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jueves, 13 de marzo de 2014

Si van a Cuba no se olvide de Guabairo en Cienfuegos. Lleven mascarilla

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO



miércoles, marzo 12, 2014

Guabairo, el pueblo que respira cemento

Alejandro Tur Valladares



Galería de fotos de la fábrica de cemento Karl Marx



    Fábrica-de-cemento-Karl-Marx-

Cienfuegos_foto tomada de internet

    Camiones levantan polvo en la zona_www.guanarocadelsur.blogspot.com

    El polvo que desprende la estera afecta a los hogares que se encuentran a solo diez metros de distancia Foto Alejandro Tur

    El polvo que emerge de la torre cae sobre el poblado Guabairo - Foto Alejandro Tur

    Periodista Mercedes Caro conversa con Travieso, vicegerente técnico_www.guanarocadelsur.blogspot.com



LA HABANA, Cuba.- El extenso reportaje aparecido  el viernes 28 de
febrero en el semanario cienfueguero “5 de septiembre”, bajo la firma de
la periodista Mercedes Caro Nodarse y el título: Cementos Cienfuegos
S.A. Argumentos para explicar la vida, pretende reflejar la situación
medioambiental que presenta la mayor fábrica de cemento del país, la
Karl Marx, ubicada 15 km al este de la ciudad de Cienfuegos, en el
poblado Guabairo.



Desfigurando la realidad



Contrario a lo que cabría esperar de un reportaje objetivo, el de
Nodarse se muestra viciado desde los comienzos. Para quienes hemos
investigado el tema de la contaminación medioambiental que afecta al
poblado de Guabairo, nos queda claro el carácter irreal del escrito.



Tras una breve introducción, la periodista se adentra en una apologética
narración expresando: “Allí existe un antes y un después bien marcado,
evidente, pues cuando nos acercábamos al sitio – con el propósito de
realizar el trabajo_, nos preguntábamos si la imponente industria estaba
funcionando o no, ya que no observamos señales de vertimiento de
contaminantes al aire a través de sus torres. Ni siquiera la añeja y
molesta columna de polvo blanco acudió a saludarnos”.



Quiero darle el beneficio de la duda a la periodista y aceptar que no
vio los signos contaminantes que bajo la forma de columna de polvo
emergen regularmente desde las torres de la cementera, y se explayan por
los cielos. Considero, sin embargo, que al menos debió cuestionarse si
lo observado era un comportamiento permanente o excepcional; Mercedes no
se tomó la molestia de indagar. ¿Es que acaso no sabe la periodista que
es práctica común entre nuestros funcionarios esconder a la vista de
los visitantes, sean periodistas o auditores, aquellos aspectos
negativos que pudieran denunciarles?



 Travieso, el caballo de batalla de la fiscalía



Diligente, cursó entrevista a Jorge Díaz Travieso, vicegerente técnico
de la Karl Marx, quien se recrea exponiendo las políticas pro
ambientalistas que, asegura, han venido implementando en la industria.
Travieso refirió el conjunto de medidas que se han adoptado y que según
él han contribuido a bajar los niveles de emisión de gases de
invernaderos u otros contaminantes a la atmósfera, lo que le ha valido
el reconocimiento del CITMA, entidad que monitorea la situación
 medioambiental en Cuba. De igual modo, comenta las medidas adoptadas
para disminuir la emisión del polvo que surge del proceso fabril, causa
fundamental de las quejas de los pobladores



“Hemos garantizado la recuperación de casi el 95 por ciento del material
fino; de igual manera, se aumentó la hermeticidad”, dijo.



Travieso olvidó comentar que año y medio atrás participó en un juicio
celebrado a Margarito Álvarez Díaz, residente de Guabairo, quien realizó
un acto de protesta para pedir a las autoridades que pusiesen fin a la
contaminación que afecta a cientos de habitantes.



La fiscalía utilizó a Travieso para contrarrestar los argumentos del
acusado que, cansado de quejarse a los burócratas, sin que estos
aportasen soluciones al problema, decidió parar la estera -que atraviesa
el pueblo- trasladando la materia prima con que se elabora el cemento y
es causa fundamental de la polución.



