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martes, 3 de mayo de 2016

Espejismos de Cuba | Cubanet

Espejismos de Cuba | Cubanet



EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO




Espejismos de Cuba

No sabe hacer otra cosa: la dictadura nació mintiendo y lo sigue haciendo 57 años después


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Herbert Matthews y Fidel Castro (CC)
Herbert Matthews y Fidel Castro (CC)




NUEVA YORK, Estados Unidos.- El gobierno cubano ha sido siempre un
especialista en crear espejismos, a partir de hechos reales que los ha
transformado a su antojo.

Las ilusiones y engaños han ido multiplicándose con el tiempo.

Los espejismos se iniciaron con el amañado desfile de los barbudos
frente al corresponsal del New York Times, en la Sierra Maestra.

Fidel Castro hizo desfilar varias veces, frente al ingenuo periodista
Herbert L. Matthews, un puñado de sus hombres. Multiplicó sus entradas y
salidas, valiéndose de algunos cambios en la indumentaria, para forjar
la ilusión de una tropa numerosa.

Lo que pasaba era que, en febrero de 1957, dos meses después de haber
desembarcado en Cuba con más de 80 hombres, Fidel Castro contaba con
menos de una veintena de soldados. Al desembarco habían sucedido ataques
aéreos, rechazo de muchos campesinos, y parecía improbable la
sobrevivencia de los rebeldes en la Sierra.

Fulgencio Batista había dado por muerto a Fidel Castro y la prensa
internacional empezaba a creerlo, pero en su edición del 17 de febrero,
The New York Times publicó una entrevista de  Matthews con Fidel Castro
que cambió el panorama e hizo ganar la lucha en menos de dos años.

Siguiendo con otros engaños, otra fantasía ofrecida por el régimen
fue la mágica desaparición de Camilo Cienfuegos, en un vuelo del que
nunca más se supo.

Nuevos espejismos refractaron el juicio y fusilamiento de Arnaldo
Ochoa y otros importantes militares cubanos, con el anuncio de que se
trataba de un escarmiento contra el narcotráfico, del que se acusaba al
gobierno de La Habana.

El caso de los Cinco Espías fue todo un espectáculo –y sigue
siéndolo– del perfecto accionar de  la maquinaria propagandística del
gobierno cubano.

Durante decenas de años, el gobierno castrista ha manipulado el tema
del embargo, frente a un mundo ignorante que acusa a Estados Unidos de
estar privando a la isla de lo más vital, mediante el ofuscante
“bloqueo”.

Otra falacia ha sido la negación de La Habana, a través del propio
Raúl Castro y el excardenal Jaime Ortega, de la existencia de los presos
políticos, quienes languidecen en lóbregas celdas, sin alimentos
apropiados ni medicinas.

Los espejismos en la vida diaria del cubano fulguran hoy con la
llamada “reducción de precios de algunos productos”, que el pueblo
encuentra insuficiente en el número de ofertas y en lo fraccionado de
éstas, en una forma de cobrar menos, por menor cantidad.

El viaje del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a Cuba,
pudiera haber sido uno de los espejismos más distorsionados en la
historia del gobierno de La Habana, pero no se contó con ciertos
elementos, como la popularidad del presidente estadounidense entre los
cubanos, ávidos de escuchar algo distinto a la gastada propaganda de la
dictadura castrista.

El espejismo más reciente es la llegada del primer crucero de los
Estados Unidos a la Isla en más de medio siglo, que opacó incluso el
desfile del Primero de Mayo.

Pero nada supera el fulgurante desfile de moda de Chanel de este martes.

La muestra de alta costura internacional choca con la palabrería
hueca del gobierno, que jura odiar el capitalismo y sin embargo acepta
que se presente este tipo de espectáculo.

En esta presentación brillará “Toñito” Castro, el melenudo nieto del
Comandante, el mismo dictador que en los años 70 ordenó pelar al rape y
enviar para los campos de concentración de las UMAP a los cubanos que
transitaban por las calles con el pelo largo.

Los espejismos kafkianos de Cuba fulguran en las canchas de golf, en los artículos de las diplotiendas,
en el espectáculo de los golpes a los integrantes de la campaña
#TodosMarchamos, en la llegada de artistas famosos, en las filmaciones
de películas y series, en el yate de Antonio Castro, en la recogida de
mendigos y en el coito de una pareja en plena vía pública en La Habana.

Los destellos de estas tarjetas postales son las actuales vivencias
de una dictadura que nació mintiendo y lo sigue haciendo 57 años después
porque, sencillamente, no sabe hacer otra cosa.

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