Angel Santiesteban Prats
"ANGEL SANTIESTEBAN PRATS ES INOCENTE. PENSAR Y ESCRIBIR LIBREMENTE NO ES DELITO".
Y también les pedimos que incluyan el mensaje en Twitter, multiplicando la solidaridad a ver si logramos presionar al régimen para que se deje de cometer delitos y arbitrariedades, en este caso, con Ángel.
En unos días dictarán la sentencia y estamos a tiempo de evitar que con la sentencia estamos tratando de hacer que con ella se cometa otra injusticia en Cuba.
El equipo de Cuba Ya Twittea agradece infinitamente la colaboración.
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Compartimos aquí el post del 28 de octubre que publicó Ángel en su blog donde explica su caso:
La "Fiscalía" me retira los cargos más graves
Después que el "Gobierno cubano" me hiciera padecer, por más de tres años, su flamante injusticia, hasta que, acusación tras acusación, la "Fiscalía" llegara a sumar 54 años de cárcel, y luego que decidiera no continuar sumando más cargos como los de "Atentando", "Amenaza", "Atropellar con el auto a un niño y darme a la fuga", "Acoso", entre otras más absurdas e inverosímiles como cualquiera de las mencionadas, y que, por vergüenza y buscando credibilidad, hicieran una conjunta de causas para una petición final de 15 años de privación de libertad en contra de mi persona; y en cuyo proceso el expediente fue peloteado del "Tribunal Provincial" a la Unidad policial de Picota para que se continuara investigando o inventando falsas pruebas, por considerar que no tenían la más mínima evidencia en mi contra, e, incluso, después que el "Tribunal" volviera a recibirlo y lo enviara a la "Fiscalía Provincial" por la misma razón, y éstos a su vez a la "Fiscalía General de la República" y luego al cuartel de la "Seguridad del Estado" en Villa Marista, según el pesquisaje de mi abogado en cada instancia que indagó; en días pasados, finalmente, el "Tribunal", por enésima vez, devolvió el expediente a la "Fiscalía Provincial" para que continuaran edulcorando las acusaciones, que, como dijera mi abogado, "es una gran choricera sin pies ni cabeza que fueron mal armando a su antojo y capricho", y ahora no les ha quedado más remedio que retirar la mayoría de las acusaciones, de hecho, las más graves: "Intento de homicidio", "Robo con fuerza", "Violación", "Amenaza", "Daños", entre otras, y solo mantuvieron dos acusaciones: "Violación de domicilio" y "Lesiones". Por supuesto, todo sin una sola prueba ni testigos, pero evidentemente les pareció demasiado exagerado quitarlas todas de una vez.
Ahora el "Tribunal Provincial" debería advertir que si esas acusaciones fueron retiradas, ¿por qué mantener las otras siendo menores y sin evidencias ni testigos para sustentarlas? ¿Por qué unas sí y otras no? ¿Quién decidió cuáles acusaciones son ciertas o falsas si todas están basadas en alguien que acusa sin la más mínima prueba y que ha declarado que la Seguridad del Estado la ha manipulado?
¡¿Será pura casualidad que después de abrir este blog me convertí en el ciudadano delictivo más peligroso y temido de La Habana?! Según estos hechos parece que sí, que luego de montar su maquinaria policial en mi contra, donde escribieran en el mismo expediente, y que yo retratara, una nota donde advertía: "interés urgente del Ministro", han tenido que desistir, al menos de las grandes acusaciones, aquellas que pasaban de diez años de cárcel.
No soy ingenuo; reconozco que no buscaban otra cosa que yo claudicara y cerrara mi blog, pero creo que comprendieron que mientras más injustos son conmigo, más fuerzas inyectan en mi voluntad. Y que si están preparando el terreno para una pequeña sanción ejemplarizante la rechazaré con el mismo ímpetu y determinación de siempre.
Cuando mi abogado me hizo saber la noticia pensó que daría saltos de alegría. Me mantuve impávido, porque, repetiré las palabras que le hice saber: "me ofende igual aquellos 54 años, que cinco pesos de multa. Para mí significa lo mismo. La ofensa es la misma. Es un atropello a la justicia".
Parce que el "gobierno" ahora no sabe cómo salir del expediente sin demostrar que se equivocaron, que armaron un castillo en el aire, y, como todo lo que sube, baja por su mismo peso, mi caso amenaza con caerle sobre sus cabezas.
Sólo me resta esperar el destino de esa nave fraudulenta que, como bestia herida, da los últimos escozores y pataleos. La mía, la de La Justicia, va al puerto seguro: al de la LIBERTAD definitiva para el pueblo de CUBA.
Ángel Santiesteban-Prats
Enviado desde mi dispositivo movil
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