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jueves, 23 de agosto de 2012

Un artículo que solo por su afán de Criticar el periodista le da vuelta a la Noria del Castrismo

Una Cuba mejor y posible puede ser sólo socialista

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

Un artículo que solo por su afán de Criticar el periodista le da vuelta a la Noria del Castrismo. Al final No da ninguna solución a corto Plazo como si la brinda el Proyecto por Otra Cuba Mejor y Posible.

O sea Coba se cayó a coba el mismo!!! y seguirá "Roberto" campeando en Cuba para poder vivir como la Constitución Ordena y el Gobierno No cumple.


Una Cuba mejor y posible puede ser sólo socialista Destacado

por Roberto Cobas Avivar
Miércoles, 22 de Agosto de 2012 00:47
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Una Cuba mejor y posible puede ser sólo socialista
Si la emigración así no lo entiende no habrá conciliación. Si la izquierda revolucionaria autóctona lo duda, estará firmando la conciliación con el capitalismo, no con la nación. La lucha es de la mano del pueblo cubano, con la clase trabajadora.
Una república cubana con todos y para el bien de todos, para serlo,  no podrá ser nunca capitalista. Entonces, ¿cuál es la legitimidad que le asiste a la emigración cubana para imaginar la república que no le asista a la mayoría del pueblo cubano para imaginar la suya?
Cuando un grupo de intereses de la emigración cubana compone un Manifiesto[1] político con un llamado al Gobierno cubano a acatar con urgencia 4 postulados de derechos civiles, económicos y políticos, y ninguna de dichas demandas se define meritoria e inequívocamente en la negación del capitalismo, no se llame a engaño la izquierda revolucionaria (la dogmática permanece auto engañada en el PCC), porque el plano de la conciliación que se propone es el sueño de la república “democrática” burguesa. En esa república no cuenta el pueblo cubano, porque el proletario está destinado a ser esclavo. Y en ese sentido y sólo ese cabe una Cuba, no igual, sino "peor a la que hoy existe"[2].
La manifiesta neutralidad ideológica que ha pretendido asumir el “Manifiesto por una Cuba mejor y posible”, armado por un grupo de la emigración cubana radicada principalmente en los EEUU y un grupo de la izquierda cubana residente,  pone en tela de juicio la legitimidad de dicha intención.
En mi crítica a la posición que asumen los autores del Manifiesto en cuestión (“Contra Cuba: nos nace otro manifiesto desde la esperanza capitalista”)[3] expongo sin cortapisas: “la lucha por estos derechos sociales y políticos no puede ser manipulada como el sucedáneo que admita la instauración en Cuba del régimen de relaciones sociales capitalistas de producción y reproducción social. Porque, más allá de los sofismas, no pocos de esos derechos encuentran espacios en las realidades burguesas, que a fin de cuentas no son más que la legitimación de los regímenes de explotación del trabajo de las mayorías en que se sustenta y reproduce el capital y crece la casta de sus propietarios en los estados-nación y, en consecuencia, aumenta la exclusión sociomaterial y política de los pueblos”[4].
De acuerdo a lo anterior ¿qué exije en esencia el grupo de autores cubanos, emigrados y residentes, con el Manifiesto por una Cuba mejor y posible? La respuesta se sintetiza en su demanda nr. 3. Cuestionémoslo por partes[5]:
*
3. Liberación de todas las capacidades productivas y de innovación que atesora la nación cubana constituida por todos sus ciudadanos, residan en Cuba o en la diáspora”  – preguntemos: ¿qué presupuesto político nos hace creer que de los cambios en Cuba depende la liberación de las capacidades productivas de los cubanos que residen en la diáspora (sic)? ¿Acaso se trata de la liberación del capital privado de los emigrados a la rentabilidad en Cuba que no les rinde en la economía capitalista de sus entornos?
“Traspaso inmediato de la propiedad de todas las empresas estatales de producción y servicios medianas y pequeñas a los trabajadores que laboran en ellas, y en las grandes empresas, participación en la administración y reparto de utilidades” – preguntemos: ¿bajo qué forma de propiedad que no sea la socializada, se ha de dar ese traspaso de esos miles de PYMEs estatales?, y en las grandes empresas ¿cuáles las formas de participación en la administración que no sean consejos de trabajadores y representantes de los poderes populares?,  en consecuencia ¿a qué tipo de reparto de utilidades se llama que no sea la distribución democrática de los ingresos? [6]  
