EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
Cuba debe producir sus propias reformas: Carlos Andrés Pérez
El mandatario venezolano, Carlos Andrés Pérez, afirmó en
entrevista exclusiva con Mario Vázquez Raña, que corresponde al pueblo
cubano producir sus propias reformas.
entrevista exclusiva con Mario Vázquez Raña, que corresponde al pueblo
cubano producir sus propias reformas.
Organización Editorial Mexicana
12 de febrero de 2014
DIÁLOGOS CON LA HISTORIA
(Tercera de cuatro partes)
(Tercera de cuatro partes)
ENTREVISTA REALIZADA AL PRESIDENTE VENEZOLANO EN MAYO DE 1991
* Hemos de terminar con la ficción de los subsidios
* La búsqueda de paz se impone a otras circunstancias
* La televisión informa rápido, pero también conmociona
Por Mario Vázquez Raña
CARACAS,
Venezuela, 29 de mayo de 1991. (OEM-Informex).- El presidente Carlos
Andrés Pérez está convencido de que es posible establecer paz y
democracia en todo el continente.
Ha participado activamente en
los procesos de Nicaragua y El Salvador, donde se obtuvieron avances
sustanciales. Respecto de Cuba es cauto y respetuoso, pero con el mismo
convencimiento señala que solo los cubanos podrán producir su propia
solución, que termine con el enfrentamiento que dura 30 años. Éste es su
punto de vista.
* ¿Señor, cuál es su opinión sobre Cuba?
Por cierto, Mario, vi una entrevista suya al general Humberto Ortega, de Nicaragua. Me gustó muchísimo.
En
primer lugar, porque en ella el general Ortega hace una ratificación a
mi planteamiento, tan claro, de que era un error de Estados Unidos
mantener como una cuestión ideológica el repudio al sandinismo, siendo
el sandinismo básico para la recuperación de la democracia de Nicaragua.
Además de que el papel democrático que está jugando el sandinismo es un
factor clave para que pueda darse esta transformación en Nicaragua.
La
presidenta Violeta Chamorro ha tenido, no por razones de ninguna
amistad ideológica ni nada en ese sentido, su principal soporte en el
sandinismo, porque el sandinismo entró sinceramente en la
democratización del país y aceptó que es necesario que el Gobierno de
Violeta Chamorro pueda terminar su periodo.
En estas
declaraciones, usted le pregunta al general Ortega sobre las relaciones
con Cuba, y me parece que la respuesta de Humberto la podría yo poner
entre comillas como respuesta mía, porque lo que tenemos nosotros qué
pensar es que en Cuba deben producirse sus propias reformas, que eso
corresponde a los cubanos.
Nosotros debemos, en primer lugar,
confiar en la inteligencia y autonomía del comandante Fidel Castro y que
en todos los países del mundo tenemos que darnos cuenta de los grandes
cambios que se están produciendo y tenemos que articularnos dentro de
ellos. Yo, no suelo dar declaraciones sobre Cuba, y no las doy porque a
mí me interesa mantener una actitud plenamente amistosa con el Gobierno
cubano y de poder servir en alguna forma, si puedo hacerlo después como
interlocutor para buscarle salidas a Cuba.
Creo que esa, Don
Mario, es nuestra obligación. No tenemos ningún derecho a contribuir en
ningún acosamiento contra el Gobierno de Cuba.
Esta posición mía
se la he hecho conocer a todos los gobiernos de América, comenzando por
el presidente Bush, a quien, siempre que me entrevisto con él, le he
planteado la necesidad de que busquemos una salida.
Lo mismo lo
he hecho con el presidente Fidel Castro y sus asesores, planteando que
es necesario que se note algún signo de parte de Cuba, que se note algún
signo de parte de Estados Unidos, para tratar de buscar un
acercamiento, porque no hay duda de que en esta confrontación de ya más
de 30 años están planteadas todas las dificultades que tenemos para
buscar una solución.
