Alarma en Guantánamo por sacrificio masivo de cerdos
GUANTANAMO, Cuba, 25 de julio (Roberto Jesús Quiñones, www.cubanet.org) – La noticia sobre la orden de las autoridades sanitarias y gubernamentales de sacrificar desde el domingo pasado todos los cerdos en el poblado de La Yaya ha comenzado a preocupar a los residentes de Guantánamo.
La Yaya, un poblado construido durante la década de los años 70 a unos doce kilómetros de Guantánamo, pertenece al municipio Niceto Pérez y es una de las zonas suministradoras de alimentos a la capital provincial, de ahí que la noticia ha provocado conjeturas y alarma entre la población guantanamera.
Las conjeturas se deben al silencio de las autoridades. Ante hechos como éste continúa imperando el secretismo, mal que ha sido criticado públicamente por el gobernante cubano Raúl Castro Ruz, pero que se ha entronizado como algo indefectiblemente unido a la prensa oficial.
Un médico veterinario dijo que, aunque no se han determinado las causas de la enfermedad de los cerdos sacrificados, se teme que se trate del cólera porcino o de la gripe porcina, enfermedad esta última que en el año 1981 provocó el sacrificio de todos los cerdos de la provincia y se extendió hacia otros territorios orientales.
La población guantanamera, como la de todo el país, tiene en la carne de cerdo, el huevo y los filetes de claria las únicas fuentes de proteínas de procedencia animal medianamente asequibles, a pesar de que los precios de la carne de cerdo se han mantenido elevados.
Una libra de carne de cerdo deshuesada cuesta veinticinco pesos en el mercado estatal guantanamero. La que viene con huesos, entre 18 y 20 pesos.
Si se tiene en cuenta que el salario mensual promedio en Cuba no sobrepasa los cuatrocientos pesos es fácil comprobar que cuatro libras de carne deshuesada, para una familia donde trabajen solamente dos personas, representa más del 12 por ciento de las entradas mensuales de ese hogar.
A esto hay que añadir que el gobierno sólo garantiza la venta de diez huevos por persona al mes (cinco de ellos a 15 centavos y los otros cinco a 90 centavos), que el kilogramo del pez claria debe adquirirse a razón de 26 pesos y que el Estado no vende carne de res desde 1991 y la de pollo la ofrece de forma inestable desde hace varios años, podemos imaginar la alarma que esta noticia está provocando. Si la esta decisión se extiende por toda la provincia, los precios de la carne de cerdo se dispararán a niveles inalcanzables para la mayoría de la población.
Es de esperar que las autoridades de Guantánamo ofrezcan alguna explicación sobre lo ocurrido. Mientras tal decisión se colegie a los más altos niveles del gobierno y se oriente a los periodistas oficialistas lo que deben publicar, las conjeturas y la alarma continuarán invadiendo los hogares de los guantanameros, cuya economía, ya bastante deteriorada, tendrá que hacer nuevos ajustes ante la mala nueva.
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