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martes, 22 de enero de 2013

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Operación Migraña en embajadas de La Habana | Cubanet

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

Operación Migraña en embajadas de La Habana

| Por Aleaga Pesant


LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -En materia migratoria, Cuba vuelve paulatinamente a la normalidad. Un cubano con una jugosa cantidad de dinero -para los estándares nacionales-, y con amigos en el exterior que también tengan suficiente dinero para pagar la estadía y cubrir los posibles reglamentos del seguro médico y el seguro social, no tiene problemas para viajar. Puede sacar su pasaporte, pedir una visa y aprovechar la oportunidad para incorporarse al mundo real.
Una salvedad: si el ciudadano es un demócrata peligroso de esos que expresan su opinión libremente, sí puede tener problemas. Pero realmente en la Isla ese tipo de ciudadano representa un discreto por ciento de la población, por lo que, en teoría, la capacidad legal para salir al exterior es de la mayoría.
Quizás por esas cuentas, y por culpa de algunos exagerados e hiperbólicos, el servicio de seguridad a las embajadas y misiones diplomáticas en La Habana (SEPSA Embajadas), preparándose para la entrada en vigor de la nueva ley migratoria, tomó medidas para el reforzamiento de la seguridad de las sedes diplomáticas. Los hiperbólicos hablan de sus casos personales como si fueran fenómenos sociales. Ventas de casas, fincas y todo lo vendible, para una escapada hiperbólica.
Pensaban los estrategas del Ministerio del Interior, centro matriz de la empresa de seguridad, que el fenómeno migratorio sería un aluvión de ciudadanos tomando pacíficamente por asalto las embajadas. Una especie de “Mariel ordenado y seguro”. Un dolor de cabeza tan grande que se convertiría en migraña.
Desde el sábado 12 de enero, las postas de las misiones diplomáticas con ese servicio fueron reforzadas y se suspendieron las vacaciones para el personal. Aparte de los uniformados, visibles en la mayoría de las misiones europeas, norteamericanas, africanas y latinoamericanas, se estableció personal de civil en los accesos a las puertas principales, aunque a cierta distancia.
Las más custodiadas son las consideradas las más conflictivas, por tener posiciones más verticales de defensa de los derechos humanos en la Isla. Ellas son denominadas en la codificación paramilitar con la letra S, seguida por un número. Por ejemplo, la embajada de Alemania, ubicada en la intersección de las calles B y 13, en el Vedado habanero, se codifica como S-1, y así sucesivamente, por orden alfabético.
Los paramilitares de Sepsa Embajada llevan uniforme. Se compone de camisa gris con la bandera nacional en la manga izquierda, pantalón azul con cinto, boina negra con el logotipo de la empresa de seguridad, cinto-cartuchera, y como arma de reglamento, un revólver Smith & Wesson 60.
No obstante el reforzamiento, o quizás gracias a él, varios días después de imponerse la nueva Ley Migratoria no existen aluviones o entradas masivas a las embajadas. De hecho, las oficinas de emigración muestran filas más cortas que en días y meses anteriores, y se reportaba, como algo inusual, la presencia de dos jovencitas en la embajada vietnamita, preguntando por los trámites necesarios para ir a Saigón, pues dos nacionales de ese país recién las invitaron a visitarlo.

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