EL VIAJE. Luego del tema del avión cubano donde quedó claro que viajando Nicolás Maduro se convertía en avión presidencial, empezaron los “inconvenientes con el Imperio” con respecto a las visas de la comitiva que lo acompaña a la Asamblea de la ONU. Para muchos de los acompañantes será su primera visita a en la ciudad de los rascacielos, paraíso de compras de los boliburgueses y robolucionarios desde el 2000. En la lista del avión cubano se cuestionaron solamente 9 pasajeros de 65, entre ellos un solo militar, el general Wilmer Barrientos. Luego seis cubanos con cédula de extranjeros y sus respectivos pasaportes venezolanos: dos funcionarios de “seguridad interna”, Giovanni Remond Mederas y Alberto Herrera Socarrás; y cinco de seguridad médica: Carlos Guilveaux Cala, Danay Herrera Vallejera, Heriberto Rodríguez, Eduardo García Castillo y el venezolano Federico de Córdova Nodo. El último de la lista fue el hijo de “la primera combatiente” Yosser Gavidia Flores. Todos aprobados más tarde. Las avanzadas de seguridad duplicaron el número. Una sola que llegó la semana pasada fue de 47 funcionarios. Tantos son que el Servicio Secreto, encargado de la seguridad de todos los mandatarios asistentes a la reunión anual de Naciones Unidas, pidió limitar la “caravana venezolana” a solo cuatro vehículos. Maduro y Cilia invitaron a sus hijos, nietos, sobrinos, la “yerna” (así aparece en el sobordo de la operadora aérea y no como nuera) y dos damas amigas de Cilia. Por supuesto que muchos funcionarios completan la lista entregada no solo al Departamento de Estado sino a la Secretaría General de la ONU. Entre ellos hay un experto en “seguridad alimentaria”, un técnico en explosivos, siete de “seguridad médica” y un epidemiólogo. Ocupan varios pisos del hotel Hyatt Grand Central donde antes se quedaba Maduro como canciller. Será la primera vez que un presidente no se aloja en la residencia del embajador ante la ONU que esta vez es Samuel Moncada. Más de treinta carros alquilados. Para cancelar todo los gastos del viaje a Nueva York el vicepresidente de Citgo y sus jefes están en la ciudad con la chequera y tarjetas de crédito de la petrolera propiedad de Pdvsa. Por cierto que en esta columna del 16/3/2006 escribimos que la compra de esos aviones Iliushin II-96 fue hecha por Venezuela “disimulada en otros negocios con Rusia” como regalo a Fidel. Son las más modernas naves rusas. En la misión venezolana se tienen previstas reuniones con empresarios de transnacionales gringas para darles seguridades de su inversión y repatriación de capitales (?) y otra con sindicalistas estadounidenses (?). La agenda la harán cada día…
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