Las zonas de influencia comunista de nuevo tipo (todos los ismos conocidos hasta el novísimo "populismo"), se han multiplicado, ahora quieren las tres cuartas partes del mundo (casi las tienen) para "conversar en posición cómoda y ventajosa" y van bien avanzados.
Castro abrazó el comunismo por su vocación de tirano, de asesino y, quien es así, no puede estar al lado de los americanos (de los conservadores tradicionales) que preguntan mucho por fechas para elecciones o por el respeto a los Derechos Humanos y, si no, sancionan de verdad; mejor los soviéticos, los de ayer (mismos de hoy con maquillaje) que mantienen su propia política de apertura con riguroso control policíaco, de tal forma que esta República Federativa Rusa Ni ES CAPITALISTA NI REPÚBLICA, sino el mismo fantasma totalitario y expansionista de siempre, a pesar de "la falsa obra transparente" de Gorvachov o de Yeltsin.
A fin de cuentas, la GUERRA FRÍA no la ganó Occidente, el comunismo soviético mutó en más de 5 formas diferentes de peligrosas bacterias, todas infecciosas y tan o más agresivas que cuando, por ciertas normas elementales de seguridad, los mantenían bajo absoluto control los bolcheviques (Jihad islámico entre ellas).
Parte de la subida de la parada en el juego acaba de hacerla "La Habana", como le gusta hablar a los ultra-decentes, minimizando la "extracción" de empresas e individuos que fueron acusados por asuntos de drogas y/o terrorismo, es decir, quuitándoles el cartel de terroristas voluntariamente, sin una sola prueba digna del merecimiento.
El colmo ha sido que un mayimbe ruso, canciller Serguei Lavrov (foto con Raúl en La Habana) se haya sentado con la representación castrocomunista, para "buscar otras vías o soluciones por la vigencia del embargo".
Es como el caso Venezuela aunque quieran trasvestirlo: Obama le tiró el cabo oficial que necesitaba Maduro para iniciar la ofensiva final contra todo indicio de civilización tradicional. Esos esperpentos lo saben, a fin de cuentas, quienes reciben e imponen las sanciones (el virreynato castrista) "sufrieron" las consecuencias de esa política de detección y castigo contra los "enemigos de EUA", o, por lo menos, que representen un "grave peligro para la Seguridad Nacional americana".
¿Resultado? 56 años de tiranía dictatorial para el pueblo de Cuba a través de la represión impuesta por los dueños actuales de Venezuela, en línea para que empiece, desde ahora, el verdadero conteo regresivo allí.
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