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viernes, 29 de abril de 2016

Un ‘obispo del pueblo’ para una Cuba en transición

Un ‘obispo del pueblo’ para una Cuba en transición



EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO



Tras casi 35 años al frente de la
Arquidiócesis de La Habana, Jaime Ortega y Alamino, el único cardenal de
Cuba y figura crucial en el proceso de deshielo con Estados Unidos, fue
sustituido. El papa Francisco decidió aceptar su renuncia, presentada
desde el 2011 y designar en su lugar a Juan de la Caridad García
Rodríguez, arzobispo de Camagüey y considerado como un “obispo del
pueblo” relacionado con el mundo de las misiones.

En una entrevista vía telefónica desde Camagüey, pocas horas después de
que se confirmara su nombramiento, García dijo que espera que su
episcopado sirva para aumentar los diálogos con el gobierno cubano, de
manera que “la Iglesia pueda estar presente en los espacios que le son
propios, como la educación, los medios de comunicación y la pastoral
carcelaria”.
Aseguró además que su servicio
ministerial estará fundamentado en el documento conclusivo del
Encuentro Nacional Eclesial Cubano de 1986, en el que la Iglesia
Católica expresó que quería ser “orante, misionera y encarnada” en la
realidad de su propio pueblo.
Ordenado
sacerdote en 1972 y consagrado obispo en 1997, Juan García pertenece a
una nueva generación de obispos que funcionan como puente en las pugnas
internas entre la propia institución eclesial, en especial en temas
relacionados en su relación con el gobierno.
“Por su discreción y centrismo, es la persona menos comprometida en
las luchas intestinas de la Iglesia cubana”, dijo Lenier González




“Por su discreción y
centrismo, es la persona menos comprometida en las luchas intestinas de
la Iglesia cubana”, dijo Lenier González, subdirector del proyecto
cívico Cuba Posible, quien consideró que con este nombramiento “se
cierra el ciclo histórico del viejo episcopado cubano”.
Una sorpresa

La noticia fue recibida con sorpresa al interior de la Iglesia católica
cubana. El Vaticano es muy cuidadoso con el proceso de selección. Las
consultas al clero y la feligresía, así como la aceptación o no del
candidato, se realizan en el más profundo secreto.

La prensa internacional había hecho referencia a la posibilidad de que
Emilio Aranguren o Dionisio García, obispos de Holguín y Santiago de
Cuba respectivamente, sucedieran a Ortega. También se contemplaba como
posible candidato a Juan de Dios Hernández, jesuíta como el Papa y uno
de los obispos auxiliares de la Arquidiócesis.

Dagoberto Valdés, laico católico que dirige la revista Convivencia en
Pinar del Río cree que “el Papa ha nombrado a un arzobispo pastoral y
misionero, el que necesita la Iglesia en este momento, especialmente la
iglesia habanera”.
Dagoberto Valdés: "Se trata de un obispo que “verdaderamente huele a oveja”, como lo quiere el Papa



“El trabajo misionero de
monseñor Juan ha marcado a la Iglesia en Camagüey. Estoy seguro de que
esa identidad va a ser muy bien recibida en La Habana” agregó Valdés,
quien además considera este nombramiento como “un regalo del Papa al
pueblo de Cuba”. Según él, se trata de un obispo que “verdaderamente
huele a oveja”, como lo quiere el Papa.

Para Arturo González, obispo de la diócesis de Santa Clara en el centro
de Cuba, Juan García es un hombre de pueblo, cercano a sus fieles. “Él
es un hombre muy bueno, es un hombre de mucha oración. Es un hombre de
pocas palabras, pero muy claro”, afirmó el prelado.

El arzobispo de Miami, Thomas Wenski, coincidió en calificarlo como “un
hombre de pocas palabras”. Agrega además que se trata de una “muy buena
noticia para la gente de la capital cubana”.

Wenski, que regresó recientemente de una visita pastoral a la Isla,
comentó que García es un obispo que “ha trabajado muy duro por su
diócesis y es además muy cercano a su clero”.




