Afrocubanos piden 'crear instituciones propias' y trazar estrategias para dar a conocer la 'historia negada, oculta'
| Miami | 16 de Abril de 2017URL: http://www.diariodecuba.
Más de 30 activistas, escritores, intelectuales, académicos y emprendedores cubanos, en su mayoría afrodescendientes, participaron en una reunión en la Universidad de Harvard para celebrar los logros del movimiento afrocubano y trazar una agenda para el trabajo futuro, reporta el diario El Nuevo Herald.
"Tenemos que tener conciencia de que este es un acto histórico", dijo Tomás Fernández Robaina, miembro de la Articulación Regional Afrodescendiente (ARAC) y autor del libro El Negro en Cuba, al inicio del evento el viernes, organizado por el Afro-Latin American Research Institute en el Hutchins Center de esa universidad.
Según el periódico miamense, fue "notable" la ausencia de representantes de organizaciones disidentes que trabajan el tema racial.
Alejandro de la Fuente, director del Afro-Latin American Research Institute, dijo que su exclusión fue una decisión consensuada y que se basó en la consideración de que esos grupos no tienen la lucha contra la discriminación racial como su principal objetivo, indicó el diario. Esto habría dejado fuera a proyectos con un importante trabajo de denuncia de los abusos contra la población negra y mestiza, como el Comité Ciudadanos por la Integración Racial.
Esos activistas, que llevan más de una década trabajando contra la discriminación racial, han sido en cambio invitados a peneles como los del Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA, por sus siglas en inglés) para "poner en perspectiva el tema de la afrodescendencia", en los que también han participado enviados del Gobierno cubano.
De la Fuente, autor del libro Una nación para todos, dijo que la reunión de Harvard intentó celebrar y reconocer el trabajo de activistas e intelectuales que desde la década de los 90 del siglo pasado comenzaron a organizarse para denunciar el racismo, colocar el tema racial en la agenda pública y producir conocimiento sobre el papel de los afrodescendientes en la historia cubana.
Iniciativas como el Grupo Afrocubanas tratan de "romper el silencio sobre las mujeres negras en los textos maestros de la historia y la literatura cubana (…) y contribuir al desmontaje de los estereotipos racistas y sexistas negativos", comentó una de sus fundadoras, Daisy Rubiera.
Pionera en la lucha contra la discriminación racial en la Isla fue la Cofradía de la Negritud, fundada hace casi 20 años para "crear conciencia a nivel de la sociedad cubana sobre la discriminación".
"En aquel momento la población negra cubana no tenía voz y tratamos de rescatar el derecho a podernos expresar como negros", dijo uno de sus fundadores, Norberto Mesa.
Los participantes opinaron que uno de los logros del Movimiento Afrocubano ha sido que el tema racial dejara de ser tabú dentro de la Isla.
Sin embargo, el Gobierno continúa obstaculizando los intentos de visibilizar esa problemática que tiene una clara dimensión política. Varios de los asistentes al evento de Harvard son miembros de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba y no recibieron autorización institucional para participar, aunque pudieron realizar trámites personales para viajar. Otros invitados no pudieron viajar porque el Partido Comunista no se los permitió.
A falta de otros espacios más tradicionales, activistas e intelectuales han empleado desde boletines que envían por correo, como Desde La Ceiba, distribuido por el escritor e investigador Tato Quiñones, hasta blogs.
Existen 11 blogs dedicados al tema racial, dijo Sandra Abd'Allah-Alvarez Ramírez, autora de la página Negra cubana tenía que ser, en la red desde hace 11 años y el primero de su tipo que se produjo en Cuba, según El Nuevo Herald.
Durante el evento salió a relucir la polémica por una caricatura publicada por DIARIO DE CUBA que Álvarez y otras personas consideraron racista.
La caricatura, de Alen Lauzán, tenía como contexto la negativa de las autoridades cubanas a permitir la entrada a la Isla a Mariana Aylwin, exministra chilena e hija del fallecido expresidente Patricio Aylwin, quien debía recoger la mención de honor del Premio Oswaldo Payá Libertad y Vida, concedida a su padre por la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia.
Lauzán mostraba a dos mujeres chilenas que criticaban a Mariana Aylwin mientras practicaban turismo sexual en la Isla con dos cubanos negros vestidos con camisetas de propaganda castrista.
El dibujo fue calificado de racista por Álvarez y otros intelectuales que mantuvieron un debate en blogs y redes sociales.
"Sentí que estaba muy sola y que la gente que podía responder a esta caricatura racista estaban en Cuba desconectados", dijo la activista en el evento en Harvard. Añadió que recibió amenazas por sus críticas a la caricatura. No está claro si las detalló en el evento, el reporte de El Nuevo Herald no lo especificó.
"El principal aprendizaje [de esta experiencia] es que nosotros, negros cubanos, no tenemos que esperar nada del exilio cubano racista, nos quieren callados", afirmó Álvarez.
Tanto ella, como el historiador y poeta Arsenio Rodríguez Quintana y la narradora y profesora de la Universidad de Connecticut Odette Casamayor fueron invitados en privado y en público por DIARIO DE CUBA a explicar las razones por las cuales consideraban racista la caricatura de Lauzán.
Solo Casamayor respondió a esa invitación.
En el evento en Harvard, Alberto Abreu, escritor, premio Casa de las Américas y autor del sitio Afromodernidades, comentó que su blog le ha permitido introducir temáticas como las identidades sexuales disidentes y "abrir una brecha al control discursivo" de las autoridades cubanas.
No obstante, varios ponentes coincidieron en que aún no existen todos los espacios públicos necesarios para la discusión del tema racial. Otros señalaron que estos proyectos y organizaciones operan en un limbo jurídico: no son legales.
Esto es un problema importante para proyectos como Alianza Unidad Racial, que intenta fomentar una cultura de derechos entre los afrodescendientes y darle herramientas para enfrentar acciones discriminatorias de las autoridades y la policía, que usualmente detiene a jóvenes negros sin motivo aparente.
Intentos de unir las distintas iniciativas y visiones en una organización "sombrilla" para combatir el racismo, como el capítulo cubano de la ARAC —que contó inicialmente con el acuerdo del Estado— no han sido exitosos.
Los participantes discutieron también sobre el desarrollo del movimiento hip-hop en Cuba y el rol de la estatal Agencia Cubana de Rap.
Pese a haber sido un "movimiento antirracista" de vanguardia, comentó el ensayista y activista Roberto Zurbano, el movimiento cubano de hip hop no llegó a ser un movimiento social "porque fue abortado".
"Cuando tengan un proyecto que pase de un número de personas, van a ir por ustedes, si no eres hijo de [un dirigente] y si tu proyecto no responde a [los intereses de las autoridades]", comentó visiblemente frustrado Soandres de Río, del dúo Obsesión, quien ha organizado durante varios años el independiente evento de rap Puños Arriba.
Zurbano demandó "crear instituciones propias" y producir una historia del movimiento afrocubano. Tomás Fernández, por su parte, propuso "cambiar los planes de enseñanza de los estudios superiores" para "dar a conocer la historia negada, oculta, de nuestros ancestros afrocubanos".
"Se necesita un proceso de deconstrucción y tiene que haber políticas públicas", opinó la periodista e investigadora Gisela Arandia.
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