* Recientemente, uno de los más importantes
líderes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, Joaquín
Villalobos, señaló durante una entrevista con un diario estadunidense
que las metas de la guerrilla ya no son derrotar al Ejército, sino
conseguir un desarme permanente de ambas partes bajo la supervisión de
la ONU. Indicó, asimismo, que la insurgencia no cumplirá sus objetivos
mediante la lucha armada, sino participando como movimiento político. n *
¿Considera usted, señor Presidente, que este giro ideológico en las
filas del Frente representa un real avance hacia la paz en El Salvador?
Don Mario, yo estoy satisfecho de mis diálogos con todos estos líderes de la guerrilla salvadoreña.
El
haber encontrado que ellos también están asimilando los cambios que se
están dando y, motu propio, con una gran serenidad han ido entendiendo
que el hecho de buscar un camino de diálogo y de paz se impone ante
otras circunstancias, y que las negociaciones que están haciendo son
sinceras.
Desde luego que después de un enfrentamiento tan cruel
durante tantos años, tenemos que entender que no es fácil para las dos
partes llegar a los acuerdos indispensables, pero lo importante es que
con la mediación de Naciones Unidas y con la participación que hemos
tenido nosotros, los latinoamericanos, y fundamentalmente el Grupo de
los Cuatro, hemos logrado una mayor comprensión.
Necesariamente,
en el acuerdo tiene que imponerse y también la guerrilla ha entendido
que no podría lograrse su máxima aspiración de borrar a la Fuerza Armada
militar, porque ésta continuará como Ejército salvadoreño, eso sí,
aceptando que tienen que producirse cambios importantes, porque no hay
duda de que la Fuerza Armada salvadoreña era una fuerza omnipresente,
que controlaba prácticamente todo el poder.
Un día, le hice un
chiste a un líder de las Fuerzas Armadas salvadoreñas, le dije que si yo
fuera electo presidente de El Salvador, al día siguiente le diría:
comandante, vamos a cambiar de posición. Tome usted la Presidencia y yo
su cargo.
* ¿Qué opina usted, señor Presidente, de las
diferencias que existen en el Congreso estadunidense sobre la
continuación o el retiro de la ayuda militar a El Salvador?
Don
Mario, esto es consecuencia de todo el debate que ha habido, creo que
ese debate se empaña cuando se entra en la circunstancia de que el
Congreso de Estados Unidos no acompañará al presidente Bush en la
necesidad de destinar recursos para la recuperación y reconstrucción del
país que más ha sufrido de nuestra América Latina por razones de una
guerra.
* Señor Presidente, durante el primer año de su gestión
tuvo que enfrentar diversos y graves problemas. Como consecuencia de su
política económica surgieron varios conflictos laborales que
desembocaron en hechos de violencia, con un resultado de cientos de
muertes.
Esta misma situación provocó una fuerte baja en la
popularidad de su partido, Acción Democrática. Después, algunos
escándalos de corrupción de personas ligadas con anteriores gobiernos
ocuparon la atención de la opinión pública. Pese a todos estos
problemas, hoy su gobierno parece haber recobrado su popularidad y
aceptación.
* ¿Cómo definiría el actual estado político de su administración?
Mire,
Don Mario, la verdad es que la situación de nuestros gobiernos es muy
compleja, porque no es fácil que nuestros países puedan aceptar medidas
de ajuste tan dramáticas. Casi me atrevería a usar una palabra
horripilante: tan feroces.
Como las que hemos tenido que aceptar
para salir de la artificialidad, de la ficción, que a través de
subsidios y otros medios artificiales venían guiando las economías de
nuestros países, y poner a nuestros pueblos en contacto con una realidad
económica sumamente negativa, de manera que todos los pueblos hemos
estado sufriendo más o menos la misma situación. Yo me encontré con una
situación muy grave.
Esos hechos a los que usted se refiere se
produjeron apenas a los 15 días de iniciado mi gobierno. Prácticamente
no tuvieron nada que ver con mi gobierno, sino que fueron producto de
esa situación. Hubo avalanchas sobre comercios al punto de que había un
comercio que habían asaltado y una oficina de gobierno al lado que no
sufrió absolutamente nada.
