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viernes, 21 de junio de 2013

Cubanet. Los totalitarismos se parecen Por Orlando Freire Santana


EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

Los totalitarismos se parecen
Orlando Freire Santana

Todos los sistemas políticos de corte totalitario, bien sean de uno u otro signo político, tienen rasgos comunes. Entre esas características destacan la supresión de las libertades individuales, la fabricación de un enemigo externo, la descalificación de los opositores, así como la presencia de un partido único. Subsiste, además, otra peculiaridad, tal vez no tan visible como las anteriores, pero que identifica igualmente a estos regímenes antidemocráticos: el esfuerzo de los gobernantes por borrar sus desmanes de la memoria colectiva.
En días pasados, al leer algunos medios de prensa extranjeros, constaté las maniobras de las autoridades chinas para evadir el recuerdo de los sucesos de la Plaza Tiananmen aquel 4 de junio de 1989. Ese día, aterrorizados por la marea reformista que amenazaba con liquidar el comunismo en la Unión Soviética y Europa oriental, los jerarcas del gigante asiático masacraron a cientos de estudiantes que se lanzaron a ese céntrico sitio de Beijing para reclamar libertades políticas.
Ahora, 24 años después de aquel genocidio, la policía china bloqueó el acceso a un cementerio donde reposan los restos de muchas de las víctimas de aquella violenta represión. En especial se cuidaron de que hubiese corresponsales extranjeros por los alrededores. La prensa oficialista china, por su parte, mantiene un silencio total sobre lo ocurrido en Tiananmen, al tiempo que las autoridades bloquearon por estos días cualquier búsqueda en internet que relacionara términos como “Tiananmen” o “4 de junio”. Además de impedir que las familias de los estudiantes asesinados, o los ciudadanos que hoy alcanzan la adultez, conmemoren aquel hecho, los gobernantes chinos han conseguido que la mayoría de los jóvenes nacidos después de 1989, o que eran muy pequeños en ese entonces, ignoren los detalles de aquella matanza.
Semejante actitud de los discípulos de Xi Jinping es una copia al papel carbón de la que, por ejemplo, practican los gobernantes cubanos con respecto al hundimiento del remolcador “13 de marzo”. Un hecho acaecido el 13 de julio de 1994, cuando las autoridades hundieron una embarcación ocupada por ciudadanos que pretendían escapar de la isla y arribar a Estados Unidos. En el lamentable suceso perecieron más de 20 personas, muchas de ellas menores de edad. A partir de ese momento, y cada vez que se acerca un aniversario de la tragedia, el castrismo moviliza a los militantes del Partido Comunista y a los miembros de las brigadas de respuesta rápida para que ocupen posiciones en el malecón habanero, y así impedir que cualquier persona lance al mar un ramo de flores en homenaje a las víctimas.
El oficialismo cubano ha pretendido también sumir en el olvido los degradantes mítines de repudio que sufrieron los marielitos en 1980. La maquinaria castrista quiere que los actuales jóvenes cubanos nunca se enteren del salvajismo que presenciaron por aquellos días las calles de nuestro país, y que contó con el visto bueno de las autoridades. Además, esa es la prueba más fehaciente de quién ha sido el máximo manipulador político del tema migratorio.  Porque aquellos que siempre han acusado al gobierno norteamericano de politizar las relaciones migratorias con Cuba, no tuvieron el menor reparo en otorgarle una connotación política--- con golpes y palizas incluidos--- al accionar de personas que solo deseaban huir del “paraíso” comunista.
Algún día los pueblos de China y Cuba sabrán toda la verdad acerca de su historia, y no únicamente los capítulos que les convengan mostrar a las autoridades. Entonces las personas tendrán el consuelo de poder llorar públicamente a los muertos sacrificados por el totalitarismo.
 

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