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domingo, 21 de febrero de 2016

Darsi Ferret - Obama y Cuba





En la actuación exterior de Obama la joya de la corona es Cuba. Hace
un año hizo público el timonazo en las relaciones y puso fin a la
beligerancia entre ambos gobiernos. Lo curioso es que mientras la Casa
Blanca se regocija del restablecimiento y normalización de relaciones
con los Castro, el régimen castrista no ha hecho otra cosa que seguir en
sus andanzas de forajido.
Las concesiones materializadas por
Obama incluyen sacar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del
terrorismo, relajar los viajes de estadounidenses a la isla, autorizar
el comercio de empresas norteamericanas con la dictadura y hasta
conceder créditos que garanticen las operaciones comerciales. Además,
públicamente reclama al Congreso la eliminación del Embargo, y cabildea
con sus correligionarios para cerrar la prisión de Guantánamo y entregar
el territorio donde está asentada la Base Naval.
Lejos de
accionar en sintonía con el gobernante estadounidense, los Castro fueron
sorprendidos con las manos en la masa traficando armamento y
componentes misilísticos con Corea del Norte. Esto se descubrió luego de
que apresaran un barco coreano en el canal de Panamá, que cargaba
armamento y equipos militares cubanos escondidos bajo toneladas de
azúcar a granel. El tráfico con la dinastía de los Kim violó incluso las
sanciones y el embargo de compra de armas que le mantiene impuesto la
ONU.
Por más de dos años, y hasta hace pocos días, la dictadura
de La Habana mantuvo retenido un misil de alta tecnología, del tipo
Hellfire, que se “extravío” de regreso de Europa, donde lo habían
enviado para ser utilizado en unos ejercicios militares de la OTAN.
El rosario en materia de derechos humanos no hace otra cosa que
empeorar. La mano tendida de EEUU le ha servido a los Castro para
arremeter con más dureza incrementando la intolerancia y represión
contra los grupos opositores y el pueblo en general. Tampoco las
caricias norteamericanas sirven de estímulo para que se dignen a
compensar a las compañías estadounidenses que fueron confiscadas cuando
ellos tomaron el poder.
Pero nada parece mellar el comportamiento
de Obama. Lo último que acaba de anunciar a la carrera, y hasta con
palabras en el idioma de Cervantes, es que viajará a Cuba tan pronto
como el próximo mes. Al parecer al hombre le apremia darse un baño de
sol tropical, fumarse un puro, escuchar una buena salsa y tal vez hasta
conocer alguna mulata. Claro, sin descartar la foto apretando manos con
los dos hermanitos en Punto Cero.
Lo descrito es una buena parte
del resumé que ostenta el presidente Barack Obama durante estos casi dos
términos de mandato en la Casa Blanca. John F. Kennedy y hasta el
propio Jimmy Carter se quedan pequeños ante una trayectoria tan errada
en política exterior. Dios bendiga a EEUU con un nuevo presidente que se
ocupe de hacer todo distinto a como ha manejado Barack Obama la
política internacional.

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