Eso no afectó en ninguna forma la
fuerza y la popularidad de mi gobierno, que acababa de ser electo con
una gran mayoría. Indudablemente son hechos sumamente lamentables y
graves, y que por lo mismo produjeron más muertes de las que en otra
circunstancia han debido producirse.
Hubo un desbordamiento sin
una participación efectiva y eficiente de las fuerzas de la policía. Eso
fue un hecho lamentable. Fue exclusivamente caraqueño.
Lo que
pasa es que la televisión tiene la virtud de que informa muy rápido,
pero también conmociona muy rápido y, sin que se lo proponga, deforma en
gran parte muchas veces los hechos que se producen.
Pero eso no
quiere decir que no hayamos enfrentado situaciones difíciles y que las
sigamos enfrentado. No se puede reformar una economía como la
venezolana, que estaba sostenida por inmensos recursos de petróleo.
Aquí
teníamos, por ejemplo, un control de precios esmerado y los precios de
los alimentos muy baratos, pero no era por el control de precios, sino
porque detrás estaban los subsidios que el Gobierno le daba a los
productores o a los industriales en la forma más injusta, donde
favorecía más a los ricos.
Cambiar con esta política y acabar
con todos los subsidios indirectos ha sido muy difícil, pero ahora hemos
encontrado ya un sistema de cambio de subsidio indirecto por subsidio
directo.
Por ejemplo, nosotros estamos ahora subsidiando a un
millón 500 mil familias venezolanas, el 40 por ciento de las familias de
los hogares nacionales tienen un subsidio directo que se da a través de
las escuelas.
Consiste en darle a la madre 500 bolívares por
niño y 2 litros de leche, 4 kilos de arroz y 4 kilos de harina de maíz
precocida para hacer la arepa, la tortilla. Eso se reparte a través de
la banca, la banca entrega los cupones, abren un sábado al mes para
atender a estas personas, y todos los abastos reciben estos bonos como
dinero.
Tenemos un millón 500 mil familias, que abarcan mucho
más del nivel de pobreza del país, y nos hemos liberado de los subsidios
indirectos que nos matan.
* ¿Qué costo tiene ese programa? Ese
programa tiene un costo de cerca de 50 mil millones de bolívares
(aproximadamente mil millones de dólares americanos). No hay en el mundo
un programa de esta naturaleza ( Continuará)
* Hemos de terminar con la ficción de los subsidios
* La búsqueda de paz se impone a otras circunstancias
* La televisión informa rápido, pero también conmociona
Por Mario Vázquez Raña
CARACAS,
Venezuela, 29 de mayo de 1991. (OEM-Informex).- El presidente Carlos
Andrés Pérez está convencido de que es posible establecer paz y
democracia en todo el continente.
Ha participado activamente en
los procesos de Nicaragua y El Salvador, donde se obtuvieron avances
sustanciales. Respecto de Cuba es cauto y respetuoso, pero con el mismo
convencimiento señala que solo los cubanos podrán producir su propia
solución, que termine con el enfrentamiento que dura 30 años. Éste es su
punto de vista.
* ¿Señor, cuál es su opinión sobre Cuba?
Por cierto, Mario, vi una entrevista suya al general Humberto Ortega, de Nicaragua. Me gustó muchísimo.
En
primer lugar, porque en ella el general Ortega hace una ratificación a
mi planteamiento, tan claro, de que era un error de Estados Unidos
mantener como una cuestión ideológica el repudio al sandinismo, siendo
el sandinismo básico para la recuperación de la democracia de Nicaragua.
Además de que el papel democrático que está jugando el sandinismo es un
factor clave para que pueda darse esta transformación en Nicaragua.
La
presidenta Violeta Chamorro ha tenido, no por razones de ninguna
amistad ideológica ni nada en ese sentido, su principal soporte en el
sandinismo, porque el sandinismo entró sinceramente en la
democratización del país y aceptó que es necesario que el Gobierno de
Violeta Chamorro pueda terminar su periodo.
