Documento: EEUU alertó a Castro sobre atentado de William Morgan
Por Miguel Fernández-Díaz
Está confirmado por documentos del Departamento de Estado: Washington
alertó a las autoridades cubanas sobre un supuesto atentado que
perpetraba el entonces Comandante William Alexander Morgan (1928-1961)
contra el líder Fidel Castro Ruz meses después de tomar el poder.
alertó a las autoridades cubanas sobre un supuesto atentado que
perpetraba el entonces Comandante William Alexander Morgan (1928-1961)
contra el líder Fidel Castro Ruz meses después de tomar el poder.
La historia oficial cubana de 638 planes de atentado contra Fidel
Castro corre desde diciembre de 1958 en la Sierra Maestra, con el agente
del FBI Allen Robert Nye, hasta noviembre de 2000 en Panamá, con el
agente CIA Luis Posada Carriles. En esa desproporcionada relación se
cuentan hasta los que no fueron más allá de susurros o garabatos, pero
suele pasarse por alto el más significativo: el complot de asesinato
atribuido a Morgan, desertor de las fuerzas rebeldes.
Castro corre desde diciembre de 1958 en la Sierra Maestra, con el agente
del FBI Allen Robert Nye, hasta noviembre de 2000 en Panamá, con el
agente CIA Luis Posada Carriles. En esa desproporcionada relación se
cuentan hasta los que no fueron más allá de susurros o garabatos, pero
suele pasarse por alto el más significativo: el complot de asesinato
atribuido a Morgan, desertor de las fuerzas rebeldes.
Este episodio consta en el Volumen VI de la compilación Foreign Relations of the United States
(Relaciones Exteriores de los Estados Unidos), atesorada por la Oficina
del Historiador del Departamento de Estado. El documento 348 revela que
el embajador estadounidense Philip Bonsal avisó a Castro luego de que
el FBI recibiera informe de que Morgan encabezaba una conspiración para
matarlo.
(Relaciones Exteriores de los Estados Unidos), atesorada por la Oficina
del Historiador del Departamento de Estado. El documento 348 revela que
el embajador estadounidense Philip Bonsal avisó a Castro luego de que
el FBI recibiera informe de que Morgan encabezaba una conspiración para
matarlo.
El 2 de agosto de 1959, el Departamento de Estado comunicó la esencia
del informe a Bonsal, quien al día siguiente respondió haber notificado
al canciller cubano Raúl Roa y recibido su agradecimiento. Bonsal tachó
a Morgan de “irresponsable y falto de principios”, además de comentar
que cualquier atentado contra Castro, incluso si fracasara, pondría en
peligro la seguridad de los ciudadanos norteamericanos en Cuba.
del informe a Bonsal, quien al día siguiente respondió haber notificado
al canciller cubano Raúl Roa y recibido su agradecimiento. Bonsal tachó
a Morgan de “irresponsable y falto de principios”, además de comentar
que cualquier atentado contra Castro, incluso si fracasara, pondría en
peligro la seguridad de los ciudadanos norteamericanos en Cuba.
El 4 de agosto, Roa contó a Bonsal por teléfono que el presidente
Osvaldo Dorticós se había alarmado mucho. Bonsal recalcó que su gobierno
no podía confirmar la veracidad del informe al FBI e incluso acotó que
podría estar dirigido a sembrar “sospechas y disensos”.
Osvaldo Dorticós se había alarmado mucho. Bonsal recalcó que su gobierno
no podía confirmar la veracidad del informe al FBI e incluso acotó que
podría estar dirigido a sembrar “sospechas y disensos”.
¿La CIA detrás de Morgan?
El reportaje en profundidad de David Grann sobre el “Comandante Yanqui”, publicado por la revista The New Yorker,
el pasado año, no aludió a esta peripecia diplomática entre La Habana y
Washington, algo que sí recogió el historiador Enrique Ros en su obra El clandestinaje y la lucha armada contra Castro
(Ediciones Universal, 2006). También sería traída a colación por
Orlando Cruz Capote, investigador auxiliar del Instituto de Filosofía de
la Academia de Ciencias de Cuba, en su artículo “La expedición
dominicana-cubana a Santo Domingo en 1959″ (Calibán, enero-febrero-marzo, 2009).
el pasado año, no aludió a esta peripecia diplomática entre La Habana y
Washington, algo que sí recogió el historiador Enrique Ros en su obra El clandestinaje y la lucha armada contra Castro
(Ediciones Universal, 2006). También sería traída a colación por
Orlando Cruz Capote, investigador auxiliar del Instituto de Filosofía de
la Academia de Ciencias de Cuba, en su artículo “La expedición
dominicana-cubana a Santo Domingo en 1959″ (Calibán, enero-febrero-marzo, 2009).
