Mi padre, Dr Carlos Olivares.
Mañana mi padre cumple 83 años y no sé si lo volveré a ver.
He siempre sido una persona muy discreta respecto a mi familia y especialmente sobre mi padre, por muchas razones, creo mas que nada por un elevado instinto de sobrevivencia que desarrollé desde la adolescencia.
Mi padre fue responsable del Movimiento 26 de julio en Oriente después de la muerte de Frank País, él creía en la realización del sueño de justicia por el que tantos valiosos hombres habían luchado, pero su mayor error fue la ingenuidad y haber depuesto total confianza en dos seres execrables: Fidel y Raúl Castro.
Después del triunfo de la mal llamada “Revolución” mi padre cubriò el rol de viceministro del Ministerio de Relaciones Exteriores, encargado de los recursos humanos y apenas Raúl Roa (del que Fidel no confiaba para nada y había pedido a mi padre que lo controlase desde su posiciòn) fue enviado a la ONU, mi padre lo sustituyò como Ministro. En ese período se crea todo el cuerpo diplomático del nuevo sistema. A elementos no muy gratos a los cínicos hermanos, provenientes, fundamentalmente, del “Directorio Revolucionario”, los alejan del paìs con el cargo de embajadores en naciones que irritaban sus principios y hurtaban su sensibilidad, es así que Faure Chomòn viajò a la URSS, él que era un anti-comunista afirmado.
No es exacto, a mi juicio, que fue la crisis de Octubre (la crisis de los misiles rusos) a llevar a un punto casi de “no retorno” las relaciones Cuba-URSS.
La ruptura de las relaciones diplomáticas con la nación leninista, era prácticamente inminente. El retiro de los respectivos embajadores, como bien sabe quien posee un mínimo de conocimiento de política internacional, es la antesala del fin de las relaciones entre dos Gobiernos. El 5 de mayo de 1962 nuestro mortificado Faure Chomòn habìa sido enviado a La Habana y en un santiamén se hallò relegado en su residencia de Miramar. El embajador soviético, por su parte, retornò a la Gran Patria, y Castro lo hallò culpable de haber colaborado con un golpe de estado lidereado por Anìbal Escalante que se estaba organizando contra su persona.
Enseguida los hermanitos pensaron en mi padre, abogado con especialización en derecho internacional y diplomático, para que resolviera el conflicto y lo designaron Embajador plenipotenciario una semana màs tarde, sin embargo mi padre no se trasladó de inmediato a la capital soviética a presentar sus credenciales. Por qué?
Según informaciones aparecidas después de la apertura de los archivos secretos rusos Jrushov había declarado que la idea de ubicar misiles nucleares en Cuba se le había ocurrido en una visita realizada a Bulgaria entre el 14 al 20 mayo del 1962. Faure Chomòn ya estaba de regreso en Cuba para esa fecha.
Después de la crisis de octubre la labor diplomática para recuperar las maltrechas relaciones fue ardua, màs Castro, muy coqueto, tenìa muchas cosas que ofrecer al Imperio ruso en cambio de su petróleo, dinero sucio y el anhelado ingreso en el Pacto de Varsovia. Las acciones de venta de la Independencia cubana a los nuevos dueños fue un éxito rotundo y satisfecho "El Dictador en Jefe" decidió realizar un extraordinario viaje al país europeo que se extendió por casi seis meses. Mi padre, sin embargo, no era santo de devoción de Fidel Castro, y la antipatía se acentuó cuando el Embajador negó un placer al dr René Vallejo, médico personal y amigo-brujero de Fidel Castro. Ahì inició el Infierno.
No me extenderé a realizar una biografía de papà, deseo sólo hacerle un regalo en su cumpleaños, decir públicamente que amo al hombre que me enseñó a ser valiente aùn cuando él no podía serlo, que me enseñó cuando a él le era negado revelar ciertas verdades porque le iba la vida y la de sus seres queridos, a ser honesta y pretender siempre transparencia y rectitud, al ser humano que abrió mi intelecto al mundo de la filosofía, la retórica, la discusión dialéctica, y también a la poesía, a la historia y a las antiguas culturas.
Mi padre aún va a votar, escucha los discursos de los dictadores, y recibe sus deshonrosas medallas, pero sé que su vida en los últimos 30 años y cada una de sus acciones se han desarrollado en función de protegernos.
Obedecer a sus amos y la perenne humillación ha sido el precio que ha pagado por haber creído en ellos y por cada uno de los errores que su incondicional lealtad le ha hecho cometer. Errores que me duelen profundamente en el alma y en la consciencia y por ellos pido perdón a mis hermanos y a las víctimas de la dictadura.
Mi padre sufre el chantaje de los sátrapas. Esto es un hecho inconfutable.
En la década de los 80’ fuimos sometidos a un masacre psicológico atroz, en el que nuestras vidas constantemente amenazadas parecían carecer de algùn valor. Por màs de 20 meses violaron diariamente nuestro domicilio, poseían llaves de nuestra casa, en la madrugada para aterrorizarnos golpeaban las puertas de nuestro hogar, nos llamaban a toda hora anunciando la muerte inmediata de uno de los miembros de mi reducido núcleo familiar, dos veces un automóvil fue lanzado contra mis padres con la intención de “mandarlos a mejor vida”. Vivíamos en absoluto pánico. Radio Martí se puso en contacto con mi padre y él negó cuanto estaba sucediendo y yo por mucho tiempo no pude perdonàrselo, no comprendía el silencio. Ahora sé que lo hizo por mantener nuestra incolumidad.
Mañana mi padre cumplirá 83 años, y yo no estaré a su lado, no podré abrazarlo ni felicitarlo, pero él sabe que estoy aquí de la parte de la Libertad, donde mi consciencia me ha conducido, junto a los cubanos de bien, junto a los que verdaderamente desean una Cuba democrática. El sabe de la pureza de mis ideales y que no renunciaré hasta ver mi Cuba libre de tiranos Pienso que aunque no lo diga, aunque calle, íntimamente se siente orgulloso de haber generado en mí esta insaciable ansia de justicia, este espíritu irreverente, contestatario e indómito.
Viva Cuba Libre!
Milàn 3 de agosto 2012.
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