellos a
quienes se ha dado la responsabilidad de planificar y ejecutar las
operaciones tácticas tengan la abilidad
de discernir la problemática
de la situación y escoger
los procedimientos más apropiados para
enfrentarla. Aquellos
que se supone que han de participar, deben
estar entrenados
en el uso de la táctica escogida
y en los medios
específicos.
El método o procedimiento se refiere a las armas específicas o
medios de acción. Entre las técnicas de la lucha noviolenta se
incluyen docenas de formas particulares de acción (tales como los
muchos tipos de huelga, el boicot, la resistencia pasiva política y
otras parecidas), citadas en el Capítulo Cinco. (Ver también el
Apéndice.)
El desarrollo de un plan estratégico responsable y efectivo, para
una lucha noviolenta, depende de la selección y formulación
minuciosa de la gran estrategia, las estrategias de campaña, las
tácticas y los métodos.
La lección principal
de esta discusión es que para liberarse
de
una dictadura se requiere un uso calculado de nuestro propio
intelecto para planificar cuidadosamente la estrategia. La
incapacidad de planificar inteligentemente puede contribuir al
desastre, mientras
que el empleo efectivo de nuestras capacidades
intelectuales puede trazar
el rumbo de un curso estratégico que
juiciosamente utilice nuestros recursos disponibles para impulsar a
la sociedad hacia los objetivos de la libertad y la democracia.
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