EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
¿Por qué los héroes (de las revoluciones) se transforman
sistemáticamente en tiranos todavía peores que los dictadores a los que
han combatido?».
Muere Juan Reinaldo Sánchez, el escolta de Fidel Castro que reveló su vida de lujo
El ex teniente coronel, que formó parte del
primer anillo de seguridad del líder cubano, falleció en su exilio de
Miami a causa de una enfermedad pulmonar
Juan Reinaldo Sánchez, guardaespaldas personal de Fidel Castro durante 17 años, murió este lunes por la noche en su exilio de Miami a los 66 años a causa de una enfermedad pulmonar. El ex teniente coronel del Ministerio del Interior (Minint) se llevó consigo secretos de alto voltaje de la vida del dictador cubano, aunque buen número los reveló en su libro «La vida oculta de Fidel Castro».
El líder del castrismo sabía a quién elegía en 1977 para formar parte del primer anillo de su seguridad. Licenciado en Derecho y con formación en espionaje y contraespionaje, el militar habanero era tirador de élite y cinturón negro de karate y yudo.
Sánchez desveló que Castro posee una paradisíaca isla privada conocida comoCayo Piedra,
más de veinte mansiones, una marina con yates, cuentas bancarias
cifradas, una mina de oro, criadas, cocineros uniformados y hasta una
fábrica de quesos para su uso personal. Dedicó 26 años de su
vida a la seguridad del expresidente de Cuba, 17 de los cuales fue su
sombra, con el consiguiente sacrificio familiar. Sánchez no le reprochó
su ingratitud, sino la traición. «Más que su ingratitud sin límites
hacia quienes lo han servido, le reprocho su traición, ha traicionado la esperanza de millones de cubanos».
El
exguardaespaldas explicó en una entrevista a ABC que «uno de los
mayores secretos de la dictadura cubana es la vida privada oculta que
Fidel siempre ha mantenido como secreto de Estado, mientras exportaba al
mundo la imagen de un sacrificado revolucionario que nunca se tomaba
vacaciones, cuando en realidad vivía como un capitalista con todos los placeres de un monarca del siglo XVI y manejaba Cuba como si fuera un señor feudal».
Como uno de los jefes de la escolta, Sánchez llevaba su agenda y
organizaba su protección durante los viajes por Cuba o al extranjero.
También describió el funcionamiento de campos de entrenamiento para
guerrilleros en la isla, a disposición de etarras, sandinistas o las FARC.
A
Juan Reinaldo se le cayó la venda de los ojos en 1989, cuando oyó «una
conversación entre Fidel y su entonces ministro del Interior, José Abrantes, que dejaba constancia de su relación con el narcotráfico», y la posterior condena a muerte del general Arnaldo Ochoa «para limpiar su nombre y el de su hermano Raúl», relató a este periódico. En 1994, a los 45 años, Sánchez pidió pasar a retiro y lo pagó con dos años de cárcel por «insubordinación».
Juan Reinaldo Sánchez ha muerto sin ver a sus compatriotas disfrutando
de sus derechos y libertades, aunque al menos vivió el comienzo del deshielo entre Cuba y EE.UU. Hasta el fin de sus días le atormentó esta pregunta:
¿Por qué los héroes (de las revoluciones) se transforman
sistemáticamente en tiranos todavía peores que los dictadores a los que
han combatido?».
El líder del castrismo sabía a quién elegía en 1977 para formar parte del primer anillo de su seguridad. Licenciado en Derecho y con formación en espionaje y contraespionaje, el militar habanero era tirador de élite y cinturón negro de karate y yudo.
«Manejaba Cuba como si fuera un señor feudal»
más de veinte mansiones, una marina con yates, cuentas bancarias
cifradas, una mina de oro, criadas, cocineros uniformados y hasta una
fábrica de quesos para su uso personal. Dedicó 26 años de su
vida a la seguridad del expresidente de Cuba, 17 de los cuales fue su
sombra, con el consiguiente sacrificio familiar. Sánchez no le reprochó
su ingratitud, sino la traición. «Más que su ingratitud sin límites
hacia quienes lo han servido, le reprocho su traición, ha traicionado la esperanza de millones de cubanos».
El
exguardaespaldas explicó en una entrevista a ABC que «uno de los
mayores secretos de la dictadura cubana es la vida privada oculta que
Fidel siempre ha mantenido como secreto de Estado, mientras exportaba al
mundo la imagen de un sacrificado revolucionario que nunca se tomaba
vacaciones, cuando en realidad vivía como un capitalista con todos los placeres de un monarca del siglo XVI y manejaba Cuba como si fuera un señor feudal».
Como uno de los jefes de la escolta, Sánchez llevaba su agenda y
organizaba su protección durante los viajes por Cuba o al extranjero.
También describió el funcionamiento de campos de entrenamiento para
guerrilleros en la isla, a disposición de etarras, sandinistas o las FARC.
A
Juan Reinaldo se le cayó la venda de los ojos en 1989, cuando oyó «una
conversación entre Fidel y su entonces ministro del Interior, José Abrantes, que dejaba constancia de su relación con el narcotráfico», y la posterior condena a muerte del general Arnaldo Ochoa «para limpiar su nombre y el de su hermano Raúl», relató a este periódico. En 1994, a los 45 años, Sánchez pidió pasar a retiro y lo pagó con dos años de cárcel por «insubordinación».
Héroes y tiranos
Después de diez intentos, en 2008 logró huir a Estados Unidos en una lancha. Ya entonces había decidido que Castro no se merecía su silencio.Juan Reinaldo Sánchez ha muerto sin ver a sus compatriotas disfrutando
de sus derechos y libertades, aunque al menos vivió el comienzo del deshielo entre Cuba y EE.UU. Hasta el fin de sus días le atormentó esta pregunta:
¿Por qué los héroes (de las revoluciones) se transforman
sistemáticamente en tiranos todavía peores que los dictadores a los que
han combatido?».
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