En estas
declaraciones, usted le pregunta al general Ortega sobre las relaciones
con Cuba, y me parece que la respuesta de Humberto la podría yo poner
entre comillas como respuesta mía, porque lo que tenemos nosotros qué
pensar es que en Cuba deben producirse sus propias reformas, que eso
corresponde a los cubanos.
Nosotros debemos, en primer lugar,
confiar en la inteligencia y autonomía del comandante Fidel Castro y que
en todos los países del mundo tenemos que darnos cuenta de los grandes
cambios que se están produciendo y tenemos que articularnos dentro de
ellos. Yo, no suelo dar declaraciones sobre Cuba, y no las doy porque a
mí me interesa mantener una actitud plenamente amistosa con el Gobierno
cubano y de poder servir en alguna forma, si puedo hacerlo después como
interlocutor para buscarle salidas a Cuba.
Creo que esa, Don
Mario, es nuestra obligación. No tenemos ningún derecho a contribuir en
ningún acosamiento contra el Gobierno de Cuba.
Esta posición mía
se la he hecho conocer a todos los gobiernos de América, comenzando por
el presidente Bush, a quien, siempre que me entrevisto con él, le he
planteado la necesidad de que busquemos una salida.
Lo mismo lo
he hecho con el presidente Fidel Castro y sus asesores, planteando que
es necesario que se note algún signo de parte de Cuba, que se note algún
signo de parte de Estados Unidos, para tratar de buscar un
acercamiento, porque no hay duda de que en esta confrontación de ya más
de 30 años están planteadas todas las dificultades que tenemos para
buscar una solución.
* Recientemente, uno de los más importantes
líderes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, Joaquín
Villalobos, señaló durante una entrevista con un diario estadunidense
que las metas de la guerrilla ya no son derrotar al Ejército, sino
conseguir un desarme permanente de ambas partes bajo la supervisión de
la ONU. Indicó, asimismo, que la insurgencia no cumplirá sus objetivos
mediante la lucha armada, sino participando como movimiento político. n *
¿Considera usted, señor Presidente, que este giro ideológico en las
filas del Frente representa un real avance hacia la paz en El Salvador?
Don Mario, yo estoy satisfecho de mis diálogos con todos estos líderes de la guerrilla salvadoreña.
El
haber encontrado que ellos también están asimilando los cambios que se
están dando y, motu propio, con una gran serenidad han ido entendiendo
que el hecho de buscar un camino de diálogo y de paz se impone ante
otras circunstancias, y que las negociaciones que están haciendo son
sinceras.
Desde luego que después de un enfrentamiento tan cruel
durante tantos años, tenemos que entender que no es fácil para las dos
partes llegar a los acuerdos indispensables, pero lo importante es que
con la mediación de Naciones Unidas y con la participación que hemos
tenido nosotros, los latinoamericanos, y fundamentalmente el Grupo de
los Cuatro, hemos logrado una mayor comprensión.
Necesariamente,
en el acuerdo tiene que imponerse y también la guerrilla ha entendido
que no podría lograrse su máxima aspiración de borrar a la Fuerza Armada
militar, porque ésta continuará como Ejército salvadoreño, eso sí,
aceptando que tienen que producirse cambios importantes, porque no hay
duda de que la Fuerza Armada salvadoreña era una fuerza omnipresente,
que controlaba prácticamente todo el poder.
Un día, le hice un
chiste a un líder de las Fuerzas Armadas salvadoreñas, le dije que si yo
fuera electo presidente de El Salvador, al día siguiente le diría:
comandante, vamos a cambiar de posición. Tome usted la Presidencia y yo
su cargo.
* ¿Qué opina usted, señor Presidente, de las
diferencias que existen en el Congreso estadunidense sobre la
continuación o el retiro de la ayuda militar a El Salvador?
Don
Mario, esto es consecuencia de todo el debate que ha habido, creo que
ese debate se empaña cuando se entra en la circunstancia de que el
Congreso de Estados Unidos no acompañará al presidente Bush en la
necesidad de destinar recursos para la recuperación y reconstrucción del
país que más ha sufrido de nuestra América Latina por razones de una
guerra.