Libertad de todos los ciudadanos para la actividad económica independiente, exportar e importar bienes, establecer empresas mixtas con el Estado o con la inversión extranjera..”– preguntemos: ¿la libertad económica independiente incluye la libertad de explotar el trabajo ajeno vía la relación asalariada de la fuerza de trabajo?, ¿las empresas mixtas con el estado conciernen acaso las formas del negocio de lo público y lo privado?  
“... estímulos fiscales a las cooperativas y a la pequeña propiedad individual” – preguntemos: ¿qué razón lleva a exiliar la cooperativa como un reducto, junto a la pequeña propiedad invidivual, al que cabría estimular fiscalmente?, ¿porqué brillan por su ausencia las definiciones de la propiedad socializada como el fundamento del modo de producción a construir?.
*
Si la urgencia del grupo de autores del Manifiesto hizo que todos esos caminos enfilaran a Roma, el debate que los reencamine en dirección al socialismo queda abierto.
A la luz de lo expuesto resulta falso el presupuesto político sobre el diálogo con todos y para el bien de todos que presenta P.Campos (uno de los autores del Manifiesto en cuestión) en el artículo “También en Cuba menos del 1% decide los destinos de todos”[7]. Cito:
“Si queremos que ese 99 y tanto por ciento de la población participe de la decisión sobre sus destinos, si pretendemos que la socialización y democratización de la economía y la política, -el proceso revolucionario-, siga avanzando y se reduzcan las posibilidades de un retorno al régimen de oprobio y al capitalismo más vulgar y hediondo; no queda más alternativa a la izquierda no dogmática, que promover, por ella misma, y llevar a vías de hecho, ese diálogo con todos y para el bien de todos, toda vez que el gobierno-partido no acepta el reto”.
¿Cómo es que el diálogo sobre el socialismo en Cuba se busca con la emigración y no entre el pueblo cubano en la Isla?, justo “… toda vez que el gobierno-partido no acepta el reto”. ¿De qué “izquierda no dogmática” se nos habla que no sea aquella que rechace el sofisma de la neutralidad ideológica? ¿Acaso es neutral la ideología burguesa que sostiene el modo de producción y el estado capitalista?
¿Porqué causas que no sean la debilidad de la izquierda revolucionaria socialista y el inmovilismo del pueblo, ha “de ser la derecha la que encabece la crítica al modelo burocrático de corte neo-estalinista?”[8], ¿porqué lógica que no sea la del seudo científico y la araña, la alianza de las derechas, la interna y la emigrada, ha de asumirse como el determinismo que garantice “la restauración del capitalismo privado, la democracia burguesa y el fin del intento socialista en Cuba”[9].
El proceso acelerado de convertir a los trabajadores asalariados del estado en asalariados de propietarios privados, la alianza del PCC con la iglesia católica, la coexistencia pacífica utilitaria con la derecha interna y la apertura de espacios políticos de expresión en el país a la derecha emigrada persiguen consolidar el poder exclusivo de la gran burocracia.
Por consiguiente, la convergencia de la burocracia estado-partidista con las derechas, la interna y la emigrada, en la evolución hacia el capitalismo de estado que ha planteado la dirección del PCC, puede ser contrarestada en lo determinante única y exclusivamente por la lucha de la izquierda democrática cubana y el proletariado cubano, esa mayoría de trabajadores asalariados del estado. Las corrientes revolucionarias dentro del PCC van a quedar en contradicción abierta con la deriva capitalista y, por ende, serán defensoras de la revolución socialista. Hay que alimentar  a fuego intenso la batalla de ideas por el socialismo. La emigración progresista es aliada natural de la democracia. En estas circunstancias, no hay alternativa para la izquierda socialista otra que convertirse en sujeto revolucionario del cambio. La lucha política es con el pueblo, por el pueblo y para el empoderamiento del pueblo.
Para quienes no entiendan…”, la razón histórica y la razón social están de parte de los trabajadores cubanos de la ciudad y el campo. Es lo que fundamento en mi artículo anterior “Cuba: el Duende de la reacción neocapitalista anda suelto en la Isla”[9]. El Manifiesto auténtico por el socialismo revolucionario fue lanzado hace 160 años. La historia se repite sólo como farsa.
RCA

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