Cruz Capote recurrió a la mención para justificar que Morgan
conspiraba con el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo en contra
de Castro y luego cambió de casaca al percatarse de que el G-2 iba a
descubrir la “conspiración trujillista”. El articulista alega que
“Morgan ya era desde la lucha guerrillera cubana un agente de la CIA
encubierto. La actividad de William Morgan es evidente si se lee un
telegrama del Departamento de Estado enviado a su embajada en La Habana
donde se da a conocer que éste está vinculado a alguna actividad
contrarrevolucionaria al ser líder de un grupo que se proponía asesinar a
Fidel Castro”.
conspiraba con el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo en contra
de Castro y luego cambió de casaca al percatarse de que el G-2 iba a
descubrir la “conspiración trujillista”. El articulista alega que
“Morgan ya era desde la lucha guerrillera cubana un agente de la CIA
encubierto. La actividad de William Morgan es evidente si se lee un
telegrama del Departamento de Estado enviado a su embajada en La Habana
donde se da a conocer que éste está vinculado a alguna actividad
contrarrevolucionaria al ser líder de un grupo que se proponía asesinar a
Fidel Castro”.
De esa manera, repica la tesis del general Fabián Escalante, ex jefe y
actual historiador de la Seguridad del Estado, quien aseguró en su
libro Cuba: la guerra secreta de la CIA (Editorial Capitán San
Luis, 1993) que Morgan conspiraba ya contra Castro hacia febrero de
1959, bajo la supervisión del oficial de la CIA, Gerry Droller, alias
Frank Bender.
actual historiador de la Seguridad del Estado, quien aseguró en su
libro Cuba: la guerra secreta de la CIA (Editorial Capitán San
Luis, 1993) que Morgan conspiraba ya contra Castro hacia febrero de
1959, bajo la supervisión del oficial de la CIA, Gerry Droller, alias
Frank Bender.
Pero Cruz Capote se abstiene de contar que el telegrama del
Departamento de Estado no se quedó en la Embajada americana, sino que
pasó al gobierno cubano para sentar el curioso caso de Washington
alertando a Castro sobre un plan de atentado, ya fuera real o presunto.
Departamento de Estado no se quedó en la Embajada americana, sino que
pasó al gobierno cubano para sentar el curioso caso de Washington
alertando a Castro sobre un plan de atentado, ya fuera real o presunto.
En todo caso, Bonsal aportó una prueba concluyente de que detrás de
Morgan no estaba la CIA, porque sirvió al “Comandante Yanqui” en bandeja
de plata al líder cubano.
Morgan no estaba la CIA, porque sirvió al “Comandante Yanqui” en bandeja
de plata al líder cubano.
La saga inconclusa
Hacia febrero de 1958, Morgan se enroló en la guerrilla
antibatistiana del Segundo Frente Nacional del Escambray. Allí ascendió a
comandante y para el 13 de agosto de 1959 se convertiría en héroe
nacional por su papel decisivo en la desarticulación de la “conspiración
trujillista”, que terminó por con el fiasco en Trinidad, Las Villas, de
la expedición área de exiliados cubanos organizada en República
Dominicana.
antibatistiana del Segundo Frente Nacional del Escambray. Allí ascendió a
comandante y para el 13 de agosto de 1959 se convertiría en héroe
nacional por su papel decisivo en la desarticulación de la “conspiración
trujillista”, que terminó por con el fiasco en Trinidad, Las Villas, de
la expedición área de exiliados cubanos organizada en República
Dominicana.
Para el año siguiente, Morgan se reviraba contra Castro. Una versión
circulante sobre “la traición de Bonsal” se refiere a este episodio del
verano de 1960.
circulante sobre “la traición de Bonsal” se refiere a este episodio del
verano de 1960.
En su estudio William Morgan: Patriot or traitor?
(2002), el periodista investigativo H.P. Albarelli Jr. narra que, poco
antes de ser detenido Morgan, el embajador estadounidense comunicó “a
escondidas” a Castro que el “Comandante Yanqui” organizaba en secreto
una guerrilla para derrocarlo. Solo que Castro contaba desde el
principio, entre los propios complotados, con el teniente Manuel
Cisneros y el sargento Rubén Domínguez, quienes trabajaban para el G-2.
(2002), el periodista investigativo H.P. Albarelli Jr. narra que, poco
antes de ser detenido Morgan, el embajador estadounidense comunicó “a
escondidas” a Castro que el “Comandante Yanqui” organizaba en secreto
una guerrilla para derrocarlo. Solo que Castro contaba desde el
principio, entre los propios complotados, con el teniente Manuel
Cisneros y el sargento Rubén Domínguez, quienes trabajaban para el G-2.
Morgan pasaría entonces por arresto y prisión, juicio y fusilamiento,
pero su saga no concluyó en el Cementerio de Colón. Tras reclamar la
viuda, Olga Goodwin, y acceder Castro en el 2002 a que se repatriaran a
Estados Unidos los restos de Morgan, no fueron hallados en el osario
adonde, según el registro oficial, habrían sido trasladados el 17 de
abril de 1971.
pero su saga no concluyó en el Cementerio de Colón. Tras reclamar la
viuda, Olga Goodwin, y acceder Castro en el 2002 a que se repatriaran a
Estados Unidos los restos de Morgan, no fueron hallados en el osario
adonde, según el registro oficial, habrían sido trasladados el 17 de
abril de 1971.
Las gestiones para la repatriación de los restos de Morgan han
seguido durante estos años, al tiempo que su leyenda se acrecienta a
través de recientes artículos, libros y proyectos cinematográficos.
seguido durante estos años, al tiempo que su leyenda se acrecienta a
través de recientes artículos, libros y proyectos cinematográficos.
Pero los restos continúan perdidos.
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