El nuevo arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García Rodríguez, junto al presidente cubano Raúl Castro durante la inauguración de la nueva sede del seminario San Carlos y San Ambrosio de La Habana. (Gaspar el Lugareño)


El nuevo arzobispo
de La Habana, Juan de la Caridad García Rodríguez, junto al presidente
cubano Raúl Castro durante la inauguración de la nueva sede del
seminario San Carlos y San Ambrosio de La Habana. (Gaspar el Lugareño)



Raúl Castro pierde un aliado

El cardenal ha sido una figura clave en el proceso de deshielo que
llevó al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre La Habana y
Washington. Fue Jaime Ortega quien, en el 2011, negoció la excarcelación
y posterior salida del país de la mayoría de los presos de la llamada
Primavera Negra y el responsable de acoger en La Habana tres visitas
papales, que contribuyeron a fortalecer una imagen de mayor apertura
hacia el exterior.
El cardenal Ortega
presidió durante tres periodos consecutivos la Conferencia de Obispos
Católicos de Cuba y fue uno de los principales artífices de la carta
pastoral “El amor todo lo espera” de 1994, que hizo duras críticas al
gobierno de Fidel Castro en medio del llamado Período Especial.

En los últimos meses, Ortega fue muy criticado por sectores de la
oposición, en especial después que hiciera declaraciones a la emisora
española Cadena Ser en las que negó la existencia de presos políticos en
Cuba.
El arzobispado de La Habana comunicó
a través de una nota oficial firmada por Juan de Dios Hernández, que el
cardenal tendrá su residencia de retiro en el centro cultural Padre
Félix Varela, edificio que antiguamente acogía al Seminario San Carlos y
San Ambrosio.
Un sacerdote cubano que
pidió no ser identificado comentó que la salida de monseñor Ortega
permite colocar a una figura que no le teme al gobierno cubano, “porque
no les debe nada a ellos”.
Recordó que
cuando monseñor García fue nombrado obispo de Camagüey “hubo que ir a
buscarlo a Céspedes, porque por allá andaba haciendo misión. Él es un
obispo de pueblo” y sostuvo que con su nombramiento se abrirá la puerta
para que toda una generación de sacerdotes que fueron sus compañeros en
el seminario adquiera mayor protagonismo dentro de la Iglesia, algo que
hasta el momento no podían hacer debido a la presencia del casi
octogenario cardenal.
Los retos del nuevo arzobispo

Leinier González considera que el nuevo arzobispo tiene ante sí
disímiles desafíos. Entre sus principales retos está “el reconstruir el
trabajo pastoral de la Iglesia habanera” que según el analista se
encuentra en profunda crisis. Otro aspecto importante a tratar será el
éxodo masivo de sacerdotes jóvenes y laicos hacia el extranjero. En
varias partes del mundo, en especial en Miami, hay una numerosa
comunidad de sacerdotes cubanos que se ordenan en la isla y por
distintas causas terminan emigrando.
Otro
de los obstáculos que pudiera tener el nuevo arzobispo es el hecho de
haber trabajado siempre en un territorio eclesiástico diferente al de la
capital, indicó. Camagüey es una arquidiócesis extensa, pero
predominantemente rural, mientras que La Habana es sobre todo urbana.
Tras la sustitución del cardenal, se abren varias interrogantes
sobre quién será la cabeza visible que lleve adelante los diálogos y las
negociaciones con el gobierno




Al estar gobernando un
territorio donde están ubicados el gobierno nacional, la nunciatura, los
diferentes actores políticos y las embajadas, el arzobispo también
deberá estar más expuesto a la política nacional. Todo esto desde la
cercanía del anterior arzobispo viviendo solo a unas cuadras y la figura
del presidente de la Conferencia Episcopal cubana, que por ahora recae
en Dionisio García.
Tras la sustitución del
cardenal, se abren varias interrogantes sobre quién será la cabeza
visible que lleve adelante los diálogos y las negociaciones con el
gobierno.
Algunos analistas comparan el
nombramiento del nuevo arzobispo con la elección de Francisco en Roma, a
quien muchos ven como un papa de transición.



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