De eso no se habla
A punto de cumplirse las dos semanas del regreso a Cuba de los agentes de inteligencia presos en Estados Unidos, sigue estando pendiente el encuentro de "Los Cinco" con el expresidente cubano Fidel Castro.
La ausencia de un hecho no suele ser noticia en los medios. Sin
embargo, si el clímax de un evento no llega a ser narrado se vuelve muy
llamativo. Brilla por su ausencia. Cuando los consumidores de
información siguen una competencia deportiva, dan por sentado que se
enterarán de quiénes fueron los triunfadores; si durante largos
capítulos han seguido una telenovela, creen tener derecho a saber quién
era realmente el padre de la muchacha y si se enfrentan a un filme
policiaco, llegan hasta al final para conocer la identidad del criminal.
embargo, si el clímax de un evento no llega a ser narrado se vuelve muy
llamativo. Brilla por su ausencia. Cuando los consumidores de
información siguen una competencia deportiva, dan por sentado que se
enterarán de quiénes fueron los triunfadores; si durante largos
capítulos han seguido una telenovela, creen tener derecho a saber quién
era realmente el padre de la muchacha y si se enfrentan a un filme
policiaco, llegan hasta al final para conocer la identidad del criminal.
No obstante, la "no noticia" sigue embargada en el viejo limbo del
secretismo periodístico. Micrófono en mano varios reporteros de la
prensa oficial han rodeado más de una vez a los tres agentes liberados
recientemente. Ellos han cantado en conciertos, se han puesto el
uniforme de deportistas, han repartido besos y abrazos frente a las
cámaras de la televisión nacional y a nadie se le ocurre hacerle la más
elemental de las preguntas: "¿Ya se encontraron con Fidel?" o al menos
"¿Cuándo lo van a ver?".
secretismo periodístico. Micrófono en mano varios reporteros de la
prensa oficial han rodeado más de una vez a los tres agentes liberados
recientemente. Ellos han cantado en conciertos, se han puesto el
uniforme de deportistas, han repartido besos y abrazos frente a las
cámaras de la televisión nacional y a nadie se le ocurre hacerle la más
elemental de las preguntas: "¿Ya se encontraron con Fidel?" o al menos
"¿Cuándo lo van a ver?".
De eso no se habla y llega
el momento en que el silencio se vuelve obsceno y hasta ridículo,
especialmente cuando se nota el esfuerzo por no mencionar "la soga en la
casa del ahorcado". Lo peor de todo es que "el innombrable" sigue
siendo omnipresente y cada vez que se le alude parece que ahora sí lo
van a decir y el espectador se queda con las ganas.
el momento en que el silencio se vuelve obsceno y hasta ridículo,
especialmente cuando se nota el esfuerzo por no mencionar "la soga en la
casa del ahorcado". Lo peor de todo es que "el innombrable" sigue
siendo omnipresente y cada vez que se le alude parece que ahora sí lo
van a decir y el espectador se queda con las ganas.
La desaparición del sexto protagonista de esta saga se hace extensiva a otro asunto de mayor trascendencia. Al anunciado restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos
le falta un ingrediente esencial, la opinión de Fidel Castro. La
ausencia de su beneplácito pudiera restarle legitimidad al anuncio hecho
por su hermano, el general presidente, a menos que se diga con
suficiente claridad que está incapacitado para opinar o que ya no es
necesario contar con su aprobación.
le falta un ingrediente esencial, la opinión de Fidel Castro. La
ausencia de su beneplácito pudiera restarle legitimidad al anuncio hecho
por su hermano, el general presidente, a menos que se diga con
suficiente claridad que está incapacitado para opinar o que ya no es
necesario contar con su aprobación.
Lo correcto sería salir de dudas antes de que se concrete la normalización.
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