Cubanas protestan ante oficina de la ONU en Trinidad y Tobago
Madre e hija exigen se solucione su caso de refugio político
MIAMI, Estados Unidos.- Una madre cubana y su hija menor de edad se amordazaron y se ataron de manos este martes frente a un edificio de la ONU en Trinidad y Tobago como protesta por la demora de esa organización para gestionar su refugio político.
Pese a que Yaquelín Vera Morfa y su hija Laura ya tienen el estatus, reconocido por la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), permanecen en Trinidad y Tobago, donde no hay una legislación para refugiados.
El país caribeño constituye solamente un lugar de tránsito para personas en esa situación.
Yaquelín contó a Martí Noticias: "Yo no quiero vivir de limosnas; yo no quiero vivir de nadie. Yo quiero trabajar y mantenerme; que mis hijos estudien".
Esta madre cubana teme que su espera se siga extendiendo. "Ya no podemos más. Es imposible vivir aquí. No podemos", dijo a la mencionada publicación. "Que sea lo que Dios quiera", añadió, considerando inclusive la posibilidad de una deportación a Cuba.
Yaquelín llegó con su hija a Trinidad y Tobago en septiembre de 2015, con visa de turista. Un día antes de que se venciera el documento, presentó su solicitud de refugio político, que le fue concedido.
Sus motivos para solicitarlo son que "si Cuba estuviera como Canadá o los Estados Unidos ningún cubano se va. Todavía estuviéramos viviendo allí. Todos se van por ese régimen, por esa dictadura que nos asfixia, que no tenemos derecho a nada".
Luego de gestiones de la ACNUR, Yaquelín comenzó a trabajar en la cocina de una iglesia. Pero espera hace dos años por que un país cualquier les abra las puertas para comenzar una nueva vida.
Sus colegas de empleo la animaron a matricular a su hija en la escuela, sin embargo "la tuve que sacar porque esa niña fue discriminada, incluso golpeada. Estoy en un país donde hay mucha violencia. Yo cogí miedo y ellos mismos me dijeron: 'Sácala de la escuela', pero ya Laura lleva un año y ocho meses en este país y no ha podido ir a la escuela. Y así pasa con todos los otros niños de las otras familias".
A la protesta de Yaquelín se unieron otros cubanos que esperan por una solución a su solicitud de refugio, pero el encargado de la ACNUR en ese país, Rubén Barbados, les dijo que no había respuesta para sus casos.
Además de la protesta activa, Yaquelín ha comenzado una huelga de hambre.
"Hay muchas emociones. Mañana vamos a hablar con ella", dijo Rochelle Makhid, responsable de la organización que ha dado ayuda a Yaquelín.
"Ella tiene que entender que no tenemos más poder que el Estado y estos procesos demoran mucho. Hay muchas personas en la misma situación y estamos luchando para todo el mundo; no para una persona, para una nacionalidad", añadió.
La ausencia de una legislación que acepte refugiados en el país caribeño limita la actuación tanto de Living Water, la organización que ayuda a Yaquelín, como de la ACNUR, haciéndolas dependientes del nivel de protección que el Estado desee otorgar a los casos.
Trinidad y Tobago coincide hasta el momento en no deportar o detener a los cubanos. Su reasentamiento depende de la cantidad de refugiados que acepten países de destino usual como Estados Unidos o Canadá, y de las prioridades de estos últimos según el perfil de la persona, donde lo que suele pesar más es grado de vulnerabilidad del refugiado.
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