Castro toda Cuba es su finca, y los cubanos sus peones.

Solución Cuba: La protesta de los mayorales

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

La protesta de los mayorales

Basquetbolistas cubanos

El régimen cubano insiste en culpar a los demás de sus propias insuficiencias y absurdos. El hecho de pretender cercenar las libertades individuales eternamente, en este caso el libre albedrío de los deportistas cubanos, demuestra que la capacidad de los Castro para entender la realidad que los rodea es particularmente insuficiente. Esta semana han atacado a través del periódico Granma al abogado Sergio Ramos Suárez, quien recientemente tramitó el asilo de cinco basquetbolistas cubanos en Puerto Rico, llamándolo “un especialista de los programas oficiales u ocultos que estimulan la deserción, no sólo de atletas, sino también de profesionales de la salud cubanos”.

Las fugas de deportistas cubanos, y de cubanos en general, han sido frecuentes desde 1959. No se trata de nada nuevo y asombra que el castrismo no acabe de enterarse que la aspiración de prosperar y vivir en libertad es consustancial al ser humano; ninguna dictadura, por muchas décadas que lleve en el poder, puede extinguir esa aspiración completamente. En lugar de atacar a Ramos Suárez, quien se ha limitado a tramitar los pasos dados por quienes son dueños y señores de sus propias vidas, el gobierno cubano debería entonar una autocrítica pública por pretender mantener a los deportistas como esclavos en Cuba, sin oportunidades de prosperar y desarrollar al máximo sus carreras profesionales.

Las “deserciones siempre han sido un mecanismo empleado por la CIA para difamar y denigrar al socialismo, tanto contra Cuba como otros países”, afirmó el periódico Granma el pasado lunes. Pero la única “CIA” que denigra a la dictadura cubana es su propio comportamiento, esclavista y cavernícola. La solución está en derribar los obstáculos que impiden a los deportistas realizarse en libertad y generar prosperidad para su entorno. Pero los mayorales Fidel y Raúl Castro insisten en creer que toda Cuba es su finca, y los cubanos sus peones.