ALEJANDRO RIOS: Sin Miami no hay país - Opinión

ALEJANDRO RIOS: Sin Miami no hay país - Opinión - ElNuevoHerald.com

 EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

ALEJANDRO RIOS: Sin Miami no hay país

 

AlejandroRíos

Para el mes de abril se anuncia el próximo congreso de la Unión de
Escritores y Artistas de Cuba, la desacreditada UNEAC, y lo primero que
hace el comité organizador del evento es elegir como delegados
honorarios a Fidel y Raúl Castro, sin duda, dos de las personas que más
daño le han propinando a la fibra creativa de la isla, desde los
tempranos años sesenta con su represión y voluntarismo.

Afirma la
declaración que ambos dictadores encabezan “por derecho propio a los
representantes de la vanguardia artística y literaria”.

Por
supuesto que ningún miembro de la organización se va a incinerar
públicamente para discrepar sobre esta aduladora decisión pues ahora que
las esclusas se han abierto, lo más importante es portarse bien o pasar
inadvertido para que no se entorpezca el próximo viaje.

Muy por el contrario, el cantante líder del dúo Buena Fe se aparece
con aquello de que el Internet puede ser un Caballo de Troya para la
revolución, en franca coincidencia con el siniestro ex ministro del
Interior, Ramiro Valdés, que la calificara como “potro salvaje”
necesitada de domesticación. A todas luces, el mismo personaje
encargado, actualmente, de diseñar la violencia callejera en Venezuela
contra quienes protestan.

De tal modo, la policía política no
reposa y va moviendo sus fichas. Tiene agentes encubiertos y
descubiertos, en lo que ellos llaman la guerra ideológica. Es así como
el profesor universitario Guillermo Rodríguez Rivera, quien se confiesa
simpatizante de Leonardo Padura y Reina María Rodríguez, escribe una de
sus monsergas para explicar por qué otros escritores, afines al régimen,
merecían antes que ellos el Premio Nacional de Literatura.

Se
trata de su más reciente golpe bajo en columnas sin lectores en Cuba
donde, además, se suma la que le dedicara a Rubén Blades, para
explicarle lo equivocado que está al apoyar a los estudiantes que se
desangran en las calles de Venezuela y arengarle sobre su nulo
entendimiento de lo que es una revolución verdadera.

Adláteres de
afuera y de adentro de la prensa electrónica de la isla y no así la que
leen los comunes ciudadanos, ahora nombran de manera festinada como
héroes a ciertos artistas que han confrontado “valientemente” en sus
respuestas a la “ultraderecha de Miami”, calificando como “cubanos
lindos” a los espías encarcelados en los Estados Unidos; dilucidando,
con masoquismo mal disimilado, que no hay mayor riqueza que la de vivir
en la desvencijada Habana y que la revolución tiene grandes valores por
los cuales se debe luchar.

Hombres y mujeres “nuevos” adoctrinados
en la doble moral que, al segundo trago comienzan a decir la verdad en
privado sobre cuán angustiados se sienten en aquel estercolero sin
esperanza, para luego, sobrios, arengar públicamente a favor de sus
victimarios.

Paradójicamente dependen del dinero contante y
sonante de la vilipendiada Miami para adecentarse porque la bohemia de
los tugurios mexicanos, italianos y españoles ya no parece pagar las
emergencias familiares dejadas atrás en la isla.

La vulgaridad y
falta de educación formal que ha lamentado, hipócritamente, Raúl Castro,
quien por otra parte alienta la chusmería de los actos de repudio,
parece haber contaminado a muchos estratos de la sociedad cubana actual.

Se
nota en la sinuosidad y la guapería de barrio de los nuevos “héroes”
alistados para combatir en el frente sur de la Florida. Los mismos que,
de vez en cuando, cometen el error de olvidar que sin la condescendencia
de Miami, sencillamente, no hay país.