* Señor Presidente, durante el primer año de su gestión
tuvo que enfrentar diversos y graves problemas. Como consecuencia de su
política económica surgieron varios conflictos laborales que
desembocaron en hechos de violencia, con un resultado de cientos de
muertes.
Esta misma situación provocó una fuerte baja en la
popularidad de su partido, Acción Democrática. Después, algunos
escándalos de corrupción de personas ligadas con anteriores gobiernos
ocuparon la atención de la opinión pública. Pese a todos estos
problemas, hoy su gobierno parece haber recobrado su popularidad y
aceptación.
* ¿Cómo definiría el actual estado político de su administración?
Mire,
Don Mario, la verdad es que la situación de nuestros gobiernos es muy
compleja, porque no es fácil que nuestros países puedan aceptar medidas
de ajuste tan dramáticas. Casi me atrevería a usar una palabra
horripilante: tan feroces.
Como las que hemos tenido que aceptar
para salir de la artificialidad, de la ficción, que a través de
subsidios y otros medios artificiales venían guiando las economías de
nuestros países, y poner a nuestros pueblos en contacto con una realidad
económica sumamente negativa, de manera que todos los pueblos hemos
estado sufriendo más o menos la misma situación. Yo me encontré con una
situación muy grave.
Esos hechos a los que usted se refiere se
produjeron apenas a los 15 días de iniciado mi gobierno. Prácticamente
no tuvieron nada que ver con mi gobierno, sino que fueron producto de
esa situación. Hubo avalanchas sobre comercios al punto de que había un
comercio que habían asaltado y una oficina de gobierno al lado que no
sufrió absolutamente nada.
Eso no afectó en ninguna forma la
fuerza y la popularidad de mi gobierno, que acababa de ser electo con
una gran mayoría. Indudablemente son hechos sumamente lamentables y
graves, y que por lo mismo produjeron más muertes de las que en otra
circunstancia han debido producirse.
Hubo un desbordamiento sin
una participación efectiva y eficiente de las fuerzas de la policía. Eso
fue un hecho lamentable. Fue exclusivamente caraqueño.
Lo que
pasa es que la televisión tiene la virtud de que informa muy rápido,
pero también conmociona muy rápido y, sin que se lo proponga, deforma en
gran parte muchas veces los hechos que se producen.
Pero eso no
quiere decir que no hayamos enfrentado situaciones difíciles y que las
sigamos enfrentado. No se puede reformar una economía como la
venezolana, que estaba sostenida por inmensos recursos de petróleo.
Aquí
teníamos, por ejemplo, un control de precios esmerado y los precios de
los alimentos muy baratos, pero no era por el control de precios, sino
porque detrás estaban los subsidios que el Gobierno le daba a los
productores o a los industriales en la forma más injusta, donde
favorecía más a los ricos.
Cambiar con esta política y acabar
con todos los subsidios indirectos ha sido muy difícil, pero ahora hemos
encontrado ya un sistema de cambio de subsidio indirecto por subsidio
directo.
Por ejemplo, nosotros estamos ahora subsidiando a un
millón 500 mil familias venezolanas, el 40 por ciento de las familias de
los hogares nacionales tienen un subsidio directo que se da a través de
las escuelas.
Consiste en darle a la madre 500 bolívares por
niño y 2 litros de leche, 4 kilos de arroz y 4 kilos de harina de maíz
precocida para hacer la arepa, la tortilla. Eso se reparte a través de
la banca, la banca entrega los cupones, abren un sábado al mes para
atender a estas personas, y todos los abastos reciben estos bonos como
dinero.
Tenemos un millón 500 mil familias, que abarcan mucho
más del nivel de pobreza del país, y nos hemos liberado de los subsidios
indirectos que nos matan.
* ¿Qué costo tiene ese programa? Ese
programa tiene un costo de cerca de 50 mil millones de bolívares
(aproximadamente mil millones de dólares americanos). No hay en el mundo
un programa de esta naturaleza ( Continuará)
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