EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
Al general en su cumpleaños…
Durante su mandato, el comportamiento del General Raúl Castro ha suscitado dudas y perplejidad; es absurdo pensar que un político, sea cual sea, no quiera arreglar su país sin mantenerse en el poder. Otra cosa bien distinta es que no pueda y quiera echar mano al reloj para alejar la llegada de un futuro que irremediablemente llegará, o que prefiera propagar esos estímulos ilusorios (e ilusionistas) que estimulan de igual forma el viejo “sálvese quien pueda” y la desconfianza popular.
Hoy, 3 de junio, recién concluida la fiesta por su 81 cumpleaños, él tiene la extraña costumbre de celebrar la víspera en familia, no tengo claro si catalogar como exitoso o fracasado el plan de reformas que ha tomado el General como premisa desde que fue coronado Presidente de Cuba.
Sería injusto negar el esmero que puso en limpiar de escollo al Estado, eliminando una buena parte de esa fuerza laboral estatal e improductiva. Sus medidas, al respecto, estuvieron dirigidas a lograr publicidad, insignificante descentralización, a reforzar determinados mecanismos de mercado y, lo más importante, a la transmisión de mandos claves hacia hombros de amigos y familiares a quienes él considera “honestos”, concepto trastocado a conveniencia, por incondicionales “discretos”.
Durante mucho tiempo, el octogenario militar nos engañó repitiendo como papagayo de feria que las empresas del ministerio de las fuerzas armadas estaban más organizadas y producían con mayor eficiencia. Era explicable aceptar, que militarizando el sector empresarial, sanearía la disciplina laboral y disminuiría la corrupción.
Tamaña mentira no podía traer resultados. Sólo fue un pase de cuenta y restructuración de poder. En el planetoide Cuba muchos saben que las empresas militares, mientras pertenecían a la nómina FAR y respondían a su estructura vertical, funcionaban basadas en la irrealidad, no así en el contexto social y mucho menos en lo concreto.
¿Generaron beneficios y produjeron bienes y servicios? Sí, pero a partir de la obediencia a ciegas (explotación o abuso, llámele usted como quiera) de millones de reclutas y soldados que trabajan hoy por hoy sin cobrar.
La producción, y valga la redundancia, prácticamente carecía del “costo de producción”. Por ello, con la militarización de la ya desastrosa telaraña empresarial cubana, nuestro país, estructural y productivamente ascendió a niveles estratosféricos de incomparable incompetencia.
Está claro, el General no es economista ni nada, sólo es sádico, delincuente, manipulador y perfeccionista. Por esta sencilla razón compele a la prensa, sabiendo que no son los periodistas sino los historiadores la piedra base del glasnost.
Fue Raúl quien, sin renunciar a la intimidación como método represivo, puso la moda catártica de quejarse explícitamente y de manera creciente. Estimulando a que la gente examine abiertamente sus problemas para corregirlos. Bueno, no sé si sería adecuado decir que para corregirse en ellos. La catarsis aliviar el dolor del alma, pero no cambia un sistema.
Muchos quieren explicar con teorías complicadas el por qué Raúl jugó eso que algunos les ha dado por llamar “Estocada Fundamental” refiriéndose al hecho de flexibilizar la antigua ley migratoria, gracias a la cual hemos podido abrazar a tantos opositores, contestatarios y disidentes que hoy pueden salir de Cuba y regresar con facilidad testificada.
No se rompa la cabeza, la respuesta es muy sencilla, de niño me la repetía mi abuela: “El mejor lugar donde podemos encerrar un árbol, sin que este se sienta preso, es precisamente en el bosque”.
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