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domingo, 6 de septiembre de 2015

Por Pedro Campos. Si esto le pasa a uno de la Izquierda, imaginen a un Opositor

Por Pedro Campos Pedro Campos HAVANA TIMES —... - Julio Cesar Morales



EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO



Por Pedro Campos
Pedro Campos
HAVANA TIMES — Amigos del
barrio me informaron que personas que se identificaron como Oficiales
de la Seguridad del Estado se presentaron en el edificio donde resido,
indagando por mi persona y manifestando que yo “era de los derechos
humanos”.
En conocimiento de este hecho, compañeros de la
Izquierda Democrática me pidieron que hiciera pública esta denuncia,
debido al complicado momento que vive el país y a las acciones que
realiza la izquierda por su unificación para enfrentar las desviaciones
del proceso revolucionario cubano.
Desde los años 80, cuando la
Seguridad del Estado quiere crearle problemas a las personas en su
entorno usan la figura “él es de los derechos humanos”. El gobierno ha
logrado crear en muchos ciudadanos simples el imaginario de que esta
“acusación” es sinónimo de “gusano, enemigo de la revolución, agente del
enemigo”, lo cual se presta para crear ambientes propicios a la
realización de otras acciones individuales o colectivas contra los
“señalados”.
Es una acción encaminada a tratar de desacreditarme,
de crear condiciones para actos y nuevos pasos hostiles contra mi
persona, en busca de aislarme en mi familia y en mi barrio, donde gozo
del respeto y el cariño de muchos de mis vecinos, incluidos militantes
del Partido. Igualmente fue concebida para que me llegara la
información, con el evidente propósito de intimidarme.
No es
nuevo. Hace muchos años estoy siendo sometido, por distintas vías a un
plan de hostigamiento. En los comentarios a mis artículos desde el 2006,
en mi página de Kaosenlared se pueden encontrar multitud de descréditos
y amenazas de todo tipo contra mi persona, evidentemente proferidos por
el aparato de contra información en la red de la Seguridad del Estado,
por el uso de información personal restringida.
Cuando la llamada
“Guerrita de los E-mails”, el entonces Ministro de Cultura, Abel
Prieto, impidió expresamente mi participación en las discusiones sobre
el mal llamado Quinquenio Gris, donde participaron cientos de
intelectuales cubanos en la Casa de Las Américas y ante todos los
presentes profirió descalificaciones contra mi persona.
El
Viceministro de Cultura, Fernando Rojas, trató de impedir mi
participación en un panel de un evento auspiciado por la Asociación
Hermano Saiz, en el año 2008 y dijo a los organizadores que yo no debía
hablar allí porque mis posiciones políticas eran adictivas, como la
cocaína.
Hace algo más de dos años, Oficiales de la Seguridad del
Estado estuvieron diciendo a compañeros del Observatorio Critico que yo
era un “opositor” con quien no debían relacionarse. Desde luego,
entonces la campañita no consiguió sus propósitos pues los compañeros
del OC conocen las tácticas de la Seguridad y saben perfectamente quien
soy yo y cuáles son mis posiciones políticas.
En dos ocasiones
Oficiales de la Seguridad del Estado en el 2008 y en el 2009, tocaron a
mi puerta en horas de la madrugada del 1 de Mayo, para pedirme que no
desfilaran carteles que habíamos confeccionado entre anarquistas y
socialistas democráticos.
Igualmente en distintas ocasiones he
recibido la visita “amistosa” de oficiales de la seguridad instándome a
no publicar mis artículos en la red alternativa. Le he replicado que
mientras no publiquen mis artículos en la prensa cubana permitiré que se
publiquen en cualquier medio alternativo internacional. Solo la revista
Temas me publicó el año pasado, estando yo fuera de Cuba, un resumen de
un ensayo sobre el socialismo.
En la última visita “cordial” de
la Seguridad a mi casa, en diciembre del año pasado fui advertido que de
continuar publicando mis artículos en esos medios, específicamente en
14ymedio, recibiría tratamiento de “contrarrevolucionario”.
Deseo
destacar que comencé a publicar mis artículos en Internet después de
que Fidel mismo dijera en el 2005 que la Revolución solo podría
destruirla los revolucionarios y llamó a combatir la corrupción y el
burocratismo. Entonces me acerque al Comité Central del Partido para ver
si querían publicar mis escritos al respecto en la prensa oficial, pero
fui rechazado.
Ahora, por la forma y el contenido de esta la
acción, estamos en presencia de una escalada de la campaña contra mi
persona que fue interrumpida por mi ausencia de Cuba durante un año y
tanto en Ecuador. Quizás pensaron que yo no regresaría.
Es
evidente: mi presencia en Cuba, mis escritos y mis actividades políticas
no son del agrado de la dirección histórica y les molesta que gocen de
creciente prestigio nacional e internacional.
Como no pueden
acusarme de traición, de trabajar para el “enemigo”, ni de realizar
actividades “económicas ilícitas”, ni de nada por el estilo, ahora están
buscando otra forma para tratar de neutralizarme, de acallar mis
análisis políticos y económicos de la realidad cubana, de sacarme de
circulación de alguna forma, preferiblemente si por acción de algún
incauto ciudadano, de los que se prestan a los actos de repudio
fanáticos, como el de ese que gritó ante las cámaras, para vergüenza de
todos los revolucionarios del mundo, “abajo los derechos humanos”.

Ante esta campaña de hostigamiento en mi barrio, donde también supe
recientemente que se había corrido que yo había sido asesinado, denuncio
públicamente estos hechos y hago responsables a las autoridades
correspondientes de “cualquier nueva calumnia, campaña de desprestigio,
accidente, enfermedad repentina, ataque callejero o trifulca” que
afecten mi vida, mis actividades políticas, mis capacidades físicas o
intelectuales, a fin de tratar de neutralizar mi persona e impedir mi
labor a favor de un Socialismo Participativo y Democrático.
Si
por mis convicciones socialistas el gobierno cubano actúa
irresponsablemente contra mi persona, sigue violando mis derechos
ciudadanos y mi integridad personal, lo hago responsable ante todos los
revolucionarios, socialistas y demócratas del mundo de perseguir a los
propios combatientes que hemos defendido este proceso con nuestras
vidas.
Si han llegado hasta aquí con combatientes que hemos sido
leales a nuestros juramentos revolucionarios y éticas profesionales,
aunque discrepemos de vías y acciones del gobierno-partido-estado, ¿qué
se puede esperar que hagan con los demás? ¿No se dan cuenta los que
orientan y ejecutan estas acciones, que así están dando credibilidad a
todas las acusaciones en su contra y contribuyendo a la división de la
izquierda?
No esperen de mí ni un solo paso atrás. Mi trabajo por
una sociedad democrática y socialista no podrá ser detenido de ninguna
manera. Deténganse la represión y el uso de todo tipo de violencia
contra el pensamiento diferente. Acéptese el dialogo, no solo con el
imperio y respétense todos los derechos de todos los cubanos. O no
esperen ser absueltos por la historia.


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