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martes, 11 de octubre de 2011

Duro contra el Blackberry de RIM

La imparable caída de BlackBerry

El fabricante de BlackBerry, RIM, no deja de acumular méritos para
convertirse en una de las caídas más meteóricas de la historia de la
tecnología: ayer, su sistema centralizado demostró su vulnerabilidad
al dejar sin servicio desde las once de la mañana a bien entrada la
tarde a sus usuarios en medio mundo.

En el mercado de los Estados Unidos, la caída en cuota de mercado
podría calificarse de catastrófica, solo comparable con la pérdida de
valor de las acciones de la empresa en el mercado bursátil. ¿Cuáles
son los factores que están determinando esta imparable caída? Veamos:

Gama de terminales claramente anticuados en diseño y prestaciones, y
completamente desposicionados en el mercado, que han pasado en muy
poco tiempo de ser característicos del segmento directivo a ser los
terminales de bajo coste que muchos operadores regalan, los que llevan
los más jóvenes o lo que tienen un poder adquisitivo más bajo. En
España, la BlackBerry ha pasado a ser el terminal que parece que
regalan en los institutos de enseñanza media. En el Reino Unido, es el
terminal estrella en los segmentos de más bajo poder adquisitivo y en
los barrios más marginales.

Sistema operativo claramente fuera de mercado, con una irregularidad
pasmosa, cuelgues frecuentes, y constantes problemas en la gestión de
muchas aplicaciones. Si me dieran un euro por cada vez que no puedo
hacer lo que quiero hacer porque me encuentro un maldito reloj
procesando algo (o directamente colgado), sería asquerosamente rico.
No ha habido terminal reciente de BlackBerry en el que no me haya
pasado lo mismo: únicamente funciona bien cuando no le has instalado
nada. En cuanto instalas algunas aplicaciones, allá va la estabilidad.
La propia RIM es claramente consciente de la magnitud del problema,
pero para intentar solucionarlo ha recurrido a la adquisición de un
sistema operativo, QNX, basado en UNIX y típico de sistemas embebidos
o empotrados, que lleva más de veintinueve años en el mercado. Que el
futuro de una marca que hasta el momento había desarrollado
internamente toda su tecnología se fíe a un sistema operativo recién
adquirido y que lleva veintinueve años en el mercado da una idea de lo
inconsistente de su estrategia.

Parque de aplicaciones clarísimamente insuficiente. Los
desarrolladores de aplicaciones, como recientemente me comentaba Uri
Levine, fundador de Waze, simplemente no ven la propuesta de valor de
desarrollar o evolucionar versiones para BlackBerry. La marca ha
pasado en pocos años de cobrar a los desarrolladores, a pretender
supuestamente seducirlos, y un vuelco tan brusco en la estrategia
obviamente no ha funcionado. En un momento en que las aplicaciones
definen realmente la funcionalidad de un terminal, RIM aparece como el
claro perdedor en la batalla.

Un tablet, PlayBook, que no ha funcionado en el mercado, y que de
hecho todo indica que ya no supone una apuesta estratégica para la
marca.

Filosofía de control centralizado y total, que conduce, como pudimos
experimentar ayer, a un sistema mucho más vulnerable en caso de caída.

Apple tiene diseño, imagen y fiabilidad en prestaciones. Android tiene
una enorme versatilidad merced a sus múltiples fabricantes, y un
crecimiento brutal. ¿Y RIM? ¿Qué tiene RIM? Imagen diluída, terminales
poco atractivos, estrategia incomprensible, pocas aplicaciones, y una
marca desposicionada. Toda una receta para una caída fulgurante. Como
de hecho, todos los indicadores van progresivamente indicando que
sucede. Una verdadera pena.

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