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lunes, 7 de abril de 2014

Blog de Isa Dobles: #Venezuela libre

Blog de Isa Dobles: Venezuela libre



EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

“Si la tiranía se opone…  Lucharemos contra ella y la haremos que nos obedezca”

Fundamentar cualquier discurso sobre
frases de Bolívar nos ha rebotado en el rostro una verdad dolorosa: a
Bolívar lo asumen igualmente déspotas o héroes impunemente. Cambiar en
esta frase “Naturaleza” por “dictadura” es una responsabilidad personal
mía que asumo plenamente. Porque si alguno sabe cuanta verdad hay en
ello, es el propio libertador que ve, sabe y siente lo que Venezuela
está viviendo. En mis imaginarias entrevistas, la primera de las cuales
protagonizó José Ignacio Cabrujas en Radio Caracas Televisión, hice un
trabajo de profundo respeto que me permite estar en paz con su figura.
Ese día del jueves Santo de 1812, un 26 de marzo, Bolívar había llegado
corriendo a la Plaza de San Jacinto:

“En mangas de camisa porque acababa de
dormir la siesta… por cierto que no encontré otra cosa que un lamentable
hacinamiento de ruinas. En el acto me puse a la obra de salvar
víctimas, encaramándome sobre los escombros y gateando a los sitios de
donde salían quejidos o voces de auxilio. Me hallaba en esa tarea cuando
di de manos a boca con el “españolizante” José Domingo Díaz, que no
hace más que verme y comentar con su acostumbrada sorna:

“¿Qué tal Bolívar? Parece que la Naturaleza se pone del lado de los españoles”…

“-Si se opone la Naturaleza, lucharemos contra ella y la haremos que nos obedezca”…

Le respondí iracundo.”

Hoy Venezuela no vive un movimiento
catastrófico de tierra… pero si de alma. Porque el dolor intenso por las
pérdidas humanas duele lo mismo bajo escombros que bajo el también
despiadado ataque de las armas, sobretodo, en manos de sus propios
conciudadanos envilecidos por órdenes de un militarismo obscenamente
servil y deshumanizado.

Hoy 26 de marzo caminamos sobre calles
que se han ensangrentado, de un lugar a otro de nuestra dilatada tierra,
con la sangre de niños, jóvenes, mujeres y ancianos sin compasión, sólo
por exigir respeto a derechos y vidas. EL despotismo amenazante de
fuerzas públicas armadas, de uniformados y seres obscuros cubriéndose
los rostros para no ser reconocidos por sus víctimas y familiares, los
hogares allanados, destrozadas sus puertas, los desaparecidos que no se
vuelven a encontrar sino muertos, los que mueren y no aparecerán, hacen
temblar de impotencia y dolor el alma destrozada de Venezuela. Cada día
la “sorna” que el Libertador reconocía en la figura y la voz del
“españolizante” José Domínguez Díaz y que provocó ese reto a la
“Naturaleza” lo escuchamos nosotros de la tiranía… Y como el caraqueño
Bolívar, no un hombre, sino millones mueven la tierra con pasos de
libertad… Por momentos, la tierra trata de frenarlos en su angustia…
pero es la misma fuerza que renace una y otra vez en la humedad de
lágrimas y sangre, inquieta, tras la misma huella y la misma pasión:

¡Una Venezuela libre!

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