De igual modo, Travieso olvidó mencionar la golpiza que recibió el
ciudadano Elio Rojas Sabina, de parte de la policía, cuando en protesta
por la contaminación decidió colocar piedras en la carretera que pasa
frente a su casa, buscando que los camiones de la Carl Marx desvíen su
ruta y no levanten el polvo que invade su casa.



El subgerente reconoció que el mal se agudizó luego que la industria
rehabilitara la línea tres de producción y colocaran un secador en el
área de materias primas, necesario para disminuir el contenido de
humedad del material enviado a las instalaciones de dosificación de
crudo, lo que ocasiona un aumento en la cantidad de polvo en diversos
puntos de las bandas del transportador (mide 2,5 km de largo) que
atraviesa el pueblo de Guabairo. Pero mintió cuando dijo que tras
activar los sistemas de desempolvado lograron hasta un 98% de eficiencia
en las torres de transferencia (elevados).



La verdad es que el polvo que desprende la estera por momento hace
irrespirable el ambiente. La estera está ubicada a unos 10 metros de las
viviendas, fundamentalmente en el área de las torres, que luego se
asienta en la carretera que corre paralela a ella. El polvo es levantado
continuamente por los equipos de transporte a lo largo del muy
maltrecho  vial – cuasi pedraplén – que une a las canteras con la
industria y atraviesa la zona poblacional.



Entre las medidas adoptadas cuentan, según Travieso, la prohibición a
los camiones de la industria que transiten por la vía. Aunque los
choferes y quienes deben velar por el cumplimiento de la disposición se
burlan olímpicamente de lo dispuesto.



Otro aspecto que escapó a la labor investigativa de la periodista fue el
hecho que, en no pocas ocasiones, la industria traslada la materia
prima de la estera en horas nocturnas, para evitar que los pobladores
vean, debido a la oscuridad, el polvo que gravita en el aire.



Verdades a medias



En el afán por seguir justificando a la industria, Travieso refiere:



“Es preciso señalar que a raíz de la construcción de esta fábrica fueron
erigidas viviendas en otras comunidades y poblados. La mayoría de las
personas fueron a vivir allá; sin embargo, dejaron atrás a miembros de
sus núcleos familiares habitando los inmuebles, muchos de ellos -por no
decir casi todos- se encuentran ubicados dentro de la franja de
protección sanitaria, que establece un radio mínimo de resguardo de mil
metros desde el centro de la fuente emisora”.



Esta es una verdad a medias. Es cierto que en los inicios de la
construcción de la Karl Marx se construyeron viviendas que fueron
ofrecidas a algunos de los habitantes de Guabairo. Lo que Travieso no
menciona es que los inmuebles se destinaron exclusivamente a personas
que vivían donde luego instalarían la estera, o que vivían cerca de las
canteras de piedra de donde se extrae la materia prima para la
elaboración del cemento.



Olvidó decir que una parte de los dineros destinados a la construcción
de viviendas, con la finalidad de extraer al pueblo de las inmediaciones
de la fábrica, fueron utilizados por el gobierno para asuntos ajenos a
ese propósito.



Ello dio lugar a que, con el de cursar del tiempo – treinta y cuatro
años después-, las familias que quedaron rezagadas se hayan multiplicado
y expandido, erigiendo nuevas viviendas que hoy ocupan una vasta
extensión, colocando a las casas más cercanas a solo 15 metros de la
industria. En el año 1980, cuando fue fundada la fábrica, apenas se
podían contar unas decenas de habitantes. Hoy su número rebasa los mil.



Prensa local omitió lo más importante



Hubiese sido importante que Nodarse hubiese plasmado en su reportaje la
opinión directa de los habitantes, o mostrado estadísticas de aquellos
cuya salud ha sido afectada por la contaminación. Podía haber hablado
con el personal médico del lugar,  que hace tiempo se hizo una
investigación relacionada.



Debería haber señalado que el poblado estaba establecido en el lugar
desde mucho antes que llegara  la industria, y que por tanto corresponde
a ésta solucionar el problema que ocasiona su presencia.



Finalmente, me habría gustado leer la opinión de Yuba Valdés, actual
Delegado de la Circunscripción, quien recientemente fue coaccionado por
autoridades políticas de la provincia para que dejara la idea de viajar a
La Habana, con la finalidad de presentar una queja ante organismos
superiores.



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