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jueves, 23 de octubre de 2014

Yoani Sánchez: la tecnología está creando una revolución ‘underground’ en Cuba | El Nuevo Herald

Yoani Sánchez: la tecnología está creando una revolución ‘underground’ en Cuba | El Nuevo Herald



disidentes muy valientes que sacrificaron mucho, pero tenían una
capacidad muy limitada de contar su programa o sus proyectos políticos”,
afirmó Yoani en


La famosa bloguera cubana Yoani Sánchez gusta de bromear sobre un
monumento ficticio a la libertad que podría erigirse algún día en la
Cuba post-Castro. Además de un líder democrático, e imágenes de las
personas anónimas amantes de la libertad que se enfrentaron al tirano,
el monumento que imagina Sánchez mostraría además una gigantesca unidad
de memoria flash. Esta pequeña invención tecnológica, de acuerdo con
Sánchez, ha echado a andar a la sociedad cubana entera.




“Durante
muchas décadas, los cubanos solamente podían encontrar en los
estanquillos periódicos estatales, pero la memoria flash rompió el
monopolio que el gobierno tenía sobre cualquier información”, dijo Yoani
en su discurso titulado “La revolución underground en Cuba” aquí durante el Foro de la Libertad de Oslo.




A
pesar de un acceso muy limitado a Internet (incluso la empobrecida
Haití cuenta con mayor acceso a Internet que Cuba), los medios sociales
conectaron a disidentes esparcidos y los ayudaron a hacer público su
mensaje como nunca antes. Yoani puso como ejemplo al veterano disidente
cubano Guillermo Fariñas, cuyas ideas circulan en la actualidad por las
calles de La Habana y en otras ciudades importantes.




La generación
más vieja de opositores no tuvo ese alcance. Por ejemplo, el difunto
disidente Oswaldo Payá abogaba por el Proyecto Varela, el cual llama al
derecho a celebrar un referéndum, pero su campaña pasó sin ser notada en
la mayor parte de Cuba.


“Tuvimos disidentes muy valientes que sacrificaron mucho,
pero tenían una capacidad muy limitada de contar su programa o sus
proyectos políticos”, afirmó Yoani en una extensa entrevista,
refiriéndose a su generación como afortunada por estar experimentando el
florecimiento de los medios sociales. Ella expresó su dolor al hablar
acerca de muchos disidentes que han muerto durante los años sin una
oportunidad de publicar su obra en Internet, o al menos de ser escuchado
frente a grandes públicos de Internet alrededor del mundo.




“Yo
puedo decir que ahora no conozco a ningún opositor que no tenga un
teléfono móvil, un Twitter, un blog o una cuenta de Facebook”, dijo,
admitiendo las limitaciones a la Internet. Los cubanos ahora solamente
pueden recibir acceso a Internet en unos 118 lugares designados por el
gobierno. Las conexiones privadas de Internet solamente pueden ser
usadas por miembros del Partido Comunista o de las Fuerzas Armadas. Pero
Yoani y sus colegas disidentes encontraron una manera de darle la
vuelta a esas restricciones, y llaman a su estrategia “el efecto boomerang”. Primero, la información independiente sale al mundo a través de un feed de Twitter, para regresar a la isla a través de diferentes canales de comunicación.




Por
ejemplo, un disidente envía un mensaje de Twitter diciendo que una casa
en ruinas en La Habana se derrumbó, y describe la ubicación exacta de
las ruinas. Entonces alguien de la comunidad cubana que vive en el
extranjero, que es de tres millones, lee el mensaje de Twitter y llama a
algunos de sus amigos o vecinos que viven cerca de esa área para
decirles lo que ha ocurrido. Pronto, la información que pudo haberse
omitido intencionalmente en la prensa estatal se difunde por el barrio y
más allá de él.




Además, la tecnología brinda a los disidentes una
herramienta que podría burlar el aparato represivo del régimen de
Castro o por lo menos combatir la incesante propaganda y el acoso
castrista. Por ejemplo, si un policía golpea a alguien en la calle, un
transeúnte lo puede filmar en un teléfono celular. Es cierto que, debido
a lo limitado del acceso a Internet en Cuba, el número de smartphones
allí es bastante bajo todavía, pues se estima que hay apenas dos
millones de dispositivos en un país de once millones de personas. No
obstante, el potencial para documentar los abusos se enfrenta a la
narrativa gubernamental de que no existe el abuso.




Hoy, mientras
Yoani era entrevistada, se le ocurrió la metáfora de un caldero de sopa,
lo cual significa que hay algo cocinándose en la sociedad cubana. Uno
de los principales ingredientes de esta “sopa”, afirma ella, es la
tecnología que ha ayudado a despertar a los ciudadanos a expresarse. Si,
hace diez años, la disidencia consistía en apenas un pequeño grupo de
activistas políticos, la situación ahora es dramáticamente distinta.
“Ahora somos disidentes todos. Hay blogueros, video juegos inventores,
artistas de hiphop, activistas luchando por derechos de los gays y
lesbianas o otros luchando por justicia racial. Es caótico, desordenado,
todavía muy fragmentado, pero es una explosión de actividad cívica”,
afirma Yoani.




La pregunta es: ¿podrían los cubanos, empoderados
por una información libre y sin censura, levantarse en contra del
régimen? ¿Podrían protestar en las calles exigiendo que los Castro
renuncien al poder?




Mirta Ojito, la autora y ex profesora en la
Universidad de Columbia en Nueva York, dijo hace algún tiempo que ella
temía que Cuba se estaba encaminando hacia una prolongada dictadora aun
sin los hermanos Castro en el poder. “Me temo que los cubanos en la
isla, aun cuando se vayan los Castro, tolerarán de algún modo a un nuevo
dictador o a un autócrata si les brindan más libertades económicas”,
dijo recientemente en Miami Mirta, quien escapó de Cuba en 1980, y
calificó a esos regímenes de “repúblicas bananeras”.




Yoani toma en
serio opiniones como la de Ojito, pero ella cree que el régimen
castrista se derrumbará después de la muerte de los hermanos Castro. “El
castrismo no se puede prolongar mas allá de la muerte de los hermanos.
El castrismo siempre fue un régimen muy personalizado, fue un sistema de
hipnosis que provoca este hombre. Sin él, el régimen no puede
sobrevivir”, afirma Yoani, y pronostica que en cinco años Raúl Castro ya
no será capaz de gobernar.




Es evidente que Yoani Sánchez cree que
los hermanos Castro ya perdieron la batalla frente a su amado
dispositivo llamado memoria flash. Como ella señaló durante su discurso,
la revolución tecnológica es distinta de la revolución de Castro en
1959. “Esta ‘pequeña’ revolución tecnológica no nos condujo a la
dictadura, sino a la democracia. No nos trajo armas, sino memorias
flash. No nos trajo soldados, sino ciudadanos”.




















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EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

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