Opinión: Obama, en un valle de lágrimas | El Mundo | DW.COM | 25.06.2016
EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
La decisión del Tribunal Supremo de no darle el visto bueno a la ley de
inmigración constituye una gran derrota para el presidente
estadounidense. Y es que dicha ley no es nada más ni nada menos que el
resultado del trabajo de su segundo mandato. Obama trató de aprobar la
ley muy a su estilo: con mucho riesgo y a la suerte. Finalmente perdió.
Ahora se le reprocha a Obama haber jugado con las esperanzas y
expectativas de millones de personas para alcanzar sus sueños políticos.
Y no por que sus decretos hayan sido desmedidos o irracionales. Todo lo
contrario: su reforma migratoria es moderada y habría llenado un vacío
legal que afecta a millones de personas residentes en Estados Unidos que
estudian, trabajan y pagan sus impuestos. Obama habría sacado a estas
personas de la ilegalidad y habría acabado, así, con el trato inhumano
al cual son sometidas.
Confusión en la Casa Blanca
Ya hace tiempo que la política en Estados Unidos no se centra en dar e
intercambiar argumentos razonables. Algo que Obama, quien empezó al
margen de la política tradicional, debería saber después de siete años
en el poder. Sin influencias, sin diplomacia a puerta cerrada y sin
prenegociaciones no se puede lograr nada en Washington, ni siquiera un
presidente como él, sin importar que tan inteligente y correcto sea: las
leyes se escriben en el Congreso y no en la Casa Blanca.
Obama quiso hacer lo correcto a la fuerza. Pero la Corte Suprema le ha
enseñado cuáles son sus límites. De lo sucedido el pasado jueves se
pueden deducir dos cosas. La mala noticia: no se puede hacer política
correctamente en un sistema falso y quebrantado. La buena noticia: el
poder del presidente de los Estados Unidos tiene límites.
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