Excelente escrito de Ramon Muñoz Yanez, al cual me suscribo 100 %. Nunca antes mejor expresado.
Yo bailé, bailaré, bailamos y seguiremos bailando, en respuesta a tantos hijos de putas cómplices de nuestra desgracia.
Dice Ramon:
El extraño baile de los cubanos.
Los europeos nos miran con el mismo estupor que el capitán Cook a los hawaianos, aquella tarde de 1779 cuando lo apuñalaron en una de sus afrodisíacas costas. ¿Qué les impulsa a la danza y el frenesí etílico cada vez que fallece un comandante de su revolución?¿Qué les empuja a mirar desde todos los puntos del planeta en dirección a su isla y desear el fin, sea cual éste sea, pero el fin de su historia más reciente?
La esencia es que el cubano conoce al europeo y su abierta contribución al sostenimiento de la dictadura más ocamba del hemisferio occidental. El cubano del exilio no odia, nadie como él aprendió a sonreir de su condición de paria, a pasar por alto el espaldarazo de intelectuales y políticos europeos durante generaciones al sistema, que cercenó todas sus libertades en 1959. El europeo ama tanto la dictadura cubana como odia a los Estados Unidos, pero en éste caso equivoco el término, envidian profundamente el coraje y la prosperidad de los norteamericanos. El antiamericanismo europeo es vil, se mezcla con la envidia y la no aceptación del deterioro de su condición emprendedora. Europa presume de ser la cuna del hemisferio occidental pero no acepta, que todo norteamericano pueda pisar cualquier trozo de suelo desde las columnas de Hércules hasta el Bósforo y decir con orgullo ¨Aquí yacen los huesos de mi bisabuelo que murió por la libertad de esta tierra¨.
Mientras tanto los cubanos bailamos y bebemos ron de caña, aunque europeos criados a toda leche apoyen a la dictadura cubana y por sus ciudades otroras luz, se paseen homosexuales con la camiseta del Che Guevara que se deleitaba enviando homosexuales a campos de concentración.
Seguimos bailando mientras la italiana Federica Mogherini acaricia la cúpula dictatorial cubana, mientras miles de italianos buscan refugio en otros países europeos asfixiados por impuestos y mafias, a la par que cubren las estatuas de su legado de esplendor frente a la visita de diplomáticos iraníes. En 1959 cerca de más de cuarenta mil solicitudes de visados italianos se acumulaban en la sede cubana en Roma, eso no puede perdonarse. Mogherini quiere una Cuba dónde sus hastiados ciudadanos vayan a robarse nuestras jóvenes comprando sus miserias, tal vez rememore un trauma histórico con el rapto de las sabinas.
¿Y el cubano? Bailando, soñando con una tierra próspera que jamás volverá a ser lo que fue, gracias a sesenta años de un comunismo cruel e ineficiente, que por estas fechas apuesta por un barco de petróleo y su títere presidente nos recuerda al Barón de Danglars de Dumas, sólo que ésta vez Edmundo Dantés son once millones de cubanos dentro del malecón y cuatro millones desperdigados por el mundo. Cada cubano es un Conde de Montecristo en toda regla, lo han despojado de todo.
¿Les asusta que bailemos, cantemos y gritemos con nuestra bandera cada vez que la Parca se lleva a un Kommandant de nuestra isla cárcel?
Déjennos en paz con nuestro dolor y sigan mirando hacia el otro lado, nuestro ron bendice a nuestros ahogados buscando la libertad, a los fusilados gracias a vuestras ayudas monetarias y políticas y nuestro baile desgarra la falsa imagen que ustedes edulcoran y llevan en sus camisetas a los máximos responsables de nuestras desgracias.
Bailamos y siempre bailaremos, espantamos la vileza y morimos sin patria, pero libres. Patria es una palabra, que cada vez a vosotros os parece más extraña. A nosotros nos mataron con vuestra ayuda, ustedes se están matando a sí mismos. Quizás bailamos un poco también por eso.
R.Muñoz
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